El nivel de agua del río Éufrates, que cruza toda la región de Kurdistán, disminuyó en un 60% en las últimas dos semanas. Esto se debe a que el Estado turco redujo el flujo del cauce.
Cerrando la parte del río que fluye hacia la región de Siria, Turquía ha reducido, en gran medida, la cantidad de agua que entra al país, causando serios problemas para la agricultura en el norte del país como con el suministro eléctrico de zonas e instalaciones vitales.
Según un acuerdo previo entre Siria y Turquía, el primero recibía 500 metros cúbicos de agua al día. Pero ahora, Turquía utiliza el agua como una medida de presión. En el verano de 2017, el caudal se redujo a 100 metros cúbicos por segundo, y este año no superó los 200 metros cúbicos por segundo.
Para poder generar electricidad, el caudal del Éufrates debe superar, al menos, los 300 metros cúbicos por segundo. Un caudal así puede hacer funcionar una turbina de 105 MW para producir electricidad.
Existen tres embalses en el río Éufrates, que recorre unos 600 kilómetros del territorio sirio. El embalse de Rojava (Tişrîn), situado en Manbij, es el más grande del país.
Hay seis embalses en el lado turco del Éufrates, siendo el de Ataturk el segundo más grande de su clase en Oriente Medio. Este tiene la capacidad de almacenar aproximadamente unos 48 mil millones de metros cúbicos de agua.
La reducción del nivel del agua del Éufrates es una amenaza para los millones de pobladores que viven en el noreste de Siria. Además, afecta a la cantidad de agua potable disponible y al suministro eléctrico. De hecho, en la última semana ha habido repetidas interrupciones de la electricidad en el noreste de Siria. Además, la reducción del agua es un problema para la agricultura y para salud, sobre todo desde que se desató la pandemia del coronavirus hace dos meses.
A esta situación se suma que hace siete meses, los ataques turcos dañaron las líneas eléctricas que abastecen a 28 aldeas en la zona comprendida entre Til Temir (Tal Tamr) y Zirgan (Abu Rassan), en el norte de Siria. Con el fin de expulsar a la población local, las tropas de ocupación utilizan los ataques para impedir la reparación de la red eléctrica por parte de los equipos de la central eléctrica de Til Temir.
El hecho de que el agua que se bombea de los pozos de la región también se alimenta de electricidad es especialmente amenazante con el aumento de las temperaturas. Los habitantes se quejan de que han tenido que vender animales de granja porque no hay suficiente agua. La irrigación de los campos cultivados también está en peligro.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina