Una comunidad internacional de mujeres para derrotar al patriarcado

El viernes y sábado pasados se llevó a cabo en la Universidad Técnica de Berlín, Alemania, la Segunda Conferencia Internacional de Mujeres “Nuestra Revolución: Liberando la Vida”, espacio de encuentro, debate y discusión impulsado por el Movimiento de Mujeres de Kurdistán.

A la conferencia acudieron cientos de mujeres de todo el mundo. Desde América Latina, participaron la periodista argentina Marta Dillon, la referente indígena guatemalteca Lolita Chávez, la representante del pueblo nasa de Colombia, Vilma Almendra, y Juana Calfunao Paillalef, Lonko del Lof Juan Paillalef, de la comuna de Cunco, en la región de la Araucanía, Chile.

Hijas de la Pachamama

En las diversas ponencias y talleres que se realizaron, durante la primera jornada Lolita Chávez, explicó cómo las mujeres de su comunidad resisten las prácticas amenazantes de las corporaciones multinacionales y las nuevas formas de colonialismo. Chávez remarcó que ella viene “de pueblos donde defendemos la vida, la vida no solo de la humanidad, sino la vida en la red”.

“Somos hijas de la tierra, las hijas de Pachamama –manifestó la referente guatemalteca-. Venimos del mal llamado, por los invasores patriarcales, América. No somos América. Somos el resultado de los tejidos interconectados, de la raíces de vida conscientes. Venimos de la tierra y retornamos de la tierra. Somos las expresiones antipatriarcales, anitcolonialistas, antirracistas, antiimperialistas, anticapitalistas. Eso somos y lo decimos con mucho gusto”.

Para Chávez, los pueblos originarios de Abya Yala “somos quienes hemos tejido esa vida, los territorios. Territorios invadidos con estructuras sanguinarias de terror. Redes que están financiadas por el Banco Mundial, por el FMI (Fondo Monetario Internacional), por Europa… y lo decimos aquí, en Europa, mirándolos a los ojos: ustedes también son parte de esa red. No vale seguir así”.

Al cerrar su intervención, Chávez aseguró: “Las mujeres y las expresiones de disidencia hemos defendido el territorio. Nos declararon la guerra las empresas extractivas porque tenemos modelos diferentes de vida, otros mundos posibles en los territorios que estamos tejiendo”.

Durante el segundo día de la Conferencia, la periodista y activista del movimiento Ni Una Menos, Marta Dillon, integró el panel “Feminismo: la rebelión de la colonia más antigua y lo que hay detrás de ella”. Durante esa sesión, explicó que en todo el mundo las luchas contra el patriarcado capitalista están interconectadas. Al referirse a Argentina, recordó que “ni Una Menos se formó en 2015 para salir a las calles como un movimiento feminista interseccional contra el feminicidio y visibilizar la violencia patriarcal vinculada al capitalismo y al colonialismo”.

“Solo así –estimó la periodista- se podrá abordar adecuadamente la violencia patriarcal y su forma más definitiva, el feminicidio. El movimiento Ni Una Menos se sitúa en la tradición de las Madres de Plaza de Mayo y de todas las mujeres que lucharon durante la dictadura en Argentina y, por lo tanto, se ve a sí mismo como parte de una lucha feminista que también se opone al terror estatal, que es en parte responsable de la explotación y opresión de las mujeres. El movimiento es una amalgama de diferentes grupos e identidades que salen a las calles por la vida y la memoria de las mujeres y personas trans que han sido víctimas de feminicidio”.

Dillon concluyó: “Necesitamos un feminismo que se distinga del feminismo conservador y liberal. Sólo con una comprensión interseccional del patriarcado capitalista, las mujeres pueden liberarse. El Estado patriarcal debe a las mujeres y a los pueblos colonizados la vida en libertad, a la que tienen derecho”.

Contra el fanatismo religioso

En la Conferencia también participó Mariam Rawi, representante de la Asociación Revolucionaria de Mujeres de Afganistán (RAWA), quien se refirió a su país, gobernado nuevamente por el movimiento Talibán, a los que calificó como “fascistas religiosos”. “Esta es una fuerza dirigida contra las mujeres. Las atrocidades y el sufrimiento de las mujeres están a la orden del día bajo este régimen. Las mujeres no son reconocidas como seres humanos, sino que se reducen a máquinas de tener hijos”, denunció.

Rawi detalló que el Talibán no usurpó el poder en soledad, sino que siempre estuvo vinculado a estados capitalistas y a instituciones como la CIA estadounidense. La referenta de RAWA enfatizó que en Afganistán, los “derechos de las mujeres” se utilizaron para legitimar la intervención después de la invasión militar de Estados Unidos, en 2001. “Hoy, el país está al borde del colapso, pero los gobiernos occidentales mantienen relaciones con los talibanes: los intereses estratégicos son mucho más importantes que el destino de las mujeres y los hombres afganos”.

Desde RAWA, una organización de mujeres que tiene más de 40 años, se ha “estado creando conciencia sobre las injusticias y organizando clandestinamente a las mujeres”, indicó.

Entre las oradoras más destacadas, estuvo Shahida Abdulmunim, integrante del Centro de Género para la Investigación y la Capacitación en Sudán. Abdulmunin afirmó que en su país la revolución la encabezan las mujeres, quienes fueron la vanguardia para resistir el régimen dictatorial que se extiende desde hace varias décadas, con apenas algunos impases democráticos.

“Durante el levantamiento de 2018, las mujeres estaban preparadas y lideraron las luchas. Lucharon contra la masculinidad tóxica y el patriarcado”, destacó. “La resistencia patriarcal y el Estado trataron de debilitar este movimiento, entre otras cosas, nombrando a una mujer para representar el movimiento –advirtió-. Tres mujeres formaron parte del Congreso del gobierno, pero no eran representantes del movimiento. Muchas leyes fueron modificadas en detrimento de las mujeres”. A esto, agregó que en la actualidad en Sudan hay, al menos, 5.000 mujeres encarceladas por razones políticas.

“Lo que vestimos, lo que queremos, a dónde vamos, si usamos un hiyab o no, no es una cuestión religiosa, es una cuestión política –finalizó Abdulmunim-. Tenemos que luchar contra los regímenes de nuestros países. ¡Estamos luchando contra el neoliberalismo y el patriarcado, y queremos liberar a nuestros países, liberarnos a nosotras mismas!”.

Jin, Jiyan, Azadi

“Un régimen dictatorial ha estado en el poder durante 43 años, y eso es suficiente. Las mujeres en Irán y Rojhilat (Kurdistán iraní) tuvieron que vivir como esclavas en la sociedad. El régimen fascista sólo puede ser derrocado por las manos de las mujeres”. De esta forma se expresó una representante la Comunidad de Mujeres Libres del Kurdistán Oriental (KJAR) a través de un video que fue proyectado durante la Conferencia.

La descripción brindada por la representante kurda sobre el régimen que gobierna Irán, fue contundente: “Hay cientos de mujeres que han sido violadas, encarceladas o atacadas con ácido, pero mantienen la cabeza en alto. Las mujeres fueron a las barricadas y no abandonaron las calles. Especialmente, la población kurda continúa el levantamiento para que la joven kurda Jina Mahsa Amini, que fue asesinada por la policía moral iraní, no sea olvidada. El lema Jin, Jiyan, Azadi (Mujer, Vida, Libertad) se basa en el legado de décadas de resistencia en Kurdistán y destruye la ideología del Estado iraní. Los hombres también se han unido a la protesta y a las mujeres para luchar contra el Estado, en el que no ven esperanza”.

Por su parte, Nilüfer Koç, del Congreso Nacional del Kurdistán (KNK, por sus siglas originales), alertó que en la actualidad el mundo está atravesando una Tercera Guerra Mundial. “Como mujeres, no debemos cometer el error de pensar en la guerra sólo en términos militares –señaló-. Hay una guerra que no se nombra como tal: desde el comienzo del patriarcado, el feminicidio ha sido una guerra y una parte inherente del capitalismo. Las guerras militares son sólo máscaras para disfrazar las relaciones y los orígenes de los problemas. Por eso es tan necesario encontrar alternativas en este siglo”.

“Nosotras, como mujeres, necesitamos nuestra propia ideología, la de la liberación de las mujeres”, aseveró Koç, que indicó que los pueblos oprimidos “tienen la oportunidad de contradecir y resistir. En Irán, esto es visible de nuevo. Detrás del lema Jin, Jiyan, Azadi  hay una lucha de décadas que muestra que si estamos organizados, podemos ganar batallas. En Kurdistán, demostramos que esto es posible. Es hora de que nosotras, como hermanas, asumamos la responsabilidad del futuro”.

Para leer más intervenciones durante la Conferencia Internacional, click aquí

FUENTE: La tinta

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