Los pueblos que habitan Turquía sufren todos los días la represión y la persecución del gobierno de Recep Tayyip Erdogan y sus aparatos paraestatales. En las últimas semanas, dos trabajadores rurales fueron arrojados desde un helicóptero durante una operación militar en Van, y un militante fue secuestrado y sometido a un interrogatorio bajo tortura.
Desde los partidos de izquierda y revolucionarios se solidarizaron con quienes sufrieron esta violencia. Además, expresaron su repudio ante estos reiterados hechos a los que son sometidos los pueblos y la oposición.
El 11 de septiembre, Servet Turgut y Osman Şiban estaban trabajando en sus campos en Van, cuando fueron golpeados por soldados y subidos a un helicóptero, informaron sus familiares. “No se supo nada de ellos durante dos días”, expresaron los testigos. Los dos campesinos hoy se encuentran internados en Van: Turgut “fue ingresado como paciente anónimo debido a una caída desde altura”, y Şiban continúa “con sus ojos cubiertos de sangre y con moretones, además de tener pérdida de memoria debido a la tortura”.
Desde el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) repudiaron los maltratos que sufrieron Turgut y Şiban. “Este silencio pasará a la historia como la confesión y admisión del crimen”, denunciaron, ya que todavía ni el gobierno ni los funcionarios locales hicieron una sola declaración.
El 19 de septiembre, el co-portavoz de la Asamblea Juvenil del HDP, Serhat Aktumur, fue secuestrado por presuntos empleados del servicio secreto turco (MIT), y sometido a violencia física por negarse a ser un “informante”. Tras ser amenazado de muerte y dejado con los ojos vendados en un parque de Diyarbekir (Amed), el militante popular presentará una denuncia penal ante la fiscalía.
No es la primera vez que las fuerzas de seguridad turcas secuestran y maltratan. En los últimos seis meses, salieron a la luz seis casos más de personas obligadas a actuar como agentes bajo amenazas de muerte. “Cuando rechazaron la oferta, los golpearon y los dejaron a un lado del camino”, informaron desde la agencia ANF. Hoy en Turquía hay miles de militantes y activistas por los derechos humanos arrestados sin ninguna base legal.
Desde el Comité Ejecutivo Central del HDP expresaron: “Los representantes del gobierno, que están amenazando a casi todo el mundo y hablan el lenguaje de la mafia, imponen un régimen criminal”. “Casi todos los días en diferentes regiones de Turquía, no faltan ataques racistas, asesinatos y torturas, que las utilizan como herramienta para imponer el terror”, detallaron.
Por último, el HDP resaltó que estos crímenes inhumanos son “la continuidad de los cometidos contra los kurdos en los años 90 e incluso peores”. “El pueblo no tiene miedo a los ataques. La única forma de detener esta agresión es reivindicar la lucha por la paz con todo el pueblo de Turquía”, finalizaron.
FUENTE: Emiliano Fidel Lomlomdjian / Nor Sevan / Edición: Kurdistán América Latina