Un documental para conocer de cerca a los artistas de la resiliencia. “Armonías para después de la guerra” retrata las dolorosas consecuencias de la guerra en el Kurdistán sirio, pero también muestra el valor de quienes hacen renacer la esperanza a través del arte.
El documental
“La música no termina con la guerra, pero ayuda a exorcizarla. El Kurdistán sirio quedó destruido a causa de largos años de guerra; sobre aquellas ruinas, sin embargo, músicos, poetas, profesores y decenas de chicos vuelven a tocar instrumentos que -al menos por un rato- reemplazan los ruidos lacerantes de la violencia. El músico kurdo Gani Mirzo, exiliado en Barcelona, impulsó una campaña (con la participación de Músicos sin Fronteras y organizaciones del País Vasco) para llevar más de doscientos instrumentos a la zona.
Los ocho años de guerra en Siria dejaron un país devastado; 500.000 muertos y doce millones de desplazados -casi un millón más que la población que queda en el país-, de los que ocho millones también dejaron sus lugares habituales. En la región, los combates siguen en zonas determinadas y continúan los problemas de acceso y libre circulación. Pero para los kurdos, la música es resistencia; “y por eso -dice Gani- este proyecto, porque gracias a la música estamos vivos”.
https://vimeo.com/332402150
Un camino difícil
-¿Qué ilusión tienes en tu vida?, le preguntó Gani a Mustafá, un muchacho ciego al que escuchó hacer música junto a su hermano Ahmed.
-Mi deseo es tener un violín. Cuando huimos de Kobane no lo pude llevar y, a la vuelta, ya no quedaba nada.
Meses después Mustafá tocaba sobre las ruinas un violín que el músico vasco Fran Lasuen había enviado; un instrumento del siglo pasado, una “verdadera joya”.
La llegada del contenedor con los instrumentos al Kurdistán fue una odisea. Desde el País Vasco fue a Alemania y, desde allí, en un camión hasta la frontera entre Iraq y Turquía. Otro camión llevó la carga en el Kurdistán iraquí hasta el límite con Siria -que fue la más difícil de atravesar-.
Hubo un violín también para Harout, un joven armenio católico de 22 años que nació y vivió en Raqqa, ciudad que debió abandonar cuando la ocupó el Estado Islámico. “Lo encontraron tocando, lo amenazaron, le rompieron el instrumento -cuenta Gani-. Se fue a 500 kilómetros donde instaló en un centro de enseñanza que recibió buena parte de la carga solidaria”.
Ficha Técnica
Título original: “Armonías para después de la guerra”
Protagonistas: Gani, Mustafá y Harout
Dirección: Pablo Tosco & Migue Roth
Producción: Angular & Belgefilm (Rudaw)
Fotografía: Pablo Tosco
Texto: Migue Roth
Música: Gani Mirzo
Montaje: Pablo Tosco
Traducciones: Amina Hussein, Kelly Justiniano Gonzáles & Ann Marie Weaver
Locación: Kurdistán sirio
Año: 2018/2019
Idioma: Kurdo (english and spanish subtitles)
Duración: 26 minutos
Género: Film Documental Independiente
FUENTE: Angular