La cooperación militar trilateral entre Grecia, Israel y Chipre, iniciada en noviembre de 2017, tiene todos los componentes necesarios para jugar un rol decisivo a largo plazo en la región del Mediterráneo Oriental. Los desacuerdos sobre quién puede explotar el gas en el Mare Nostrum han aumentado las tensiones en la región y han dificultado la resolución del conflicto libio. Así, el futuro de esta zona depende de los movimientos de Turquía y de las decisiones de esta cooperación militar trilateral, una colaboración que se ha reforzado en los últimos meses para hacer frente a la presencia de Ankara en la región. En este escenario, el Ministerio de Defensa Nacional griego ha anunciado que alquilará drones a Israel para reforzar la seguridad en las fronteras de su país; al mismo tiempo que el país liderado por Reuven Rivlin se plantea reconstruir sus relaciones diplomáticas con la nación euroasiática.
A principios del mes de mayo, representantes de los gobiernos de Grecia e Israel firmaron un acuerdo para el suministro de sistemas aéreos no tripulados (UAS) Heron I, configurados para misiones de vigilancia marítima. El acuerdo abarca tres años de servicio, incluyendo la formación de los operadores griegos. Este sistema se encargará principalmente de la seguridad de las fronteras y la vigilancia marítima, según ha indicado el diario Defense Update. “La cooperación en materia de seguridad entre Israel y Grecia se está ampliando”, ha comentado el responsable de la dirección de cooperación internacional en asuntos relacionados con la Defensa (SIBAT) y general de brigada, Yair Kulas. “Esta es una clara expresión de confianza en las capacidades y la fuerza de la industria de defensa israelí. Esperamos firmar acuerdos adicionales con Grecia, así como con otros socios europeos, ayudándoles a afrontar los retos de seguridad”, ha recalcado.
Este acuerdo es fruto de la preocupación por Atenas por la actividad de aviones teledirigidos turcos en el Egeo. En los últimos años, Turquía ha desarrollado y desplegado varios tipos de drones que han desempeñado un papel cada vez más importante en las operaciones de vigilancia y combate en la región, fundamentalmente de cara a las contiendas de Siria y Libia, de acuerdo con el portal web especializado Defense One. Hace una semana, los ministros de Asuntos Exteriores de Grecia, Chipre, Egipto, Francia y Emiratos Árabes Unidos denunciaron a través de una declaración oficial las “continuas actividades ilegales” por parte de Ankara en la Zona Económica Exclusiva (ZEE) de Chipre y sus aguas territoriales, en un documento que, sin embargo, Israel no firmó.
“Solo somos miembros del Foro Oriental de Gas del Mediterráneo, que tiene su sede en El Cairo. Esa declaración tenía dos temas, uno de ellos era Libia. Nunca hemos discutido nada relacionado con un acuerdo de delimitación marítima con Turquía, incluso en los días de relaciones bilaterales de los años 1990, los informes son un completo disparate”, ha asegurado un funcionario israelí a la agencia rusa TRT. Cabe recordar, en este punto, que en enero de 2019 Chipre, Grecia e Israel, junto con Jordania, la Autoridad Palestina e Italia, crearon el Foro del Gas del Mediterráneo Oriental, una organización que tiene como objetivo coordinar las políticas en materia de gas.
Esta región del Mediterráneo ha sido un foco histórico de tensiones por su importancia geopolítica. Por un lado, es la puerta hacia el mar Rojo a través de Egipto y, por otra, la entrada hacia Europa. Aunque los lazos entre los países europeos y otros países del sur y del este del Mediterráneo se remontan a hace varios siglos, el descubrimiento de grandes depósitos de gas por parte de Israel, Egipto y Líbano en 2009 ha aumentado la incertidumbre en la zona. Las reservas de gas natural que se han hallado en último decenio han comenzado a ser explotadas por algunos de los países de la región como Egipto o Israel, que ya utilizan estos yacimientos para consumo interno o para exportar gas a los países vecinos.
Cuando el enemigo de mi enemigo es mi amigo
Al mismo tiempo, el gobierno de Israel está buscando restablecer sus relaciones diplomáticas con Turquía mediante el posible nombramiento de embajadores, según ha especificado un funcionario israelí al diario Middle East Eye. El suministro de gas natural en el Mediterráneo Oriental y Siria son dos de las materias que podrían promover esta colaboración. “El mismo apoderado iraní conocido como Hizbulá está desafiando a los soldados de Turquía en Idlib, y a nuestros soldados en el sur de Siria. Este es un tema de interés común, así como la energía”, ha dicho este mismo funcionario al periódico mencionado anteriormente. En esta misma entrevista, el portavoz ha explicado que Turquía mantiene un embajador en Grecia a pesar del aumento de las tensiones diplomáticas, algo similar que lo que ocurre con Emiratos Árabes Unidos.
Las relaciones entre Turquía e Israel se congelaron en 2010 tras la violenta incursión de Israel en un barco de ayuda turca llamado Mavi Marmara, en el que murieron al menos diez personas. El Mavi Marmara formaba parte de la Primera Flotilla de la Libertad y se dirigía hacia Gaza cuando fue atacado por Tel Aviv. El sangriento suceso provocó la retirada de enviados diplomáticos por ambas partes, lo que supuso un serio golpe a sus relaciones bilaterales. Tras varios años de ausencia diplomática, en 2016 ambos países anunciaron la “normalidad” de sus relaciones diplomáticas. Sin embargo, Turquía e Israel no han tenido embajadores en sus respectivas capitales desde que Estados Unidos trasladó su embajada de Tel Aviv a Jerusalén en mayo de 2018, lo que dio lugar a protestas masivas de los palestinos, según Middle East Eye.
La pandemia del coronavirus ha puesto de manifiesto el acercamiento entre ambas naciones. Durante las últimas semanas, Israel ha ayudado a Turquía a entregar un envío de ayuda médica a la Cisjordania ocupada y a la asediada Franja de Gaza, de acuerdo con este mismo diario. Los dos países han reforzado sus lazos en los tiempos en los que se han enfrentado a una amenaza común, y el conflicto de Siria, la pandemia del coronavirus o la profundización de la rivalidad dentro del Golfo han cambiado por completo el contexto de las relaciones entre estas dos potencias. No obstante, para que se produzca este acercamiento es necesario que exista una voluntad mutua de reconciliación.
Tras el incidente del Mavi Marmara y el distanciamiento entre ambos países, Israel ha buscado varios aliados en la región para poder beneficiarse de los yacimientos de gas que han aparecido en el Mediterráneo Oriental, como Grecia. “La profundización de las relaciones greco-israelíes se basa en el gran potencial de cooperación mutuamente beneficiosa en varios sectores, como la economía, el comercio, el turismo, las inversiones, el desarrollo agrícola, la defensa, la tecnología, la energía, el medio ambiente, el transporte marítimo y la educación”, ha manifestado el Ministerio de Asuntos Exteriores griego a través de su página web oficial. “La cooperación múltiple entre ambos países tiene por objeto promover el desarrollo y la estabilidad en el Mediterráneo oriental. Esta cooperación no excluye ni se dirige contra ningún tercero, aunque está dictada por los múltiples problemas de seguridad de la región”, aseveran.
Además, en los últimos años, esta relación se ha visto reforzada por el papel de Chipre. Los ministros de defensa de este último país, Israel y Grecia se reunieron en la capital helena, Atenas, en 2017, y debatieron el fortalecimiento de la cooperación para promover la seguridad marítima y energética, el terrorismo, la estabilidad y la paz en el Mediterráneo Oriental. El Ministro de Defensa de Chipre declaró que “Chipre, Grecia e Israel defienden en esta región volátil y frágil no sólo sus intereses comunes, sino también los intereses de Europa y los de la comunidad internacional en general. Nuestra visión es convertir gradualmente la región más amplia de una zona de conflicto en una zona de paz, estabilidad y cooperación”, de acuerdo con la información recogida por un análisis elaborado por European Security & Defence.
Por ello, el acercamiento entre Israel y Turquía podría poner en peligro el futuro de esta relación trilateral. En los últimos años, Atenas ha reemplazado gradualmente a Ankara como socio de Tel Aviv. Sin embargo, Turquía no está dispuesta a ceder su protagonismo en el Mediterráneo Oriental y seguirá persiguiendo sus ambiciones. En este contexto, la nación euroasiática no reconoce a la República de Chipre y sostiene que los ciudadanos de la República Turca de Chipre del Norte, un Estado que solo reconoce Ankara, tienen derecho a una parte de los recursos de gas de la isla.
Así, el deseo de contrarrestar la influencia de Turquía en la región ha creado el campo de cultivo perfecto para la aparición de una alianza entre Chipre, Egipto, Grecia e Israel. En este escenario de incertidumbre, es posible que las tensiones sigan aumentando y que el mapa geopolítico cambie por completo dentro de apenas unos meses. Tanto Turquía, como Israel o Grecia, están decididos a defender sus intereses, aunque eso signifique convertir en papel mojado los acuerdos firmados durante los últimos años.
FUENTE: Ana Rodríguez / Atalayar