En el marco del Festival Internacional Utopía en Maricá (Brasil) Resumen Latinoamericano entrevistó a un militante kurdo de las Unidades de Protección Popular (YPG), Serhad Ayers.
Serhad habló sobre cómo los medios occidentales tergiversan lo que representan las mujeres kurdas, la cooperación de las fuerzas kurdas con fuerzas árabes, en vínculo entre Daesh (ISIS) y Turquía y la estrategia kurda para realizar dos hazañas al mismo tiempo: democratizar Medio Oriente mientras eliminan al Daesh.
-¿Qué formas y métodos usan los kurdos para generar más autonomía en Rojava?
-No es que nosotros hayamos hecho algo para generar la autonomía en Rojava. Hoy en día tenemos un sistema, pero al principio el territorio llegó a nuestras manos por la guerra que está peleándose en Siria. Cuando empezó a ser evidente que iba a haber guerra en Siria, Assad quiso evitar que los kurdos entráramos a pelear, porque sabía que todos se iban a dar vuelta contra él. Esta fue una orden que vino de Occidente. Primero pidió ayuda a los kurdos en Siria y los kurdos le dijimos que no. Entonces nos dijo “si ustedes se mantienen de su lado de la frontera, yo voy a sacar mis soldados de ahí”. Fue una jugada táctica, no fue para favorecer a los kurdos. Assad quería usarnos como una valla de contención entre Siria y Turquía, y también para hacer bajar a sus soldados hacia el sur, donde tienen un bastión.
En 2004 nuestra organización había hecho un alzamiento en el norte de Siria, pero en ese momento todavía no estaban listos para llevarlo hasta el final. Nadie esperaba que algo así pasara. Pero sirvió como práctica, entonces esta vez la organización estaba mejor preparada. Teníamos miembros en lo que nosotros llamamos Rojava (en el oeste de Kurdistán), y cuando esto pasó enseguida empezaron a trabajar para crear este el nuevo sistema.
Lo que la organización hizo cuando el territorio estuvo en nuestras manos fue no anunciarlo. Nadie en el mundo lo sabía, y yo mismo tampoco lo sabía. Pero en 2012 fui a Kobani, Afrin y Halab.
Halab es una ciudad Siria, no es kurda, pero hay dos barrios kurdos. Así que queríamos hacer lo mismo que pasó cuando Assad quitó a sus soldados del norte. Les dijimos a nuestras personas en estos dos barrios que fueran al norte, a Kurdistán, porque esta ciudad no era nuestra y era muy difícil protegerlos ahí. Pero la gente dijo “este es nuestro hogar, vivimos aquí”. Habían estado viviendo ahí por mucho tiempo, muchos incluso nacieron ahí. Así que el YPG decidió fundar una fracción en Halab para protegerlos. Y ahora las guerras más duras y difíciles se libran ahí, porque tenés soldados de Assad, islamistas, la oposición… Es un caos, pero igual estamos ahí, por nuestros dos barrios.
Pero cuando fui al norte, fue uno de los mejores días de mi vida. Porque vi nuestros puestos fronterizos, completamente nuestros. Nunca había visto algo así porque nunca habíamos tenido nuestro propio territorio kurdo, y estaban todos pintados de nuestros colores: rojo, verde y amarillo. Ver este puesto, y ves a tus compañeros ahí parados, defendiéndolo, fue muy hermoso.
Entonces conocí a los que estaban a cargo, y me dijeron: “no podemos anunciar que esto está en nuestras manos, tenemos que esperar para poder construir una base sólida, y recién después lo vamos a anunciar”. Así que en el momento en el que se hizo el anuncio, el territorio ya había estado en nuestras manos por un tiempo.
De esta manera, cuando se anunció que ese territorio era kurdo, nadie pudo hacer o decir nada en contra, porque ya estaba bien defendido. En la experiencia anterior, en Barkur (Kurdistán norte), habíamos proclamado el autogobierno (no la autonomía), pero no teníamos una base suficiente, simplemente lo anunciamos. Pero en Rojava no fue así, ya estaba todo listo.
El problema actual es que estamos peleando en una guerra al mismo tiempo que estamos lidiando con el problema de generar autonomía. Por eso es muy difícil. Si no tuviéramos la guerra, todo iría más rápido y sería más fácil. Pero de todos modos no todos los habitantes de Rojava son luchadores o luchadoras. Tenés a los YPG, a las YPJ, y también tenés la policía de tráfico, y todos los trabajos comunes, cada uno hace su trabajo. También hay movimientos sociales que están trabajando para la sociedad.
Lo difícil del trabajo de crear un sistema nuevo es que la gente no está acostumbrada. Están acostumbrados a que Assad siempre los oprima, y con este sistema todavía es difícil cambiar algunas cosas radicalmente. Para empezar, tenés que cambiar la mentalidad, y en esto estamos trabajando todos los días, sin descanso. Los compañeros de Rojava apenas duermen. Yo vi cómo trabajan con la gente, especialmente en las oficinas públicas que tienen en cada barrio. Ahí es donde se toman las decisiones, y las toma la gente, colectivamente. Pero es muy difícil darle poder a las personas cuando no entienden el sistema. Así que primero los tenés que educar, y esto lleva tiempo. Es peligroso porque el sistema se puede convertir en una formalidad. El sistema tiene que ser real, no existir sólo en los papeles. Así que en esto están trabajando los camaradas, cada día, para que la gente entienda el proceso de toma de decisiones. Hoy en día no es plenamente democrático, sería imposible. Porque la educación es esencial y la guerra está en curso. Por el tema de la guerra, si le das el poder al pueblo ahora, cualquier cosa podría pasar, y entonces Occidente podría intervenir y tomar el control, como en el golpe de Brasil, y no lo aceptaremos.
Así que ahora hay otros partidos kurdos que se quejan de que en nuestro sistema no hay democracia, porque ellos no pueden opinar. No los arrestamos, no usamos violencia si no hay un ataque. Pero es verdad que hay algunas discusiones que no hay tiempo para dar cuando el enemigo está a la puerta. Así que, primero, tenés que estabilizar el territorio, y después discutir. Si alguien tiene un proyecto mejor, y la gente lo quiere, está perfecto. Pero estamos 100% seguros de que no es el caso. Hay muy pocas personas a las que no les gusta este sistema. Y a los que no les gusta, es porque no lo entienden, si me preguntás a mí.
Un ejemplo para que se entienda lo difícil de implementar el sistema: fui a la estación de policía, y al principio no tenían un número de teléfono de policía. Era un teléfono común. Y habían decidido que no iban a golpear a las personas que cometen crímenes. Había algunos jóvenes peleándose con cuchillos, y ellos los arrestaron. Un par de años atrás los hubieran golpeado, torturado en la cárcel, pero ellos no querían hacer eso. Recién estaban construyendo el sistema carcelario, y no sabían cómo hacerlo correctamente, porque hay muchas discusiones acerca de ideología y es difícil trasladarlas a la práctica. Porque lo que pasa es que, en el vacío que se produce en la transición entre dos sistemas, las personas no entienden algunas cosas, y piensan: “ahora que no nos pegan, podemos hacer cualquier cosa sin castigo”. Entonces nuestros camaradas tenían que detener eso, y era muy difícil. Pero ahora las personas están mejor, me lo contaron personas que estuvieron ahí hace poco. Trabajan sin parar para cambiar la mentalidad oprimida de la gente y educarlos. Porque tenés que tener conocimiento del sistema e ideología para que funcione. Cuando le das poder al pueblo, y elegís dos representantes (una mujer y un hombre por cada cargo), algunos representantes empiezan a pensar que son líderes porque están en el poder, pero eso no es lo que el sistema representa, así que tenés que enseñarles: “no sos vos el que está en el poder, vos sos sólo un representante. Representás a las personas”. Y las personas también tienen que entender que no tenés que seguir al líder sólo porque está en el poder, sino que ellos son los que toman las decisiones. A pesar de las dificultades, hay cambios, y muchas cosas avanzaron. Pero debido a la guerra lleva un tiempo más largo.
-¿Cuál es la relación con Siria ahora?
-Como dije al principio, Siria retiró a sus soldados -no todos, algunos permanecen en distintos puntos de Rojava-, y nosotros queremos que así sea porque en una de las ciudades más grandes tienen control del aeropuerto y de otras áreas, y es más seguro para nosotros que los mantengan. Tuvimos algunos choques con los soldados de esas ciudades. Ellos mataron a algunos nuestros, nosotros matamos a algunos de ellos, y después paró. Lo mismo pasó en Halab, la situación va y viene. Hay conflicto, y después vuelve a la normalidad. Y Daesh dice que nosotros trabajamos con Assad. Eso no es cierto para nada. Al principio, Assad quería mostrarle al mundo exterior que nosotros estábamos con él, y ese es uno de los argumentos que Daesh usó. Pero la principal razón era que Occidente no quería que un sistema como el nuestro existiera. Así que crearon Daesh. Los soldados de Daesh quizás no son conscientes de esto, pero desde arriba, es un proyecto creado para destruir nuestro sistema, y están haciendo todo lo posible para lograrlo. Usando a partidos opositores kurdos, usando a Daesh, o cualquier cosa que puedan. Pero hicimos que la base fuera realmente estable, así que fue muy difícil para ellos cambiar eso. Ya pasaron demasiados años.
Pero la relación con Assad nunca fue buena. Antes, nuestro líder, Abdullah Öcalan, vivía en Sham, Siria, y tenía un trato con el padre de Assad, aunque no tenían buena relación. Posteriormente, el padre de Assad dijo que Öcalan lo usó. Abdullah es un hombre muy inteligente, sabía que tenía que hacer eso, porque es política, no son aliados.
Lo mismo pasa con los soldados de Estados Unidos en Rojava. Algunos piensan que somos aliados, que hicimos un trato con Estados Unidos, y que estamos con ellos. Pero no es así, es sólo una coalición por el momento. O eran con ellos o con los rusos. Porque nosotros no tenemos dinero o armas para combatir a Daesh. A Daesh los financia el Occidente y muchos países árabes, pero nosotros no tenemos esos recursos.
Así que tenemos que tomar algunas decisiones para estabilizar el área. En los últimos meses, la relación entre los kurdos y Assad empeoró. Él bombardeó las áreas kurdas de Halab con aviones y usó armas químicas. Además, cuando Turquía dijo que nunca van a aceptar el sistema de Rojava, Assad dijo que apoyaba esa posición. Así que nadie quiere ver este sistema: Daesh, la oposición, Occidente, todos están de acuerdo en eso. Porque es muy peligroso para las naciones-Estado y para los estados imperialistas, porque le da el poder al pueblo. Porque si triunfamos en implementar este sistema en el norte, quizás el sur quiera hacer lo mismo en vez de seguir a Assad. Y saben que esto va a ser un ejemplo.
-¿Cuál es tu opinión respecto de la influencia del Estado turco en el territorio kurdo, con el apoyo del Daesh?
-Al principio, pensábamos que Turquía solo los estaba financiando, pero ahora ya sabemos que les están dando un soporte integral en todas las áreas, y hasta es posible que sean ellos mismos los que están allí. Vimos muchos soldados del Daesh con documentación turca. Además, muchos de nuestros compañeros han visto a miembros fuerzas especiales turcas, con sus uniformes, dentro del Daesh. Algunos estaban muertos, otros vivos. Turquía no puede intervenir en Rojava por la presencia del Occidente, entonces, pasan encubiertos como Daesh. Para nosotros, Turquía y Daesh son la misma cosa -no Turquía como país, sino el partido de derecha AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo). Están asistiendo a soldados del Daesh en sus propios hospitales. Cuando estuve allí, vi con mis propios ojos una ambulancia turca en Rojava, en el área controlada por Daesh, en Serekaniye. Hubo un alto al fuego por algunos meses entre el YPG y el Frente Al-Nusra. En ese momento fui a las áreas de Al-Nusra y lo vi desde un auto. Me mostraron el lugar y ahí fue cuando vi la ambulancia turca. Algunos piensan que es una teoría conspirativa, pero para nosotros es un hecho, lo vemos a diario. El traslado de armas, de soldados, y lo peor para Turquía es nuestra presencia en la franja entre Kobane y Afrin, porque atraviesa el camino hacia Raqqa, la capital del Daesh, y sin eso es imposible que Raqqa pueda sostenerse. Dentro de pocos meses caería porque no tienen nada, todo se lo tienen que transportar. El camino va a través de Turquía, a través de esa franja, y ahora el YPG ha avanzado sobre ese camino. Cuando comenzó a avanzar, Erdogan se volvió loco y dijo “¡nunca voy a permitir que hagan esto!”, mientras que Occidente busca que la franja sea una “zona segura”. “Zona segura” para ellos quiere decir “su zona”. No el acuerdo que hicieron con las tropas norteamericanas para que Turquía no pueda intervenir. Entonces, ahora el YPG está avanzando desde Afrin (al Oeste) y desde Kobane (al Este) para conectar las dos regiones que controla el YPG. Porque el Daesh está justo en el medio y abajo. No es entre el YPG y los Estados Unidos, si no entre el SDF (Fuerzas Democráticas de Siria) y los Estados Unidos. El SDF está conformado por el YPG y otras fuerzas árabes que luchan contra Estados Unidos. De a poco van a avanzar desde Afrin y Kobane hasta el centro y unirse. Bajo esa franja está Raqqa. No tienen que tomar Raqqa, solamente tienen que tomar la franja y Raqqa así estaría terminada. Esta es la ofensiva que están llevando a cabo los kurdos y las fuerzas democráticas árabes en Siria.
-¿Podrías explicarnos un poco más la lucha de las fuerzas árabes con el YPG?
-Es algo bastante nuevo, no tengo mucha información sobre esto. No lo he discutido con nuestros compañeros aún. Hay una ciudad llamada Manyib, donde hay una guerra llevándose a cabo ahora, y el SDF ha tomado control sobre la mayor parte de la ciudad. La gente allá es árabe y entonces muchos de afuera pensaron que podrían estar con el Daesh. Pero cuando las fuerzas llegaron allí, la gente estaba muy contenta. En Facebook se podían ver las fotos de las mujeres vestidas de negro, árabes, que apoyan a las fuerzas y habían estado esperando que los vinieran a salvar. Y es más importante para ellos que sean fuerzas árabes porque muchas ciudades tienen miedo de que los kurdos los opriman y esa no es la cuestión. Antes, nuestras fuerzas ni siquiera se acercaban a las ciudades árabes, tomábamos solo nuestras ciudades y esto era un error porque posibilitó que Daesh creciera mucho en estos otros lugares. Entonces ahora, la ofensiva del YPG no es en Kurdistán sino en toda Siria, incluidos los territorios árabes. Esto es muy importante porque si no terminamos con Daesh, siempre van a ser una amenaza para nuestros territorios. Así que ahora esta ofensiva es para terminar con el Daesh.
-La relación de los kurdos con el pueblo árabe es increíble. De todos modos, es bastante reciente. ¿Qué nos puedes decir sobre esto?
-Sí, pero esto es gracias al sistema. Porque, al principio, pasaba lo mismo con las minorías. No todos nosotros somos kurdos, también hay luchadores sirios. Una minoría son cristianos. Y al principio era muy difícil para ellos entender nuestro proyecto. Pensaban “ahí vienen los kurdos y dicen que nuestra tierra se llama Kurdistán”. Ellos la llamaban Benham. Otros tienen otros nombres para el lugar. Por eso nosotros no queremos un Estado-Nación. Porque en un Estado-Nación sería lo mismo contra lo que luchamos, estaríamos oprimiendo a esas minorías. Es muy difícil para ellos entender esto, que no queremos oprimirlos, queremos que ellos puedan tomar el poder y tomar decisiones. Tomó bastante tiempo hasta que esto fue aclarado. No queremos que todo sea Kurdistán, solo queremos democratizar Medio Oriente. No solo para nosotros, sino también para todo Medio Oriente. Porque si nuestros vecinos están bajo una dictadura, si están oprimidos, ¿qué vamos a hacer con nuestro sistema en Kurdistán? Necesitamos democratizar los Estados-Nación que nos rodean también. Algunos nos preguntan porque trabajamos tanto en Turquía. ¿Por qué no nos centramos en autogobernarnos? ¿Pero cómo vamos a autogobernarnos si Turquía quiere aplastar nuestro sistema? Tenemos que hacer que nos acepten, de otra manera es imposible. Para lograr que nos acepten, tenemos que lograr democratizar la región, de otra manera estaríamos rodeados de enemigos y sería muy difícil trabajar. Esta es la gran tarea, democratizar el Medio Oriente. No vamos a esperar a que suceda. Estamos combatiendo y al mismo tiempo trabajamos en este sentido. Aunque no seamos aceptados por Occidente, vamos a empezar a tener algo similar a embajadas en Suecia, Checoslovaquia, Rusia. Así, forzaremos al Occidente a aceptarnos, para admitir que Rojava existe. En las charlas de Génova no nos invitaron, pero esta vez tuvimos una invitación gracias a esta estrategia.
-La situación actual en Rojava es un ejemplo para otros países y otros pueblos. La relación con el pueblo árabe y la lucha unificada con el pueblo árabe es increíble para nosotros porque es una novedad. Otra novedad es el rol de las mujeres. ¿Qué lugar ocupa la mujer en Kurdistán? Esto es increíble para los países en Latinoamérica. Esto no sucedió igual en otros países, es una verdadera revolución para el modelo de la política de izquierda.
-Si hubiese una mujer acá, yo dejaría que ella conteste esta pregunta. Pero también nos incumbe a los hombres, completamente. Porque esta es la cuestión: ellas son autónomas en la organización. Esto cambió todo. Pero dijiste que es algo nuevo, y en realidad, no lo es. Yo nací dentro de esta organización. Yo estaba en la panza de mi mamá, en Suecia, cuando ella estaba siendo interrogada por el estado de seguridad sueco porque pensaban que ella era responsable de la rama europea de la organización. Yo nací dentro de la organización, no conozco otro modo de vida. He visto a estas mujeres fuertes desde que abrí mis ojos. Ahora, después de que Kobane se hizo famoso, el mundo entero ve esto -y me encanta, estoy muy orgulloso de que así sea-, pero muchas veces dan un retrato que no es el correcto. Ponen en los medios de comunicación fotos de chicas hermosas, H&M usa sus imágenes para vender ropa -esto es lo que hace el capitalismo, lo toman y lo usan para su propio beneficio. La manera en la que ven a estas mujeres que están allí, peleando, es la forma contraria a lo que ellas quieren y lo que representan. No están allí para salir en las revistas, no están allí porque son hermosas. Son luchadoras, y sus vidas están dedicadas a eso. Todo el mundo se sorprende, “¡miren, es una mujer!”. No, ella es una luchadora. Ya superamos esa etapa.
Pero esto no fue fácil al principio. Porque nosotros, los kurdos, venimos de una sociedad musulmana y además feudal. Teníamos que instalar nuevas tradiciones, porque hace unas generaciones las mujeres kurdas no eran como son ahora. Si me preguntan a mí, es porque mucha gente viene del Islam, y eso estaba ligado a una mentalidad patriarcal. Es así en todo el mundo, pero es aún más difícil con el Islam y con el sistema de clanes en Kurdistán. Entonces la liberación de la mujer ha sido muy difícil. Pero empezamos con esto en la organización, que es donde hay que empezar los cambios, para que luego se repliquen afuera. En los ‘90 era muy difícil porque cuando las mujeres decían que tenían que formar un grupo autónomo dentro del PKK, muchos hombres les dijeron que eran traidoras por querer tener una organización por fuera de la organización. Ellos querían que solo se conformen comisiones, no otra organización. Tomó mucho tiempo para que suceda. Ahora, todas las mujeres de la organización son también parte de la organización de mujeres, con su propio liderazgo.
Hay casos en los que una mujer está haciendo trabajo de base en una organización y es líder en la otra. Es completamente independiente. Y lo consiguieron de este modo. Yo nunca he estado en sus reuniones. Ellas tienen su propia educación, además de la educación mixta. Es su lucha. Mi compañero me dijo que cuando construyeron sus propios refugios de montaña (mangas), los hombres no ayudaron. Los hombres dijeron: “si quieren estar por su cuenta, entonces no las ayudaremos”. Hoy en día no es así. Los hombres entienden tanto como las mujeres que deben trabajar para este objetivo. Y, en cierto modo, esto es más difícil para los hombres. Porque tienen que, como dicen nuestros líderes, “matar al hombre” dentro de ellos. Es muy difícil, pero nuestros compañeros están trabajando con esto todos los días, luchando contra “el hombre” (la mentalidad patriarcal) en el interior de ellos. Esta mentalidad viene de los hombres, pero es no exclusiva de los hombres. Algunas de las mujeres también tienen esta mentalidad. Así que cuando decimos “mata al hombre”, no nos referimos a hacerlo literalmente, por supuesto (risas). Estamos hablando de “matar” al hombre en el interior, en la mentalidad. Esto es algo que noté acá en Sudamérica y también en Europa. El feminismo no significa convertirse en hombre y pelear contra el sistema. Es ser una mujer. Y por esto es que cuando ven a nuestras compañeras, ellas no quieren actuar como hombres. No porque eso sea un problema -porque de hecho tenemos personas transgénero que eligen ser así-, pero no me refiero a eso. Me refiero a ser uno mismo. No hay que fingir ser y actuar como un hombre blanco de edad media para tomar el poder. Hay que ser como somos y tomar el poder. Lo que hay que tener es “unidad en la diferencia”. Al principio el slogan era “igualdad de derechos para todos”, más allá de la clase, del género. Pero no queremos que la gente sea toda igual, en términos de la forma en que se ve, su estilo de vida, etc. Ahora el slogan expresa que somos diferentes pero confluimos en este sistema y eso es hermoso.
FUENTE: Resumen Latinoamericano