Adem Uzun es miembro fundador del KNK (Congreso Nacional del Kurdistán), con sede en Europa. La periodista Fréderike Geerdink habló con él sobre los antecedentes de las acciones globales del 11 de junio y de una marcha en Turquía el 12 de junio para romper el aislamiento del líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), Abdullah Öcalan.
El contexto más amplio es, por supuesto, el de los recientes acontecimientos geopolíticos que afectan a Kurdistán. Adem Uzun aseguró: “Turquía quiere un nuevo acuerdo con la OTAN, ampliando el artículo 5 del tratado para incluir amenazas terroristas”.
La represión de Turquía contra el movimiento kurdo no suele aparecer en los titulares internacionales, pero con la guerra en Ucrania y las solicitudes de Suecia y Finlandia para unirse a la OTAN, esto ha cambiado.
Turquía está presionando a ambos países, pero sobre todo a Suecia, para que dejen de “apoyar el terrorismo”, diciendo que de lo contrario no dará su visto bueno para la adhesión. Actualmente, Turquía exige la extradición de los kurdos de los países escandinavos y que se levanten los embargos de armas, pero Adem Uzun dice que Turquía tiene otra carta bajo la manga: las adiciones al Alianza del Tratado del Atlántico Norte.
“Turquía piensa -explicó Uzun- que la OTAN va a ser más fuerte y tendrá una nueva estrategia, que se discutirá en una cumbre en España, a finales de junio. Turquía presionará a la OTAN para que haga un nuevo acuerdo, similar al artículo 5 del tratado, que establece que si alguno de los estados miembros es atacado por otro país, todos los miembros de la OTAN deben apoyar a ese país. Turquía también quiere un artículo adicional, relacionado con el terrorismo, que obligaría a los miembros de la OTAN a apoyar la campaña de Turquía contra el movimiento de resistencia kurdo y a guardar silencio sobre los métodos de guerra que utiliza Turquía”.
Cuando se le preguntó si la guerra actual de Turquía contra los kurdos no cuenta ya con el apoyo de la OTAN y si la alianza atlántica ya no guarda silencio sobre los métodos de guerra de Turquía, incluidos los crímenes de guerra, Uzun expresó: “La guerra se está llevando a cabo con apoyo y el silencio de la OTAN. Pero ahora quieren que eso esté arraigado en el acuerdo”.
Sueño otomano
Uzun analizó los esfuerzos de Turquía en un contexto histórico, refiriéndose a los años en que se derrumbó el Imperio Otomano y se fundó la República turca, en 1923. “En la percepción de Turquía –estimó-, el país está pasando por una fase similar a la del colapso del Imperio Otomano. En ese momento, armenios, asirios y caldeos fueron masacrados y se creó Turquía. Ahora quieren cumplir su sueño otomano, pero solo si pueden deshacerse de los kurdos, y podrán hacerlo de manera más efectiva si tienen el nuevo artículo en la OTAN”.
Turquía aprovecha cada oportunidad que tiene para avanzar en esta política, dijo Uzun, y actualmente está utilizando el deseo de Suecia y Finlandia de unirse a la OTAN. Pero es un malentendido, señaló, que ambos países realmente hayan apoyado la lucha kurda por la libertad. Uzun señaló que “los kurdos en Europa tienen algunos derechos, que están garantizados por varios tratados internacionales. Se vieron obligados a abandonar sus países y se convirtieron en refugiados. No estoy feliz de estar en Europa, quiero estar en mi propio país, pero allí hay un régimen fascista, así que vine aquí para encontrar seguridad, para estar protegido. Suecia, Finlandia y otros países europeos otorgan tales derechos, pero cuando se trata de sus propios intereses, apoyan al Estado turco en las relaciones interestatales”.
Nueva invasión
Como ejemplo, mencionó el boicot de armas que varios países, Suecia entre ellos, impusieron a Turquía tras su invasión al noreste de Siria, en 2019. Uzun indicó que “han levantado ese embargo ahora, porque sus propios intereses son más importantes”. El representante del KNK no espera que los kurdos sean extraditados a Turquía, o que se restrinjan las libertades fundamentales en Suecia y Finlandia, pero aclaró que “en los campos militar, económico y diplomático, apoyarán a Turquía porque es en su propio interés”.
Parte del “sueño otomano” de Erdogan, remarcó Adem Uzun, es expandir el territorio de Turquía hacia Irak y Siria, incluyendo, por ejemplo, (la histórica ciudad kurda de) Kirkuk y extensiones de tierra en el norte y noreste sirio. Ahora que el foco de Europa y Estados Unidos está puesto en la guerra de Ucrania, Turquía vuelve a amenazar con invadir el noreste de Siria, y parece que Tell Rifaat y Manbij, al oeste del río Éufrates, son los primeros objetivos de una nueva invasión. Cuando se le preguntó sobre las consecuencias para las personas que viven allí, Uzun dijo: “Para los kurdos, los árabes y toda Siria, será un desastre. Desestabilizará aún más a Siria, Daesh se levantará y se fomentará el Islam radical, habrá limpieza étnica y cambios demográficos, ocurrirán nuevas masacres, el derecho internacional y la Coalición Internacional colapsarán”.
Gran resistencia
Ese es el plan de Turquía, pero no significa que vaya a ser así, agregó Uzun. “Habrá una gran resistencia. Los kurdos están listos –destacó-. Resistirán”. Refiriéndose a las elecciones en Turquía previstas para junio de 2023, Uzun dijo: “Erdogan quiere ser reelegido y eso solo puede suceder si logra avances contra los kurdos, en cualquier lugar. Tiene miedo de que, si no vuelve a ganar, Turquía se haga más pequeña, al igual que Turquía es más pequeña que el Imperio Otomano”.
Lo interesante es que el movimiento armado y desarmado kurdo no está interesado en cortar un pedazo de Turquía y de otros países para establecer un Estado-nación, porque están principalmente en contra de los estados-nación y quieren construir democracias de base reales. Esto es parte de la ideología de Abdullah Öcalan. La pregunta es si Öcalan puede desempeñar un papel en un futuro más democrático para Turquía. Después de todo, ha habido negociaciones en Oslo (entre 2006 y 2011) entre Turquía y el PKK, en las que el PKK intentó poner sobre la mesa la democratización, pero las conversaciones fracasaron y finalmente llegamos a donde estamos ahora: en una de los períodos más violentos de la guerra del Estado contra los kurdos.
Adem Uzun formó parte de la delegación del PKK en Oslo. “Conozco la actitud y las tácticas de Turquía –recordó-. No quieren una solución al problema kurdo, solo se centraron en deshacerse del movimiento armado. Cuando trajimos a la mesa el cambio social y político, cuando quisimos hablar de ecología, de derechos de las mujeres, de ayuntamientos, de autonomía, dijeron: ‘Podemos hablar de eso más tarde’. Pero para nosotros, estos temas son fundamentales”.
Ambiciones y sueños
Uzun cree que las ideas de Öcalan todavía tienen mucho valor: “Las verdades de los estados-nación no son una solución a los problemas de la gente. El Estado-nación no les ayuda en sus ambiciones y sueños, en la consecución de sus derechos fundamentales. Öcalan está proponiendo una nueva verdad, que puede cumplir y dar esperanza de más democracia, ecología, derechos de las mujeres, derechos democráticos, libertad, coexistencia, amarse unos a otros, vivir juntos”.
Por esa razón, habrá un Día de Acción Global el 11 de junio, con manifestaciones y marchas no solo en Europa sino también en América del Sur, y en Medio Oriente y Kurdistán. Al día siguiente, domingo 12 de junio, habrá una marcha a Gemlik, la ciudad de la provincia de Bursa (sudeste de Turquía), desde donde zarpará el barco hacia la isla-prisión de Imralı, donde Öcalan ha estado encarcelado desde 1999 y se encuentra aislado. Este aislamiento debe romperse, dijo Adem Uzun: “Por supuesto, Turquía no lo permitirá, pero la gente insistirá en continuar su marcha”.
FUENTE: Medya News / ANF
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