El Comité Central del Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, Partiya Karkerên Kurdistanê) se pronunció luego que la semana pasada el Tribunal de Casación de Bruselas, Bélgica, diera a conocer un fallo en que deja en claro que la organización insurgente no es terrorista, sino que forma parte de un conflicto armado interno.
Para el PKK, la decisión judicial es de “importancia histórica para los kurdos y la opinión pública democrática”, y tiene el potencial de influir en toda la política europea. La agrupación también consideró que el fallo permite desbaratar el complot internacional contra Abdullah Öcalan, líder del PKK, encarcelado hace más de dos décadas en la isla prisión de Imrali, en Turquía.
“Esperamos que el veredicto prevalezca en la Unión Europea (UE) en el sentido de una solución política democrática a la cuestión kurda. Esto permitiría a Europa hacer lo que fracasó hace 21 años. Hace más de dos décadas, Abdullah Öcalan mantuvo la perspectiva de una solución democrática a la cuestión kurda y Europa no aprovechó esta oportunidad”, expresaron desde el PKK.
“Como entonces, Öcalan está ahora listo para una solución pacífica y negociada a la cuestión kurda –agregaron-. Dirige constantemente ofertas de conversaciones a las autoridades responsables y el pasado mes de mayo señaló una vez más su voluntad de estar disponible para las conversaciones sobre una solución política a la cuestión kurda. Ahora le toca a Europa y a las fuerzas responsables de este conflicto, que siempre están maniobrando la cuestión kurda hacía un callejón sin salida”.
En la declaración, puntualizaron que con el fallo belga, junto a “la resistencia por la libertad que se está desarrollando en Kurdistán, será difícil que estas fuerzas mantengan su enfoque actual”.
Según la decisión del Tribunal de Casación belga, el PKK no puede ser condenado por la ley nacional antiterrorista, una medida vinculante para todas las partes en el caso.
El trasfondo fue un juicio contra un total de 40 kurdos acusados de recaudación de fondos, propaganda y reclutamiento para el PKK. En 2010, la policía registró los estudios de la emisora de televisión por satélite Roj TV, los locales del Congreso Nacional del Kurdistán (KNK) y otras instituciones kurdas legales en Bélgica con un gran contingente y detuvo a varios representantes del KNK.
En un segundo caso, un kurdo del norte de Siria fue acusado de haber exportado dispositivos de comunicación a Hewlêr (Erbil), en el Kurdistán iraquí, que según la fiscalía se habían entregado a los guerrilleros kurdos de las Fuerzas Populares de Defensa (HPG).
Ante la fuerte oposición de la fiscalía, la defensa se centró desde el principio en la cuestión de si el PKK era una organización “terrorista”, y si la ley antiterrorista belga podía aplicarse. Esta ley tiene la reserva de no ser aplicable a las fuerzas armadas en el marco de un conflicto basado en el derecho internacional. El reglamento se incorporó al derecho belga en 2003 en el marco de la Decisión Marco Europea sobre el Terrorismo y, de hecho, debería servir de base para las leyes antiterroristas de la mayoría de los países europeos.
Según la defensa, el conflicto en Turquía entre los kurdos y el ejército oficial no es, por supuesto, una cuestión de terrorismo, sino una guerra civil entre un Estado y un grupo que considera necesario defenderse contra la discriminación y la opresión por la fuerza. El conflicto es lo suficientemente intenso como para ser considerado una guerra y no una actividad terrorista o un incidente armado.
La fuerza guerrillera HPG está suficientemente organizada y estructurada para ser considerada una fuerza armada y no sólo un grupo irregular. Por lo tanto, debe aplicarse la ley marcial y no la ley antiterrorista. Así, los ataques contra objetivos militares no pueden considerarse actos delictivos.
Si bien el Tribunal de Apelación estuvo esencialmente de acuerdo con esta evaluación, la fiscalía ante el Tribunal Supremo la contradijo. El Tribunal Supremo revocó la decisión anterior, pero no en los puntos centrales. Por lo tanto, el proceso tuvo que ser juzgado de nuevo ante el Tribunal de Apelación en Bruselas.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina