Jihad Hammy and Eleanor Finley*
“Parece haber una fuerte tendencia a acumular ideas más que a derivarlas, a desarmarlas y armarlas como si estuviésemos ante un motor de automóvil, más que a analizarlas como partes de un proceso” – Murray Bookchin, 1986. The Modern Crisis.
“No debemos ni envolvernos de la civilización europea ni rechazarla categóricamente. Debemos contribuir al desarrollo de la humanidad como un todo.” – Abdullah Öcalan.
Rojava es una pequeña área en Oriente Medio que está inspirando y dando esperanzas a gente de todo el mundo. Aunque esta revolución ha sido una sorpresa para muchos, no es del todo extraño que Rojava haya captado tanta atención, ya que el paradigma que la alimenta recoge el testigo de las ideas libres y democráticas del pasado. Por este motivo tanta gente se siente afín a esta revolución y es parte de ella.
El espíritu de Rojava nace a través de la filosofía de Abdullah Öcalan. Una de las mayores tareas de esta filosofía es superar las dicotomías basadas en objeto y sujeto. Esta división está presente en los binarios tales como blanco/negro, este/oeste, naturaleza/sociedad, etc. La dominación y la explotación surgen rápidamente desde tal pensamiento en el que el sujeto activo e inteligente (blanco, oeste, sociedad, etc.) está separado y por encima del “objeto” pasivo e inferior. Para superar las jerarquías y la dominación, una nueva forma de pensar es necesaria, que sirva para reconocer la unidad en medio de la diversidad presente en la vida social. Öcalan deriva esta metodología, entre otros muchos asuntos, de los trabajos del filósofo político Murray Bookchin, que fue uno de los mayores pensadores de izquierda en fijar políticas revolucionarias en la democracia directa confederativa.
Aunque muy pocos en Rojava han oído hablar de Bookchin, artículos en varios medios prestigiosos de izquierda como el New York Times, el Huffington Post y ROAR han señalado la fuerte conexión intelectual entre Öcalan y Bookchin. Como resultado, muchos activistas están preocupados de que las contribuciones únicas de Öcalan estén siendo desestimadas por ser producto de un autor occidental. Apuntan certeramente que Öcalan es una presa fácil para los medios mainstream, que buscan retratarlo como la autoridad dogmática de un nuevo “tercer mundo” en auge.
¿Cómo deberíamos entender la relación entre estos dos pensadores? ¿Cómo podríamos compatibilizar estos dos conjuntos de ideas, tan similares en algunos aspectos, tan únicos en otros? ¿A quién pertenecen las ideas que han generado estas recientes políticas transformadoras?
La respuesta puede ser hallada en sus propias metodologías: el naturalismo dialéctico. El naturalismo dialéctico fue desarrollado en primera instancia por Bookchin como una crítica y una respuesta al materialismo dialéctico de Marx, que veía que el progreso social estaba impulsado por una inherente escasez de la naturaleza. El naturalismo dialéctico presenta a la sociedad como una entidad orgánica, como un árbol con muchas ramas que crece constantemente. Öcalan adoptó esta dialéctica “continua y orgánica” cuando pasó de una perspectiva nacionalista a una internacionalista. En 1999, después de haberle sido denegado el asilo en varios países y de haber sido secuestrado por la OTAN, Öcalan se da cuenta de que el enemigo no es solo Turquía, sino el sistema capitalista mundial. Se percató de que su captura había sido planeada por Israel, EEUU, Rusia y la UE. El papel de Turquía era secundario. Tal y como explica Öcalan en el primer tomo de su libro Civilización, “El rol que se ha asignado a Turquía es ser un mero gendarme, el perro guardián de toda la gente de Oriente Medio para hacerlos más susceptibles a la opresión y la explotación del sistema capitalista”.
A partir de entonces, Öcalan se interesa seriamente por filósofos y pensadores internacionales ya que se dio cuenta de que era necesaria una teoría coherente y humanista para plantear una alternativa real al sistema capitalista mundial. Las fronteras de “Este” y “Oeste” eran ilusorias. Empezó a ver el desarrollo humano de una manera holística.
La influencias de Bookchin están quizás más presente en el libro de Öcalan “En Defensa del Pueblo” donde Öcalan se distancia de la lucha de clases, y enfoca la lucha revolucionaria contra la jerarquía y todas las formas de dominación y explotación históricas. Aquí empieza a manifestar que el Estado no es la solución, sino más bien un obstáculo en el camino hacia una sociedad libre y ética.
La otra influencia principal de Bookchin sobre Öcalan es la defensa de la ecología como otro campo de lucha. Mientras el mundo ecológico se dirige al colapso, la naturaleza se aproxima al apocalipsis – usando terminología religiosa – . Öcalan invita a armonizar la primera naturaleza (los humanos) con la segunda naturaleza (el mundo creado por ellos), en contraposición al demencial industrialismo capitalista.
Bookchin fue el primer autor de izquierda en valorar los eventos del Creciente Fértil como significativos para el proyecto socialista. En su odisea por comprender los orígenes de las jerarquías, señala al Creciente Fértil como el lugar donde nace el concepto de “libertad”. Las buenas condiciones climáticas, la estructura del suelo, y los ríos y arroyos provenientes de las montes Tauro y Zagros permitieron a los humanos evolucionar de una sociedad cazador-recolectora a una sedentaria y agrícola, abriendo el camino para una revolución social, tecnológica y política en esta zona particular hace aproximadamente 11.000 años.
Comienza entonces un linaje en el libre desarrollo de ideas. Para Öcalan, hay un significado adicional en cómo esta revolución social se extendió no mediante la conquista, sino mediante “expansión cultural”. Esta revolución no se detuvo en una pequeña área geográfica, se movió y extendió por toda la faz terrestre. Hace unos 6.000 años, ramas de la revolución neolítica se habían asentado y crecido (a partir de su raíz en el Creciente Fértil) en Europa, el norte de África y en el centro y sur de Asia.
El desarrollo social humano (incluyendo el libre pensamiento) puede ser visto como un árbol, que sería la acumulación de conocimiento. Tenemos el fruto de Öcalan y el fruto de Bookchin. El de Öcalan sabe diferente, pero pertenece a la misma raíz y a la misma rama, es una derivación y una elaboración a partir de una rama establecida por Bookchin. No tenemos una totalidad, sino más bien una “unidad en la diversidad”. La unidad es la raíz y las ramas son la diversidad. Si intentamos analizar la diversidad sin ver la raíz, estaremos muy lejos de la verdad.
Los enfoques nacionalistas y orientalistas que enfrentan a Bookchin y a Öcalan son improductivos. Algunas ideas de Öcalan derivan de las de Bookchin, pero no se reducen a ellas. Es más, la habilidad de Öcalan para interactuar con las ideas de Bookchin viene de grupos de ecología social de Estambul, que empezaron a trabajar en los años 90. Estos grupos estaban interesados en la ecología social, lo que les hizo traducir los textos de Bookchin. También publicaron trabajos propios, y aplicaron principios socio-ecológicos a problemas medioambientales de Estambul y de Turquía. Las ideas revolucionarias pertenecen a toda la evolución humana, es un solo proceso, con muchas ramas, distinciones y vertientes. La revolución de Rojava representa un desarrollo cultural y la acumulación de conocimiento libre.
*Jihad Hammy es un kurdo de Kobane. Era estudiante de Literatura inglesa en la universidad de Damasco antes de huir debido a la guerra civil Siria.
Elearor Finley ha sido estudiante del ISE desde 2011. Tiene experiencia en el activismo feminista y participó en el movimiento Occupy Wall Street. Eleanor es estudiante de postgrado en Antropología en la Universidad de Massachusetts, Amherst. Sus líneas de investigación se centran en movimientos sociales, medio ambiente y energía en Europa. Actualmente está desarrollando investigación y acción dentro del movimiento Anti-Fracking español.
Fuente: Kurdish Question
Traducido por Rojava Azadi