El gobierno turco está aplicando una “política de golpe de Estado”’ contra la mayoría kurda del sudeste del país, donde el 81 por ciento de los municipios administrados por el Partido Democrático de los Pueblos (HDP) fueron intervenidos por el gobierno nacional desde 2016.
En un informe difundido ayer por el HDP se puntualizó que un total de 51 de los 63 municipios que ganó el HDP en las últimas elecciones fueron confiscados por el gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan, mientras que un total de 146 funcionarios designados por el Estado han sido impuestos en esos municipios en los últimos cuatro años.
El gobierno acusa, sin pruebas reales, al HDP de tener vínculos con el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK). Desde el fallido intento de golpe de Estado de 2016, Ankara ha intensificado la represión contra los kurdos, deteniendo al menos a 20 alcaldes del HDP y tomando el control de los municipios dirigidos por ese partido, que es la tercera fuerza política del país.
“Erdogan es un golpista”, afirmó el diputado del HDP, Garo Paylan, quien difundió el informe. “La voluntad del pueblo está actualmente bajo arresto. Nuestros alcaldes, miembros del concejo municipal y funcionarios electos no pueden hacer su trabajo. Exigimos que sean devueltos a sus puestos”, aseveró el legislador de origen armenio.
Los ex copresidentes del HDP, Selahattin Demirtaş y Figen Yüksekdağ, se encuentran entre los principales dirigentes del partido que se encuentran encarcelados desde 2016 por supuestos cargos de terrorismo y como parte de la represión del gobierno.
FUENTE: Ahval / Traducción y edición: Kurdistán América Latina