Mithat Sancar nació en 1963 en Nusaybin, una de las ciudades de Kurdistán Norte más afectadas por las operaciones del Estado turco. Al igual que varios de sus compañeros del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), estudió Derecho para defender a su pueblo, el kurdo, de las injusticias sufridas durante décadas. Antes de convertirse en diputado, colaboró con diferentes diarios explicando la causa kurda y sus vías de solución y, en 2007, obtuvo una plaza de profesor en la prestigiosa Universidad de Ankara.
En una entrevista realizada en el Parlamento, en donde los boquetes en algunos edificios recuerdan el fallido golpe de Estado del pasado 15 de julio, Mithat Sancar responde a las preguntas del diario Gara sobre la situación que afronta el país y el marco legal de las detenciones masivas. Mientras pasa las bolas de un tesbih, el rosario musulmán, insiste en que no es el momento para hablar sobre las posibles divisiones internas en el HDP o las consecuencias de las zanjas y barricadas de las ciudades kurdas. Es el momento de Gülen, el estado de emergencia y la ley.
-Tras el golpe de Estado, y pese a reclamar unidad política, el Partido Justicia y Desarrollo (AKP) se ha reunido con la oposición nacionalista, pero no con ustedes. ¿Es posible esta unidad excluyendo a la tercera fuerza del Parlamento?
-La expectativa de una unidad nacional no es real. Tratar de crear una falsa ilusión no es bueno. Si nos hubieran llamado, habríamos acudido, ya que nuestro estilo político se basa en el diálogo.
-¿Cómo hubiera afectado a Kurdistán Norte el triunfo de los golpistas?
-Habría aumentado la presión. La guerra que vive Kurdistán Norte está y ha estado dirigida por estos mismos coroneles que están siendo arrestados. Además, si los golpistas se hubieran hecho con el poder, lo más probable es que ahora estuviéramos viviendo una guerra civil.
-Ahora viven bajo el estado de emergencia. Pero, desde hace un año, los kurdos sufren las injusticias de una ley marcial de facto. ¿La actual situación supondrá algún cambio?
-La implementación de facto de la ley marcial ha sido más rígida que el estado de emergencia. Por eso no creo que nada cambie. La mayoría de las acciones del Gobierno en Kurdistán Norte no han sido legales y no serían legales incluso bajo el estado de emergencia, que ayuda a eliminar el proceso legal en la toma de decisiones. Parece que todas las acciones están dirigidas contra los miembros del Cemaat –Movimiento, como se conoce a la cofradía de Fethullah Gülen–, pero hay gente que está siendo acusada y no tiene relación. Pero el estado de emergencia permite estas acciones.
Turquía ha suspendido temporalmente la Convención Europea de DDHH. Se escuda en el caso francés. Pero ampliar el periodo de detención de cuatro a treinta días o permitir que las conversaciones entre acusados y abogados sean grabadas parecen medidas que rebasan los límites legales.
Nuestro estado de emergencia es mucho más agresivo que el de los países europeos. En el pasado ya vimos cómo se aplicaba. En Turquía todo es más arbitrario, tanto la ley como el propio Estado. Ambos son de carácter represivo y muchos de los puentes legales acaban destrozados.
-¿Cree que la tortura será una práctica habitual bajo el estado de emergencia?
-La veremos, pero no sólo ahora. Es algo que llevamos viendo en el último año en Kurdistán Norte. Ahora, con el estado de emergencia, no hará falta ni esconder este tipo de acciones. Es una práctica que el Estado ve como normal, pero que al mismo tiempo puede llegar a crear muchos problemas en las relaciones internacionales.
-El AKP acaba de reformar el Ejército, el estamento considerado guardián del secularismo. ¿Podrá controlarlo?
-En un corto periodo de tiempo no creo que sea posible. En el Ejército hay grupos nacionalistas que tanto el CHP (kemalista) como el MHP (panturco) querrán potenciar. Entre los tres van a diseñar un nuevo Ejército.
-Entender en Europa la purga de gülenistas es complicado. Atesoran un gran poder en importantes áreas. Como abogado y como anatolio, ¿entiende al Gobierno?
-Todo el mundo sabe que hay gülenistas dentro del Estado. Especialmente en la Educación y la Judicatura. Pero tenemos que diferenciar entre ellos: si tienen relación con el golpe de Estado, si son dirigentes o si son simpatizantes. El proceso tiene que ser transparente y dirigirse contra quienes apoyaron el golpe. Los simpatizantes no tendrían que ser encarcelados puesto que estaríamos hablando de más de un millón de personas. Si no existen pruebas concretas no tendrían que ser arrestados. Hay periodistas detenidos que no tienen relación con Gülen, y esto va en contra de las leyes internacionales.
-Los fiscales relacionados con Gülen fueron quienes dirigieron los juicios del KCK o la causa legal contra el director de la Inteligencia turca por las conversaciones de Oslo. ¿Cómo afectó el gülenismo a Kurdistán Norte?
-Ellos tienen que ser juzgados por el daño que hicieron en Kurdistán Norte y no por ser miembros del Cemaat. Quienes hayan participado en el golpe de Estado también tienen que ser juzgados.
-La poderosa red educativa gülenista está siendo desmantelada. ¿Cómo afectará al país?
-El cambio educativo influirá en todas las regiones y no creo que haya una solución sencilla. Estamos de acuerdo en que es necesario acabar con la influencia del Cemaat. ¿Pero qué pasará con los trabajadores de las universidades y los colegios gülenistas? ¿Qué pasará con los empleados de la limpieza? ¿Y con los estudiantes? El Estado tiene que tener en cuenta dos aspectos: respetar la ley y evitar crear víctimas innecesarias. Como la purga no sea adecuada, tardaremos décadas en recuperarnos.
-Erdogan tiene ahora la posibilidad de retomar el proceso de diálogo, como ustedes reclaman. ¿Cómo afecta el golpe de Estado al conflicto con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK)?
-Retomar el proceso de diálogo es ahora más factible que antes del 15 de julio. El proceso siempre ha estado en las manos de Erdogan. Si el Estado quisiera, podría retomarlo. Es muy fácil, sólo tendría que hablar con Abdullah Öcalan. Qandil (montañas en el Kurdistán iraquí donde se encuentra la comandancia del PKK) dice que Erdogan se vea con Öcalan. Si él pidiera al PKK que dejara de luchar creo que sucedería.
-Erdogan está obteniendo beneficios con su giro nacionalista. ¿Le interesará volver a la mesa negociadora?
-No decimos que quiera volver, pero él sabe que la lucha continuaría 1.000 años más. No es la primera vez que se reaviva el conflicto, pero el Ejército nunca podrá ganar. Si Erdogan quiere salvarse de un nuevo intento de golpe de Estado tiene que retomar el proceso de diálogo. Es lo que repite Selahattin Demirtas. Se lo dice a ambos, pero Erdogan y el PKK tienen que decidirlo. Bombardear a los civiles en Kurdistán Norte no es el camino y tiene una influencia muy negativa. Esta lucha está terminando con los avances del país y mientras haya guerra en Kurdistán Norte nunca habrá paz en el resto de Turquía.
-¿Le apetece hablar de la Unión Europea (UE)?
-En los últimos años, las políticas de la UE no han sido buenas. Sólo piensan en ellos, en su propio beneficio, en los refugiados y en Gran Bretaña. En los dos últimos años han sido incapaces de solucionar sus propios problemas y ahora son débiles. En el conflicto en Kurdistán Norte no se ha comportado de manera correcta y no hemos visto intentos efectivos para detener las violaciones de los derechos humanos. Debido a la crisis de refugiados, sobre todo Alemania ha reforzado las políticas de Erdogan.
-El Estado parece que quiere culpar a los golpistas del derribo del avión ruso e incluso de la masacre de Roboski. ¿Qué le parece?
-En la masacre de Roboski son culpables quienes tiraron las bombas, pero también existe una responsabilidad política. Ellos quieren culpar a los golpistas para salvar al AKP de sus errores, pero no nos vale. Queremos una investigación independiente para encontrar a los culpables.
-Esta semana, el primer ministro, Binali Yildirim ha insistido en la reforma constitucional. ¿Conseguirá Erdogan su sistema presidencialista?
-Parece que el AKP, MHP y CHP van a hacer un paquete legal, y no un cambio en la Constitución. En ese paquete lo más probable es que haya cambios relacionados con el sistema judicial. Estoy convencido de que el CHP no apoyará el sistema presidencialista de Erdogan.
Yildirim ha asegurado que no habrá nuevos comicios, pero el AKP podría no tener otra opción si ustedes empiezan a entrar en la cárcel. Puede que incluso sea el objetivo de Erdogan.
No espero elecciones este año. Si el 5% de los parlamentarios fueran expulsados, el presidente tendría que convocar elecciones dentro de las regiones en las que faltaran diputados. Nuestros procesos legales no serán rápidos. Es necesario que nos condenen, y por eso insisto en que Erdogan no tendrá pronto su sistema presidencialista.
FUENTE: Miguel Fernández Ibáñez/Naiz/Resumen Latinoamericano