A principios de julio, justo cuando se estaba celebrando una conferencia internacional sobre el Estado Islámico (ISIS) en la ciudad de Amuda, en el noreste de Siria, Turquía volvió a acumular tanques en la frontera, lo que indica su resolución de ingresar al territorio controlado por los kurdos al este del Éufrates. Los ruidos de los tanques, sin embargo, ya no le dan escalofríos a nadie. Son ampliamente vistos como la forma en que Turquía aumenta la presión sobre Washington, a medida que continúa la negociación sobre una zona segura planificada a lo largo de la frontera. Y aunque las amenazas se han convertido en otro día de trabajo, el campo de la diplomacia ha sido testigo de una notable obertura kurda.
En su última visita a Ankara el 22 de julio, Jim Jeffrey, el enviado especial de Estados Unidos para Siria, pudo haber logrado poco, pero resulta que los kurdos sirios han transmitido una propuesta a la agencia de inteligencia de Turquía como parte de los contactos indirectos mediados por Jeffrey -una propuesta que parece haber aliviado a los estadounidenses y les ha dado espacio para maniobrar contra Ankara.
En una entrevista con Al Monitor en su cuartel general en Hasakah, Mazloum Kobane, el comandante en jefe de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) -lideradas por los kurdos-, y cuyo nombre real es Ferhat Abdi Sahin, compartió detalles sobre la oferta de una zona segura y aclaró la naturaleza de los contactos con la Organización Nacional de Inteligencia de Turquía (MIT).
Kobane dijo que en diciembre, después de que el presidente turco Recep Tayyip Erdogan amenazó con una incursión inminente en el lado oriental del Éufrates, los kurdos buscaron contactos con el lado turco a través de los estadounidenses y, en un intento de compromiso, hicieron su propia oferta para una zona segura. La propuesta se basa en los siguientes conceptos básicos, como lo explicó Kobane:
-Una zona segura con una profundidad de unos 30 kilómetros (18,6 millas), como lo exige Turquía, no es aceptable, pero podría ser posible una con una profundidad de cinco kilómetros (3,1 millas).
-Las Unidades de Protección del Pueblo Kurdo (YPG), que dominan las FDS, se retirarían de la zona y se desplegarían fuerzas que representen un “consejo militar local”.
-Las YPG están preparas para retirar armamento pesado de la zona. También podrían eliminarse otras armas con capacidad de alcanzar a Turquía, incluso aquellas con alcances de hasta 20 kilómetros (12,4 millas).
-A cambio, Turquía se comprometería a la no agredir la región.
-Se podría desplegar una fuerza de monitoreo internacional en el área.
-Turquía no puede ser parte de la misión de monitoreo, que debe ser neutral.
-Turquía podría unirse a la fuerza internacional solo en las siguientes condiciones: los pobladores locales desplazados de Afrin deben regresar a sus hogares, mientras que los civiles y las milicias traídos después de la toma de la ciudad por parte Turquía deben irse y las propiedades incautadas deben ser devueltas. El proceso debe proceder bajo el control del Consejo Civil de Afrin, junto con garantías internacionales. Siempre que se logre el progreso, las tropas turcas podrían participar en patrullas en la zona segura.
-La zona estaría fuera del alcance de las milicias favorecidas por Turquía (los grupos que han respaldado a Turquía en la campaña del Escudo del Éufrates), pero los civiles desplazados del área podrían regresar libremente.
Mazloum Kobane dijo que la propuesta se envió a través de Jeffrey y que hubo contactos indirectos con los miembros del MIT. Dijo también que las reuniones directas con el MIT tuvieron lugar hace solo unos años, durante el asedio de ISIS a la ciudad fronteriza de Kobane, y que el jefe del MIT, Hakan Fidan, nunca estuvo presente en ellas.
Con respecto a la presencia de tropas turcas en Afrin, Kobane dijo: “No hemos puesto ninguna condición que requiera la retirada de los soldados turcos de Afrin. Ese es un problema para una etapa posterior. Estados Unidos es el interlocutor. No ha habido un desarrollo hasta ahora. La pelota está en la cancha de Turquía”.
Cuando se le preguntó sobre el alcance de una posible operación turca, el comandante de las FDS supuso que la estrategia de Turquía sería “apoderarse de Gire Spi (Tell Abyad) y Kobane, y detenerse allí”. Turquía ha desplegado dos brigadas de infantería mecanizadas, dos brigadas blindadas y dos brigadas de comando a lo largo del tramo fronterizo de 60 kilómetros (37 millas) entre Suruc y Akcakale, las ciudades turcas frente a Kobane y Gire Spi, respectivamente.
El comandante dijo que sus fuerzas estaban listas para luchar si fracasan los esfuerzos de compromiso y Turquía lanza una incursión. “Hemos aclarado nuestra postura y hemos hecho los preparativos: lucharemos”, aseveró.
Kobane advirtió que una intervención turca desencadenaría una guerra en expansión, algo que implica que la toma de Afrin por Turquía el año pasado fue relativamente fácil, debido a una “decisión estratégica” que los kurdos tomaron en ese momento. “No queríamos que la guerra se expandiera. Queríamos mantenerlo limitado a Afrin –explicó-. Sin embargo, el Éufrates oriental no será lo mismo. Cualquier ataque del ejército turco se convertirá en una gran guerra. Si atacan a Gire Spi, por ejemplo, el frente de guerra se extenderá desde Derik hasta Manbij”.
Kobane enfatizó que “todos, Turquía, Estados Unidos y Francia por igual” estaban al tanto de la resolución kurda de luchar. “Si sufrimos un ataque, un tramo fronterizo de 600 kilómetros (373 millas) se convertirá en un campo de batalla. Significaría el comienzo de una segunda guerra civil en Siria”, advirtió.
¿Y qué pasa si Estados Unidos llega a un acuerdo con su aliado de la OTAN que va en contra de los intereses kurdos? “No se trata de confianza o desconfianza; este es el problema de Estados Unidos”, dijo Kobane, reiterando la determinación de los kurdos de luchar. “Las FDS no quieren ser una parte saboteando un acuerdo. No queremos una guerra con Turquía. Solo nos defenderemos”, remarcó.
Mientras Jeffrey visitaba Ankara, el jefe del Comando Central de Estados Unidos, general Kenneth McKenzie, y el enviado adjunto de Estados Unidos a la coalición anti-ISIS, William Roebuck, se reunieron con el comandante de las FDS en Kobane. En un comunicado de prensa después de la reunión, Kobane enfatizó que “las FDS y la Coalición Internacional están en gran parte de acuerdo en los temas discutidos”.
Según una fuente kurda informada sobre la reunión, los estadounidenses prometieron no permitir un ataque turco en el área. “Esta es la posición compartida de todas las fuerzas de la Coalición, no solo de Estados Unidos. Los franceses incluso están pidiendo medidas prácticas para evitar una intervención”, indicó la fuente a Al Monitor.
En Ankara, Jeffrey y sus interlocutores turcos no lograron un gran avance, pero acordaron continuar el diálogo. Varios días después, sin embargo, Erdogan declaró que Turquía está “decidida a destrozar el corredor terrorista al este del Éufrates, independientemente de cómo terminen las conversaciones con Estados Unidos”.
Ankara ha estado presionando por una zona segura con una profundidad de 30 a 35 kilómetros (aproximadamente 19-22 millas), para ser controlada por el ejército turco, incluido el espacio aéreo. Quiere grupos armados bajo el paraguas del Ejército Libre Sirio (ELS), respaldado por Turquía, desplegados en la zona y que sirios locales, que actualmente son refugiados en Turquía, sean reasentados allí. Además, Ankara continúa insistiendo en el control de Manbij. La principal motivación detrás de esta estrategia, que abarca todos los asentamientos adyacentes o cercanos a la frontera en el lado oriental del Éufrates como Kobane, Gire Spi, Sari Kani, Amuda, Qamishlo y Derik, es desmantelar por completo los enclaves autónomos liderados por los kurdos. Sin embargo, Turquía podría estar preparada para arreglárselas con Gire Spi y Kobane en las circunstancias actuales, como señaló el comandante de las FDS.
Muchos observadores creen que Turquía mantendrá la presión en la frontera en un intento para extraer concesiones, pero no lanzará una incursión unilateral sin una luz verde de Washington. Esto, sin embargo, no elimina el riesgo de hechos consumados. Señalando la acumulación en ambos lados de la frontera, Kobane advirtió que el clima tenso estaba proporcionando un terreno fácil para las provocaciones. “Un paso en falso o una chispa podría convertirse en un incendio”, remarcó.
En un ejemplo revelador, un cohete disparado desde Sari Kani, controlado por los kurdos, golpeó a Ceylanpinar, al otro lado de la frontera, en medio de la oleada de contactos diplomáticos el 22 de julio. Al menos cinco personas resultaron heridas en la ciudad turca. Un portavoz de las FDS dijo más tarde que el autor había intentado fomentar los disturbios y había sido capturado.
FUENTE: Fehim Tastekin / Al Monitor / Traducción y edición: Kurdistán América Latina