El 24 de octubre pasado, el Congreso Nacional de Kurdistán (KNK) emitió un comunicado denunciando nuevamente el uso de armas químicas por parte de Turquía; prohibidas por el derecho internacional y con el único objetivo de quebrar la resistencia del Movimiento de liberación kurdo.
El pueblo kurdo fue víctima del uso de este tipo de armas varias veces. En la historia reciente, durante la guerra entre Irán e Iraq, el ataque químico de Sadam Husein contra la población civil el 16 de marzo de 1988, provocó la muerte de más de 5000 kurdos. Este hecho fue conocido internacionalmente como la Masacre de Halabja. El mismo método también fue utilizado durante la invasión de Rojava por parte del Ejército turco en octubre de 2019.
En los últimos seis meses, se ha profundizado el uso de armas químicas contra la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Tan sólo en los últimos ataques, 17 guerrilleros fueron asesinados brutalmente al estar expuestos a estos gases venenosos. Desde el pasado 23 de abril, al menos 100 guerrilleros han muerto como consecuencia de estos ataques que violan la legislación internacional que rige para este tipo de conflictos.
Turquía, signataria y parte de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ), no está respetando sus compromisos con este tratado. Sabemos que incluso en la guerra existen normas, y su violación constituye crímenes de guerra. Sin embargo, el Estado turco avanza violando convenios y la normativa internacional ante el silencio cómplice de la OPAQ (Organización Internacional para la Prohibición de las Armas Químicas), la OMS (Organización Mundial de la Salud) y el resto de la comunidad internacional. La OPAQ no debe quedarse callada y debe enviar inmediatamente una delegación investigadora.
El Estado turco, mediante el uso de armas químicas, comete crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad. Además, intimida, persigue y criminaliza a aquellos y aquellas que alzan su voz para exigir la investigación de estos hechos. Recientemente, fue detenida Şebnem Korucu Fincanci, presidenta de la Asociación Médica Turca (TTB), debido a sus declaraciones sobre un video público en el que podía verse el sufrimiento de dos miembros del PKK luego de un ataque químico en la región del Kurdistán iraquí. Financi fue acusada de “hacer propaganda de una organización terrorista” y “degradar públicamente a la nación turca, el estado de la República de Turquía y sus instituciones”. “Abrir una investigación a alguien que está diciendo que debe realizarse una investigación, da la impresión de estar queriendo ocultar un crimen” sostuvo la médica antes de ser detenida.
Hacemos un llamado URGENTE a todos los organismos de Derechos Humanos de Argentina, para exigir a los estados y a la comunidad internacional en general, el esclarecimiento de la Verdad y Justicia ante los crímenes de lesa humanidad cometidos por el Estado Turco contra el pueblo kurdo. Convocamos a las organizaciones sociales, políticas, feministas, ecologistas y a todos aquellos que luchan por la justicia y la solidaridad internacional entre los pueblos, a manifestarse activamente contra el uso de armas químicas en Kurdistán.
FUENTE: Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán – Argentina
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