Esta columna puede parecer una repetición para los lectores de Yeni Özgür Politika. Esta repetición no se debe a la falta de material nuevo, sino que refleja la profundización y ampliación de los planes de los jugadores internacionales a medida que continúa una lucha feroz.
Si bien la invasión de Turquía al sur de Kurdistán (Bashur) continuó con el apoyo y la asistencia del Partido Democrático de Kurdistán (PDK), el ejército iraquí también contó con la ayuda de ese partido para lanzar un ataque contra Sinjar (Shengal).
Estados Unidos ha unido a Turquía e Irak para eliminar al Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), sugiriendo que ambos deberían “disparar a los kurdos con los propios kurdos”.
El PDK y la familia Barzani muestran que están listos y dispuestos a cometer todo tipo de vulgaridades y malicias para realizar este plan, que consideran un problema claro para la existencia misma del PKK.
El 3 de agosto de 2014, las bandas de ISIS atacaron Sinjar. Miles de kurdos yezidíes fueron masacrados y 4.000 mujeres yezidíes -cuya suerte aún se desconoce- fueron secuestradas por las bandas terroristas. Ni la ONU, Estados Unidos, Irak ni las fuerzas del PDK intervinieron para detener esta masacre, que tuvo lugar a la vista de todos. Solo con la intervención de la guerrilla del PKK y los combatientes de las Unidades de Defensa del Pueblo (YPG/YPJ) se evitó que la masacre se intensificara.
Estados Unidos, Turquía, el PDK y el gobierno iraquí quieren distorsionar este hecho y darle la vuelta. Tienen la intención de entregar el futuro y la seguridad de Sinjar y de los kurdos yezidíes al PDK y a las fuerzas iraquíes. Estas son las mismas fuerzas que recogieron sus armas y huyeron mientras ocurría la masacre de ISIS.
El Acuerdo de Sinjar, del 9 de octubre de 2020, que se firmó junto con Estados Unidos, incluyó al gobierno iraquí en una asociación entre el Estado turco y el PDK. Este acuerdo constaba de un solo elemento: la eliminación de las fuerzas del PKK y de las fuerzas extranjeras en Sinjar.
Estados Unidos, el gobierno iraquí de Mustafa Al-Kadhimi y el PDK son perfectamente conscientes del hecho de que las guerrillas del PKK abandonaron Sinjar en marzo de 2018 y que ahora no queda nadie de la insurgencia.
Hay otro hecho crucial: la única fuerza que lucha en su patria, ya sea Irak o el Kurdistán del Sur, que no es parte de una potencia extranjera, es el PKK.
Hay cientos de fuerzas, organizaciones y grupos extranjeros no iraquíes en el territorio, incluidas la República turca, Estados Unidos, el Reino Unido, Francia, Irán, Al Qaeda, ISIS, Haşdi al-Shaabi (Fuerzas de Movilización Popular), Haşdi Vatani y el Frente Turcomano formado por Turquía a partir de bandas yihadistas extranjeras.
Estados Unidos no tiene objeciones a la presencia de estas organizaciones, ni siquiera a Al Qaeda o ISIS. Está claro que cuando Estados Unidos dice “organizaciones extranjeras”, se refiere específicamente al PKK.
Estados Unidos y los estados europeos no pueden encubrir esta simple verdad con la retórica de “lucha contra el terrorismo”, “el derecho de Turquía a la autodefensa”, ni “potencias extranjeras en Irak”. Estas mentiras no hacen creíble la eliminación del PKK. Cada vez es más evidente un plan internacional en el que la República turca y el PDK comparten el objetivo de exterminar al PKK.
El Proyecto del Gran Oriente Medio (GMEP, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos y Europa sigue más vivo que nunca. Las potencias internacionales ven tanto a Recep Tayyip Erdogan, jefe del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) y presidente de Turquía, como a la familia Barzani, como aliados útiles para este proyecto.
Estados Unidos y la Unión Europea (UE) aún apoyan a la dictadura de Erdogan, a pesar de las rupturas significativas en las relaciones con el gobierno turco.
Cabe señalar que Estados Unidos y la UE no mostraron ninguna reacción seria contra el gobierno del AKP y del Partido del Movimiento Nacionalista (MHP). Estados Unidos y la UE tienen cuidado de no hacer movimientos que beneficien a la oposición en Turquía o que afecten negativamente al gobierno de Erdogan.
En 2006, en el American Enterprise Institute (EI), el asesor de alto nivel del AKP, Cüneyt Zapsu, supuestamente instó a la administración de Estados Unidos a aprovechar la posición de Erdogan, utilizando la frase turca “no metas a este hombre en un agujero, utilízalo”. Es evidente que este consejo fue tomado.
Está claro que Estados Unidos y la UE tienen la intención de mantener al gobierno de Erdogan en el poder por otro período. Aquellos que se preparan para las elecciones en Turquía deberían tener esto en cuenta.
Las causas de esta crisis son el apoyo del Estado turco a ISIS en Siria e Irak; la disputa sobre el embargo contra Irán y el caso Halkbank; las relaciones con Rusia, el problema de los misiles S-400 y las políticas contrarias a la OTAN; el no reconocimiento de las decisiones de la Unión Europea, el Consejo de Europa y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos.
No importa cuán críticos sean, estos problemas no ejercen la presión suficiente para que Estados Unidos y la UE dejen de apoyar a Turquía.
Por el contrario, se ha acelerado el apoyo político, militar y económico al régimen de Erdogan.
La tolerancia hacia el Estado turco y Erdogan es el resultado de la necesidad de utilizar a Turquía y a su presidente para implementar el “Plan Maestro”, el Proyecto del Gran Medio Oriente, preparado por las potencias imperiales.
Hosni Mubarak, Omar al-Bashir, Zine El Abidine Ben Ali, Abdelaziz Bouteflika y Ashraf Ghani Ahmadzai alguna vez también fueron útiles y confiables aliados favoritos de Estados Unidos y Europa.
Es una política clásica y bien conocida de Estados Unidos, Inglaterra, Francia y otros llamados “grandes jugadores” apoyar y explotar dictaduras y gobiernos oligárquicos al máximo, y luego pretender despertar, de repente, frente a la violación de los derechos humanos y los principios democráticos.
Erdogan sigue siendo un socio confiable para Occidente y no será “arrastrado al hoyo” por mucho tiempo.
FUENTE: Ferda Çetin / Yeni Özgür Politika / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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