Ilham Ahmed, co-presidenta del Consejo Democrático de Siria (MSD) escribió una columna en el diario británico The Independent, en el cual explica las razones de la invasión turca a Rojava (Kurdistán sirio).
A continuación publicamos el artículo completo:
Esta semana, el mundo entero se detiene a mirar cómo el ejército de Turquía comienza a invadir uno de los principales movimientos democráticos de nuestra época: la Administración Autónoma del Noreste de Siria.
Desde la tarde del 9 de octubre, Turquía ha estado bombardeando ciudades y pueblos a lo largo de toda la frontera sirio-turca, incluyendo Qamishlo, Derik y las aldeas que rodean Kobane. El ejército turco y sus aliados -muchos de ellos fuerzas yihadistas- han cruzado la frontera en un intento por capturar las ciudades de Serekaniye (Ras Al Ain) y Tel Abyad (Gire Spi) y hay fuertes enfrentamientos en las ciudades y en las aldeas circundantes.
A pesar de las escaramuzas, los civiles siguen llevando a cabo manifestaciones en las calles para protestar contra los ataques, encarnando uno de los lemas de nuestro movimiento: “Resistencia es vida”.
La Casa Blanca sabía que su decisión de retirar las tropas estadounidenses daría al gobierno turco luz verde para invadir, atacando al pueblo que -a grandes costos- resistió exitosamente y derrotó a ISIS. Las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) -conformadas por kurdos y árabes como también otras minorías locales- han sido la fuerza más efectiva sobre el terreno en la lucha contra ISIS, y el aliado más fuerte de Estados Unidos en la región.
El coraje y sacrificio de las FDS -donde están integradas las bien conocidas YPJ (Unidades de Defensa de las Mujeres)- ha captado la atención de millones de personas alrededor del mundo. Igual de impresionante es la sociedad y el sistema político que estamos defendiendo.
El Noreste de Siria es el sitio del más importante proyecto democrático de nuestros tiempos. En claro contraste con el autoritarismo, la opresión de género y la violencia de la ideología de ISIS, los pueblos del Noreste de Siria han desarrollado un sistema político basado en la democracia radical, la igualdad de género y la sustentabilidad ambiental.
El área gobernada por la administración civil y defendida por las FDS abarca un tercio de Siria y es el hogar de cinco millones de personas, incluyendo kurdos, árabes, asirios, turcomanos, armenios y circasianos. Gente de todas las etnias y religiones del Noreste de Siria se ha reunido para resistir los ataques de Turquía, por medio de protestas, el activismo mediático y ejerciendo su derecho legítimo a la autodefensa.
El presidente de Turquía, Erdogan, ha estado amenazando con invadir Siria por años, como parte de su guerra contra el movimiento por la libertad kurdo, el cual también tiene presencia en las regiones kurdas de Turquía y amenaza la hegemonía de su partido político neofascista, el AKP.
A través de la guerra civil siria, el ejército turco se alió con las fuerzas yihadistas, particularmente en la invasión y ocupación de Afrin a comienzos del 2018. La región de Afrin está aún siendo ocupada por los yihadistas respaldados por Turquía, como Jaysh al-Islam, Ahrar-al-Sham, Ahrar al-Sharqiya y la División Sultan Murad, quienes están secuestrando, torturando y asesinando civiles, forzando a las mujeres a cubrir sus caras con el niqab cuando salen de sus casas, y destruyendo los recursos naturales locales como las plantaciones de olivo y los campos de trigo.
La ONU ha reportado que las fuerzas yihadistas sobre el terreno que controlan el sistema militar, económico y de gobierno, están supervisados y apoyados por Turquía.
Esto es parecido a lo que la “Zona Segura”, como Turquía la ha denominado, resultaría en la práctica, y no debemos aceptarlo.
Muchas familias en Siria experimentaron las masacres de Turquía contra los kurdos en el siglo XIX, donde grupos respaldados por este país atacaron comunidades, destruyeron lugares de trabajo, violaron mujeres y asesinaron innumerables personas. No dejaremos que la historia se repita.
Defender el Noreste de Siria de una invasión turca y sus afiliados yihadistas no es solamente defender la vida y la paz. Es también una elección sobre el mundo en el que queremos vivir. En la Administración del Noreste de Siria las mujeres tienen el poder y toman posiciones de liderazgo en las instituciones de gobierno, en el ejército y en las iniciativas sociales.
Diversos grupos étnicos viven juntos y todos tienen asegurada la representación en el sistema político. La sustentabilidad del medioambiente es una prioridad y las cooperativas ecológicas son estimuladas y apoyadas desde el Ministerio de Economía.
En contraste, el actual gobierno turco representa un sistema represivo, explotador y autoritario. El ejército de Turquía depende de los grupos más radicalmente yihadistas, quienes suscriben el mismo pensamiento, aquel que llevó a ISIS a cometer el genocidio del pueblo yezidí en Sinjar, y ataques terroristas por todo el mundo. Todos ellos representan la extrema brutalidad del califato.
Una invasión y ocupación turca en la llamada “Zona Segura” destruiría la sociedad democrática en el noreste de Siria, e impondría el fundamentalismo radical en la región. El sistema de aquí propone una visión de una nueva Siria democrática: la alternativa es Al Qaeda, ISIS u Ahrar-al-Sham.
La invasión de Turquía debilitaría la guerra que se lleva a cabo contra ISIS, la que sigue siendo liderada por las FDS. Continuamos luchando contra las células de ISIS a través de la región mientras vigilamos las prisiones que alojan a los reclusos más peligrosos del mundo.
Decenas de miles de adherentes a la ideología de ISIS son custodiados por las FDS, incluyendo 14.000 extranjeros que vinieron a unírseles. No podemos resguardar las prisiones y defendernos de una gran potencia como Turquía al mismo tiempo. En el campamento de Al Hol las esposas de los militantes de ISIS han atacado a las fuerzas de seguridad ya debilitadas, amenazando con una fuga masiva. Desde que comenzó el ataque, ISIS ha llevado a cabo atentados en Raqqa, Deir Ezzor y Serekaniye, y un ataque por una célula durmiente fue interceptado en Serekaniye.
Esta invasión es una clara violación de las resoluciones de la ONU y de nuestro compartido sentido sobre lo que es correcto. Hacemos un llamado a la comunidad internacional a que nos apoye defendiendo al pueblo del noreste de Siria. Llamamos a las Naciones Unidas a tomar acción y enviar delegados para la paz, y a la Coalición Internacional para que imponga una zona de bloqueo aéreo y envíe más tropas. Llamamos a los pueblos del mundo a tomar lugar del lado correcto de la historia y defiendan al pueblo del noreste de Siria.
FUENTE: Ilham Ahmed / The Independent / Traducción Carlos Morales para Kurdistán América Latina