Las Madres por la Paz, que tienen a sus hijos e hijas asesinadas o desaparecidas por el Estado turco, denunciaron el aislamiento al que es sometido el líder kurdo Abdullah Öcalan, encarcelado en la isla-prisión de Imrali desde 2019.
“El aislamiento debe ser derogado completamente”, aseguraron las Madres y le reclamaron al gobierno turco que actúe de forma inmediata, antes de que la situación empeore.
Hace unos meses, la diputada del Partido Democrático de los Pueblos (HDP), Leyla Güven, inició una huelga de hambre en la que exigió la derogación del aislamiento impuesto a Öcalan durante ocho años.
Miles de personas en las ciudades kurdas y Europeas, como también en las cárceles, participaron en la acción, y ocho de ellas perdieron la vida. El gobierno finalmente cedió, permitiendo que Öcalan sea visitado por su hermano y sus abogados, por lo cual la huelga de hambre fue suspendida.
Sin embargo, el aislamiento continúa aunque con dimensiones diferentes. Desde hace varias semanas, ni la familia de Öcalan ni sus abogados pueden verlo. Las solicitudes enviadas por sus representantes legales son rechazadas o quedan sin respuesta.
Durante la masiva y extensa huelga de hambre, las Madres por la Paz fueron el ejemplo de la mayor responsabilidad ante las injusticias del Estado turco.
Makbule Dikmen, cuyo hijo estuvo en huelga de hambre durante 103 días, declaró: “Mi hijo Mehmet Sait está en buena forma. Ya soy una madre vieja y enferma. Me hice 10 veces mayor en esos días de huelga de hambre. Respaldamos las demandas de nuestros hijos. Hoy nos hemos detenido, pero estamos asustadas. Pensamos que el aislamiento había terminado, pero continúa. ¡Ya es suficiente! Las madres queremos que este aislamiento se elimine por completo lo antes posible”.
Recordando que su hijo Ilhan Kaçar perdió 25 kilos durante la huelga de hambre y sobrevivió a un proceso de tratamiento muy difícil en el período posterior a la acción, Nezahat Kaçar, otra de las Madres, afirmó: “Ven lo que esta gente nos hizo. Todo lo que queremos es la abolición completa del aislamiento de nuestro liderazgo y la liberación de nuestros hijos, que están en prisión por delitos de pensamiento sin iniciar una nueva huelga de hambre. No dejo a Öcalan ni a mi hijo. Que entiendan esto y pongan fin a este aislamiento lo antes posible”.
Saniye Duman, también integrante de las Madres por la Paz, explicó que es necesario “revertir esta situación, porque empeora cada vez más. No tenemos miedo al garrote de la policía. No tenemos miedo de ser arrestadas. Nosotras, como Madres por la Paz, seguiremos gritando por paz en todas partes y en todo momento”.
Por su parte, otra de las Madres, Latife Söylemez, demandó “que el aislamiento de Öcalan, nuestro líder, llegue a su fin. Incluso en el punto más crítico, nuestros hijos continuaron sus huelgas de hambre sin pensar en sus vidas. Si el aislamiento continúa de esta manera, pronto se iniciarán más acciones. Me dirijo a todas las autoridades y al gobierno desde aquí. El camino que siguen está mal”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina