El Parlamento turco ha aprobado hoy (por ayer) una ley para hostigar a las organizaciones de defensa de los derechos humanos tras un debate enormemente tenso, en el que incluso hubo agresiones físicas entre los diputados, con los votos del partido islamista Justicia y Desarrollo (AKP), que gobierna Turquía desde 2002, y su socio de coalición, el panturco MHP.
La norma, titulada “Ley para prevenir la financiación de la proliferación de armas de destrucción masiva”, se presentó con el objetivo de congelar los fondos de organizaciones denunciadas en resoluciones de Naciones Unidos, y prohíbe el tránsito de material destinado a armas nucleares, pero incluye numerosos apartados que amplían los poderes del Ministerio del Interior.
Así, se podrán congelar también por decisión administrativa los fondos de cualquier persona u organización sospechosa de colaborar con una organización tipificada como “terrorista” por los tribunales, aunque la decisión debe ser luego ratificada por un juzgado.
También se podrá interrumpir cualquier campaña de donaciones “no autorizada” en internet, bloquear las páginas e imponer multas por valor de hasta 20.000 euros a sus responsables.
En conjunto, “la ley no es predecible”, porque deja “un enorme margen de decisión al Ministerio del Interior”, ha denunciado al digital turco Bianet la jurista Sule Özsoy-Boyunsuz.
“El gobierno se puede despertar una mañana, escoger una ONG y cerrarla al día siguiente”, resumió la académica.
El jueves pasado, la organización internacional de derechos humanos Human Rights Watch (HRW) advirtió contra la proposición de ley, señalando que su objetivo es “limitar y restringir las actividades legítimas de cualquier organización no gubernamental que no le guste” al gobierno.
“Es una herramienta peligrosa para limitar la libertad de asociación”, concluye HRW.
FUENTE: Naiz / Edición: Kurdistán América Latina
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