La gente de Rojava abraza a los y las luchadoras del movimiento por la libertad

Cuando miramos la historia del pueblo kurdo, que ha sido oprimido durante siglos y cuyas identidades han estado expuestas a los ataques genocidas de los poderes hegemónicos, hay muchos levantamientos y organizaciones que resistieron.

Sin embargo, para ver si tuvieron éxito o dejaron un legado de lucha, bastaría retroceder medio siglo. La hoja de ruta presentada por Abdullah Öcalan para los pueblos de Oriente Medio, en 1973, se conoció en 1979 en Rojava, la parte más pequeña de Kurdistán, que se ha convertido en el centro de la lucha actual.

La presencia física durante 20 años de Öcalan en la región llevó esta lucha a las cuatro partes de Kurdistán y al mundo, a través de Rojava. Los y las militantes kurdos que prefieren una vida libre democrática y revolucionaria contra los sistemas dominantes, se dirigieron hacia el centro de la lucha por la libertad kurda. Después de completar su entrenamiento militar en el campo del valle deBekaa (en El Líbano, en la década de 1980), partieron hacia el país para servir en diferentes áreas de la lucha.

La gente abrazó la lucha a medida que conoció la resistencia

La gente de Rojava no reconocía al principio a los militantes de la libertad debido a las políticas chovinistas del Estado sirio. Debido a la estrecha comprensión de los movimientos kurdos anteriores, consideraban a los militantes por la libertad como “extranjeros”. Esta falta de familiaridad fue reemplazada por fuertes relaciones y lealtades cuando la población local entendió los objetivos del movimiento por la libertad y vio que sus militantes estaban sacrificando sus vidas por la resistencia.

Mientras que muchos de Rojavase trasladaron a las montañas de Bakûr (Kurdistán del Norte) y cayeron en la lucha por la libertad, muchos otros, oriundos del Kurdistán del Norte, cayeron mientras luchaban durante la revolución de Rojava. Este fuerte espíritu y devoción entre los luchadores por la libertad impresionó a cada individuo que vivía en el campo de la revolución. Ahora, cada familia recibe certificados de martirio como si los mártires fueran sus propios hijos e hijas, junto con sus recuerdos. Hasta ahora, se han entregado certificados de martirio de miles de mártires -que llegaron al área de la revolución de Rojava desde Kurdistán y de todo el mundo- a familias patrióticas en Rojava.

Ejemplos de lucha

Şemsîxan, miembro de la prominente familia patriótica Gulo, de Rojava, consideró a Harun RamanTorî (Abdurrahman Tapkan), quien fue martirizado el 3 de julio de 2016 en la campaña de liberación de Manbij, como su propio hijo y recibió su certificado de martirio en nombre de su familia.

ŞemsixanGulo expresa su lealtad a los y las mártires: “Harun fue martirizado junto con mi hijo. Le pedí al Consejo de Familias de Mártires que me diera su certificado de martirio. Los luchadores del movimiento por la libertad han sacrificado sus vidas por nosotros durante años. No importa lo que hagamos, no podemos compensarlos. Miles de jóvenes combatientes kurdos están sacrificando sus vidas para que el pueblo kurdo pueda llevar una vida digna y pacífica. Desde el comienzo de la Revolución de Rojava, han contribuido a que el pueblo kurdo se una y expanda la revolución”.

“No hay diferencia con mi propia hija”

Mihemed Xelîl, de Qamishlo, padre de Tekoşîn Xelîl, martirizado en Hakkari en 2015, recibió el certificado de martirio de Zîlan, martirizada en Rojava en la misma fecha. Xelîl dijo: “Tekoşîn fue martirizada en las montañas de la libertad y Zîlan fue martirizada en el campo de la revolución. Mi hija estaba lejos, pero quería recibir el certificado de martirio de Zîlan que cayó aquí. La mártir Zîlan también es una hija para mí. Siempre visito su tumba. Si queremos un país libre e independiente, defenderemos desinteresadamente nuestra tierra a toda costa”.

FUENTE: MustafaCoban / ANF / Edición: Kurdistán América Latina

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