Junto con los ataques militares contra el norte y el este de Siria, las represas turcas juegan un papel importante en la guerra contra la región autónoma. En las últimas semanas, Turquía ha abierto represas e inundado y destruido 4.000 hectáreas de tierra cultivable plantada. Anteriormente, el ejército turco había establecido sistemáticamente incendios de campo y destruido el cultivo, pero ahora se emplean actos de inundaciones selectivas.
La agricultura es la principal fuente de ingresos de la región, y muchas personas obtienen su subsistencia de la agricultura, que sufre un embargo total.
El agricultor Mahmud Mihemed Ismail, de la zona de Girê Spî, señaló que, si esto continúa, entonces posiblemente ya no se plantarán miles de hectáreas de tierra. Además, grandes áreas de campos plantados se inundan y a veces se destruyen. Ismail apeló a la comunidad mundial para detener esta práctica contra el derecho internacional.
En tanto, Ibrahim al-Hasun, del pueblo de Til Ehder, cerca de Girê Spî, dijo que más de 200 hectáreas de tierra plantada, ubicadas alrededor del río Sûsikê, se inundaron después de que Turquía abrió las escotillas de sus represas.
“La actual guerra del agua está dirigida contra la principal fuente de ingresos de la región, la agricultura. Turquía apunta a los agricultores, niños, animales, maquinaria agrícola, escuelas y todo lo demás de la región”, aseguró.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina