Hace exactamente un año, varias pioneras e integrante del Movimiento por la Libertad de las Mujeres de Rojava, Kongra Star, murieron en un ataque con drones armados turcos en la aldea de Helince, en Kobanê. Fueron asesinadas por el régimen fascista turco, al igual que Sakine Cansız, Fidan Doğan y Leyla Şaylemez, asesinadas en París el 9 de enero de 2013. La masacre de Kobanê es, por tanto, como la masacre de París, un asesinato político.
Ahora, se puede decir que todo asesinato de mujeres es político, lo que es verdad. Todas las formas de violencia masculina contra la mujer son políticas. El lema principal del Movimiento de Mujeres de la Segunda Ola, “Lo privado es político”, llamó la atención sobre este hecho.
Pero más allá de esto, somos testigos de que las mujeres son cada vez más atacadas debido a sus roles de liderazgo en la arena política y social. En otras palabras, las mujeres pioneras son cada vez más atacadas y asesinadas sistemáticamente por liderar la lucha social. Las mujeres que lideran la lucha por la libertad, que son las valientes defensoras de la verdad en el campo del periodismo, que están a la vanguardia de la defensa de la tierra y que persuaden a la gente para que resista contra los dictadores fascistas, son asesinadas.
Los perpetradores, a menudo no son castigados porque el asesino es el sistema mismo. Es el trío Estado-corporación supranacional-pandillas paramilitares, el que decide, planifica, organiza e implementa asesinatos políticos contra mujeres líderes. El objetivo de los asesinatos políticos cometidos por estos principales actores de la modernidad capitalista patriarcal, es eliminar el liderazgo de las mujeres en este siglo XXI, que es candidato a ser la era de la revolución de las mujeres, porque el liderazgo de las mujeres en los campos de la libertad , la democracia, la justicia y la ecología es la dinámica que más amenaza la existencia del sistema dominante y la mentalidad en la que se basa. Esta realidad es claramente evidente desde Kurdistán y Turquía hasta Bielorrusia, desde Chile hasta Estados Unidos, desde Afganistán hasta México.
Por tanto, cada feminicidio político que el sistema intenta presentarnos como un hecho singular y aislado, constituye parte de un todo sistemático. Por eso, es fundamental desarrollar una lucha conjunta contra él.
El objetivo de la plataforma internacional recientemente establecida Weaving for Life es unir la lucha local contra el feminicidio político. Además, se trata de revelar los hechos sobre los antecedentes de los asesinatos políticos contra mujeres pioneras, exponer a los asesinos, luchar contra la impunidad y, en última instancia, defender a nuestras mujeres pioneras en vida, desarrollando así la lucha por la autodefensa en esta área también.
En este sentido, tenemos que crear una lucha de dos partes para defender la vida. Por un lado, defender los derechos de nuestras pioneras que nos fueron arrebatadas y brutalmente asesinadas, asegurar que los asesinos sean juzgados y castigados, y luchar por la justicia. Por otro lado, proteger a las mujeres pioneras mientras estén vivas. Esto requiere la autodefensa de las mujeres, basada en la solidaridad transfronteriza y en la defensa mutua. ¿Cómo debería llevarse a cabo esa autodefensa y qué métodos deberían utilizarse? Discutiremos estos asuntos dentro de la plataforma de forma colectiva en el próximo período. Asimismo, también discutiremos la comprensión de la justicia comunitaria en la que se basará nuestra lucha.
No basta con condenar y protestar. Lo importante es pedir cuentas a los perpetradores y evitar que se produzcan nuevas masacres mediante una lucha integral y eficaz. Esta es la respuesta más significativa para la memoria de las pioneras que han sido arrebatadas de nuestra lucha.
Meral Çiçek / Yeni Ozgur Politika / Medya News / Traducción y edición: Kurdistán América Latina
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