“La OTAN decidió ser cómplice de la matanza y persecución sobre los kurdos”

La invasión rusa a Ucrania reavivó el fantasma bélico en el este europeo, generando así el escenario perfecto para un avance norteamericano en la región. Una vez más, el movimiento injerencista se tradujo en una andanada de pedidos de adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).

La novedad más saliente en este sentido tuvo lugar esta semana, durante la cumbre de la alianza militar que se realizó en Madrid, con la marcha atrás al veto de Turquía a los ingresos de Suecia y Finlandia.

Turquía reclamó a ambos países nórdicos -importante destino desde hace décadas de solicitantes de asilo político de todo el mundo y hogar de una importante comunidad kurda- la extradición de 33 personas que pertenecen a los movimientos del Partido de Trabajadores de Kurdistán (PKK), que es calificado de terrorista por Ankara y sus aliados occidentales, y Fetö, el acrónimo del movimiento fundado por el predicador Fetullah Gülen, instalado en Estados Unidos y considerado por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, como instigador del intento de golpe de Estado de julio de 2016.

Se calcula que en Europa hoy viven cerca de dos millones de kurdos, en su mayoría exiliados económicos, producto de la disrupción que provoca el constante avance del ejército de Turquía sobre sus aldeas y ciudades.

“La OTAN decidió ser cómplice de la matanza y persecución turca sobre los kurdos”, señaló a Canal Abierto el periodista e integrante del Congreso Nacional de Kurdistán (KNK), Erol Polat. “No es una novedad que muchos Estados europeos deportan a militantes kurdos y opositores turcos; ahora, en nombre de una falsa lucha contra el terrorismo, se perderán las únicas naciones donde había algún tipo de protección, Suecia y Finlandia”.

Más temprano, ante una oleada de críticas de organismos de derechos humanos, la ministra de Exteriores sueca, Ann Linde, tuvo que salir a declarar que los procesos de extradición no se verán afectados: “Se hace de acuerdo con la legislación sueca y el acuerdo con Turquía no lo cambia”.

Ante la consulta sobre las implicancias geopolíticas del avance de la OTAN, el militante kurdo analizó: “Estados Unidos no quiere ningún otro contra poder en el mundo: con la guerra en Ucrania y el fortalecimiento de la OTAN, está logrando desterrar toda pretensión de autonomía por parte de potencias como Francia o Alemania. Europa está poniéndose a disposición de la estrategia geopolítica norteamericana”.

Otra demanda conseguida por Erdogan a base de presión es la suspensión de las restricciones para la venta de armamento que mantenían los nórdicos y otras naciones occidentales sobre Turquía. “Como sucede con Rusia desde que comenzó la guerra, muchos países de Europa se negaban a enviar armas por la invasión de territorio kurdo; ahora lo van a hacer, y esas armas van a ser utilizada para atacar y reprimir a mis compatriotas”.

FUENTE: Canal Abierto

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