Aunque tocar el tambor en Afrin siempre se limitó a los intérpretes varones, Nubhar Suleiman, de 17 años, una desplazada de la aldea de Burj Soliman en esa región kurda del norte de Siria, logró romper este monopolio masculino para convertirse en la primera tamborillista femenina en su región.
Nubhar proviene de una sociedad que considera a las percusionistas extrañas e inusuales para la cultura y las costumbres. Incluso, sus compañeros tienden a tocar otros instrumentos como la guitarra, el piano y el violín.
Nubhar dijo que “tocar el gran tambor como mujer es algo desconocido en las normas sociales de Afrin, especialmente en mi pueblo”.
“Quería ser la primera niña que rompa esta norma. Intentaré que tocar el tambor entre las niñas sea algo normal y demostrar que las mujeres pueden tocarlo y que tocar este instrumento no está restringido solo a los hombres”, agregó.
Nubhar pasa la mayor parte del tiempo fuera de la casa en la que vive con su familia, en la aldea de Ahdath, en el campo norte de Alepo, tratando de aprovechar su tiempo al máximo y aprendiendo a tocar diferentes instrumentos musicales.
La madre de Nubhar, Zainab Suleiman, le contó a North Press sobre el amor de su hija por la música y las artes. “Al principio me preguntaba ‘¿cómo podría mi hija tocar el tambor?’. Nunca vi ni escuché de una percusionista en Afrin; lo respeté, pero no la apoyé al principio”.
“Pero cuando vi su deseo de desafiar los hábitos y restricciones impuestas a las niñas a través de su pasatiempo, comencé a animarla a ser baterista y aprender a tocar otros instrumentos musicales también”, agregó la madre.
En Afrin, Nubhar era muy activa y a la edad de 13 años formó parte de la banda de folklore kurdo Kulilken Zozanan. Allí aprendió a tocar el tambor derbake y participó en muchos festivales. Sin embargo, después de su desplazamiento forzado se vio obligada a dejar de jugar.
El ejército turco y sus grupos armados aliados invadieron la región de Afrin el 20 de enero de 2018, lo que provocó el desplazamiento de más de 300.000 personas, según la Organización de Derechos Humanos en Afrin (ODHA).
Después de su desplazamiento a Alepo, la niña se unió a varias bandas dentro de Golden Crescent, una institución que organiza eventos culturales y artísticos. Ella toca el derbake, la pandereta, canta y también es jugadora del equipo de fútbol femenino de las más jóvenes.
La primera fiesta en la que participó Nubhar como tamborillista fue la celebración del Día de la Mujer en Alepo, una escena inusual para su sociedad y una experiencia única.
El Centro de la Media Luna Roja en el norte de Alepo incluye ocho grupos, que realicen bailes folclóricos para niños y mujeres jóvenes, canto y teatro, además de ofrecer cursos para aprender instrumentos musicales.
Nubhar también está practicando el bouzouki y quiere aprender a tocar la guitarra en el futuro. “Me gusta dominar todos los instrumentos que amo”, afirma.
Este año, Nubhar está estudiando en el tercer año de la escuela secundaria, preparando lecciones en casa como preparación para la apertura de la escuela.
FUENTE: Dejla Khalil / North Press Agency / Traducción y edición: Kurdistán América Latina