Retrataba la vida en el sureste de Turquía durante el estado de emergencia. Por eso, la artista y periodista kurda Zehra Doğan tuvo que ir a la cárcel. Ahora es libre y sigue luchando.
“Me preguntaron: ¿por qué has pintado este cuadro de las casas destruidas con la bandera turca? Después me mandaron a la cárcel. Pero ellos habían sacado la fotografía. Yo sólo la ilustré”.
Doğan comparte estas palabras en las redes sociales tras enterarse de que va a ser encarcelada por sus imágenes, artículos y publicaciones. Mientras está en la cárcel, sus amigos le dan publicidad.
Zehra Doğan ha estado dos veces en prisión por presuntas conexiones terroristas. Es libre de nuevo desde el 24 de febrero. Actualmente, dice, experimenta un caos de emociones. Se siente mal porque tuvo que dejar atrás a las otras mujeres de su celda.
“Me desperté en medio de la noche y tuve que recordar que ya no estaba en la cárcel”, le contó a DW sobre su primera noche fuera. “En la cárcel le había contado cuentos de hadas a los niños, había dibujado a mis amigos que habían hecho huelga de hambre. Estaba feliz de encontrar algo que hacer. Una vez que te acostumbras a algo, piensas, ‘esta es mi vida de ahora en adelante’. Me acostumbré a la prisión y ahora estoy pensando en qué puedo hacer en el futuro”.
El periodismo cambió su vida
Zehra Doğan nació en 1989 en Diyarbakır, en el sureste de Turquía. Allí, estudió arte en la Universidad de Dicle; quería ser profesora. Entonces no tenía ni idea de que pronto encontraría una nueva pasión.
Fue el periodismo lo que le cambió la vida: quería informar sobre cotidianidad de los kurdos en el sureste de Turquía. En 2012, fue una de las cofundadoras de Jin Haber (JINHA), la primera agencia de noticias de Turquía dirigida únicamente por mujeres. Recibió el Premio de Periodismo Metin Göktepe, en 2015, por un reportaje sobre las mujeres yazidí en Sinjar (Shengal). Hasta el intento de golpe de Estado de 2016 trabajó allí con gran entusiasmo como periodista y editora.
Nunca descuidó la pintura. Pero JINHA fue una de las empresas de medios de comunicación que fueron prohibidas por decreto especial durante el estado de emergencia.
El gobierno ya había terminado el proceso de paz con los kurdos en 2015. Volvieron a haber disturbios e intervenciones militares en el sureste del país, y esto también afectó al trabajo de los periodistas en estas zonas, donde los kurdos son mayoría. Los enfrentamientos entre el ejército turco y el PKK kurdo dieron lugar a toques de queda. En ese momento, Zehra Doğan trabajaba en el distrito de Nusaybin, en la capital de la provincia de Mardin, y pintó las casas con la bandera turca.
Zehra en prisión
Sus publicaciones en las redes sociales, sus artículos y sus fotos llevaron a Zehra Doğan a ser acusada de pertenecer a una organización terrorista. El 23 de julio de 2016 fue detenida y encarcelada en Mardin. Tras su primera audiencia, el tribunal la liberó en diciembre de 2016.
Poco después exhibió sus cuadros, que había pintado mientras estaba detenida. La exposición se llamó “141”, el número de días que pasó tras las rejas. Pero éste no iba a ser el final de su encarcelamiento. Y hubo otras exhibiciones de sus pinturas.
Se retiró la acusación de ser miembro de un grupo terrorista, pero los agentes de seguridad la volvieron a detener el 2 de junio de 2017. Esta vez fue acusada de difundir propaganda terrorista. Fue encarcelada en Diyarbakır, y su exposición “141” estuvo de gira por Europa mientras tanto.
Banksy dibuja para Zehra Doğan
El público afuera de Turquía también respondió a la detención de Zehra Doğan. La protesta más destacada fue la del artista callejero inglés Banksy. Dibujó un mural en Nueva York, en 2018, que representa a la artista tras las rejas, incluyendo la inscripción “Freedom for Zehra Doğan”. Doğan se conmovió tanto por este gesto de reconocimiento de Banksy que le escribió una carta de agradecimiento y consiguió que la sacaran de contrabando de la prisión.
También se le hizo otro homenaje desde los Estados Unidos: en octubre de 2018, la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicación otorgó a Zehra Doğan el Premio al Valor en el Periodismo por sus reportajes sobre Cizre y Nusaybin.
Sangre menstrual
Mientras que sus partidarios fuera de los muros de la prisión defendían a la presa política, Zehra Doğan se enfrentaba desde la cárcel a retos completamente diferentes: la dirección de la prisión no le facilitaba colores de ningún tipo.
Entonces pintó con sangre menstrual, tal y como informó a DW tras su liberación. Por eso, sabía todo sobre la menstruación de sus vecinas de celda, ha dicho riéndose a carcajadas. Este tuit en italiano ilustra cómo pintó con bebidas, restos de comida y sangre menstrual.
“Si alguien decía: ‘Aún no tengo mi período’, yo contestaba: ‘Aún tienes unos días’. Les di dosificadores, y ellas pusieron su sangre. Un día, una de las supervisoras comentó: ‘El personal encuentra asqueroso que uses sangre menstrual para pintar. Deberías dejar de hacerlo’. Yo le contesté: ‘Entonces dame pinturas’. Pocos días después de esa conversación me trasladaron a la prisión de Tarsus”.
Durante su estancia en prisión, nunca imaginó que podría disfrutar de la libertad, ha contado Doğan. Ahora se siente poderosa y quiere empezar. “Sabes, el periodismo es adictivo”, ha dicho. “Afortunadamente, existe”.
FUENTE: Solidarity Keep Us Alive / Traducción: Rojava Azadi Madrid / Edición: Kurdistán América Latina