En plena campaña por la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Turquía, la coalición opositora ha endurecido su discurso contra la acogida de refugiados sirios, en un intento de atacar al presidente Recep Tayyip Erdogan y recoger el voto descontento para ganar en las urnas. “No convertiremos a Turquía en un almacén de refugiados”, señaló en un mitin el candidato opositor, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu. “Tenemos un plan: enviaremos a los refugiados de regreso a su país en un período de dos años como máximo”.
En esta segunda vuelta, Kiliçdaroglu se enfrenta a Erdogan, que lleva veinte años en el poder, a quién ve como el causante de la acogida de cerca de cuatro millones de refugiados sirios, afganos e iraquíes. La oposición exagera constantemente los números, mezclando migrantes que vienen a trabajar con refugiados y solicitantes de asilo, asegurando que Turquía acoge a diez millones de refugiados.
La crisis económica ha exacerbado el rechazo a los refugiados, así como algunas políticas del Gobierno, como conceder la ciudadanía a 200.000 sirios, o la escolarización y atención sanitaria de sirios en el sistema turco. Erdogan sacó una ventaja de casi tres millones de votos a Kiliçdaroglu en la primera vuelta y éste ha pactado un partido de ultraderecha anti-migrantes para atraer a los votantes más nacionalistas en estos segundos comicios. “Están agitando un sentimiento que está ahí, en la sociedad. Los turcos siempre esperaban que los refugiados regresarían, pero aquí siguen y es normal que tarde o temprano se discutiera la cuestión. No es un debate de partidos políticos marginales, es un debate muy común en la oposición”, explica el académico Murat Erdogan, que estudia la integración de los sirios en Turquía.
Por su parte, el presidente Erdogan no se ha lanzado a la retórica contra refugiados, pero ha prometido incentivar su regreso a Siria en el próximo año. En medios de comunicación aparecen constantemente sus ministros, anunciando la cifra de refugiados que han regresado a su país en los últimos años o la construcción de ciudades en el norte de Siria, zona con presencia militar turca, para reasentar a refugiados. El ministro de Exteriores, Mevlüt Çavusoglu, reiteró que están abordando la cuestión, pero que “no es realista” que todos los refugiados se vayan, porque muchos participan en el mercado laboral en Turquía, particularmente en el sector agricultor. El académico Erdogan advierte que falta un diálogo político sobre su integración: “Han pospuesto este debate durante años. Todos los estudios indican que los sirios no quieren volver, pero por otro lado más de 800.000 niños han nacido aquí, hablan turco, van a la escuela. No hablarlo solo va a traer más problemas y más rechazo”.
FUENTE: Lara Villalón / El Mundo
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