Luego del anuncio del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, de que pronto se iniciaría una nueva operación de invasión militar contra los kurdos en las regiones del norte y el este de Siria, el Ministerio del Interior envió una “orden de movilización” a las ciudades y pueblos ubicados a lo largo de la frontera con Rojava (Kurdistán sirio).
La “orden de movilización”, titulada “Medidas a tomar en el ámbito de la operación transfronteriza”, ha sido dirigida, principalmente, a los comandos de gendarmería provinciales y distritales, direcciones de seguridad, direcciones AFAD (Presidencia de Manejo de Desastres y Emergencias), autoridades provinciales de inmigración y de carreteras, sucursales de la Media Luna Roja Turca (Kızılay), municipios y a las gobernaciones distritales en Mardin y Urfa.
La orden del Ministerio se evalúa como la antesala para la operación de invasión del régimen turco.
Por estos días, funcionarios de Estados Unidos estuvieron en Ankara negociando con el gobierno de Erdogan sobre los planes de masivos ataques militar contra el norte y el este de Siria.
El ministro turco de Defensa, Hulusi Akar, indicó que el diálogo con Washington, con respecto a temas militares, continúan de forma positiva y que ambas partes tienen un acercamiento constructivo.
Akar reiteró la postura del gobierno turco, que considera al Estados Islámico (ISIS) y a las Unidades de Protección del Pueblo kurdas (YPG/YPJ) organizaciones terroristas, aunque ideológicamente estén en las antípodas.
“Nuestros amigos les transmiten a sus interlocutores todas nuestras opiniones y peticiones. Ponemos sobre la mesa nuestras peticiones, así como nuestra lucha contra las bandas terroristas como Daesh y las YPG”, señaló.
Akar reveló las demandas de Turquía a Estados Unidos: “Nuestro deseo de crear una zona segura con Estados Unidos en la frontera con Siria; la necesidad de una profundidad de 30 o 40 kilómetros; la necesidad de expulsar completamente a las YPG de esa zona; la recogida de todas las armas en manos del YPG; la destrucción de muchos túneles y posiciones que se están construyendo los terroristas, y la cooperación de los soldados turcos y estadounidenses en la realización de todas estas peticiones”.
El ministro turco apuntó que uno de los objetivos de Ankara es que Estados Unidos, que forma parte de la Coalición Internacional contra ISIS, “dejen de dar apoyo a los miembros de las YPG, sobre todo el apoyo de munición”.
Desde la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) y las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) -donde participan las YPG, rechazaron la propuesta turca de la “zona segura”, argumentando que si se alcanza ese objetivo Ankara expandiría su actual ocupación ilegal de territorio.
La AANES y las FDS señalaron que una “zona segura” para la región apenas tendría que tener cinco kilómetros de profundidad y ser controlada por fuerzas militares enviadas por la ONU y por unidades locales de autodefensa.
En tanto, el nuevo secretario de Defensa estadounidense, Mark Esper, aseveró ayer que una eventual ofensiva militar de Turquía contra los kurdos en el noreste de Siria es “inaceptable” para su gobierno, que impedirá cualquier “incursión unilateral” turca.
“Consideramos que cualquier acción unilateral de su parte sería inaceptable”, advirtió Esper en medio de una gira internacional por Japón, Australia y Nueva Zelanda. “Lo que intentamos hacer es lograr con ellos un acuerdo que responda a sus inquietudes”, agregó el jefe del Pentágono.
“No tenemos ninguna intención de abandonar” a las FDS, aseguró Esper. “Lo que haremos, será impedir las incursiones unilaterales, que serían contrarias a los intereses que compartimos (Estados Unidos, Turquía y las FDS) en lo que respecta al norte de Siria”, afirmó.
Asimismo, Esper indicó que las negociaciones entre Washington y Ankara para la implantación de la “zona de seguridad” continuaban, y que se había “avanzado en algunos puntos, los más importantes”.
FUENTE: ANF / Agencias / Edición: Kurdistán América Latina