El sorpresivo anuncio del presidente Donald Trump informando que retiraría las tropas estadounidenses de Siria después de lo que consideró “la derrota total del Estado Islámico (ISIS)”, puso la cuestión kurda sobre la mesa.
En Siria, aproximadamente el 10 por ciento de la población es kurda, la gran mayoría es musulmana sunita y se localiza en áreas contiguas de la frontera turca. No obstante ser un grupo étnico ancestral que se encuentra distribuido principalmente en Iraq, Irán, Turquía, Siria y Armenia, representan “la minoría étnica más grande del mundo carente de un Estado propio”. Las aspiraciones de autonomía e independencia de los kurdos los ha llevado a diversos resultados.
Los kurdos han sufrido todo tipo de discriminaciones. Un ejemplo es el censo que en 1962 se llevó a cabo en Siria manipulado por las autoridades, con el cual se les quitó la ciudadanía a más de 100 mil kurdos acusándolos de ser inmigrantes indocumentados y convirtiéndolos en apátridas.
En Siria, al calor de la Guerra Civil iniciada en 2011 y aún no resuelta plenamente, el Partido de la Unión Democrática (PYD), cubrió los vacíos de poder en el norte de Siria luchando contra el régimen de Bashar Al Assad y finalmente se convirtió en un aliado fundamental de Estados Unidos en su lucha contra el Estado Islámico. Estados Unidos le proporcionó armas, entrenamiento y apoyo logístico. La supuesta derrota del Estado Islámico en Siria se le atribuye precisamente a los kurdos. La fortaleza del PYD ha sido vista con enorme recelo por el gobierno de Turquía, al que siempre ha acusado de estar aliado con el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), calificado como organización terrorista por Estados Unidos y Turquía.
La alianza de los kurdos de Iraq con Estados Unidos en las luchas contra Saddam Hussein hizo posible un alto grado de autonomía frente a Bagdad, incluyendo el control de parte de la producción de petróleo en la región de Kirkuk. Turquía parece aceptar esta situación y no se siente amenazada. En el caso de los kurdos sirios es tal su recelo que todos los actores están convencidos que en cuanto se retiren las tropas estadunidenses, los atacará sin contemplaciones.
Ante esta circunstancia, Estados Unidos parece estar negociando con Turquía y con Siria que, en el momento en que decidan retirarse, se conceda a los kurdos una cierta autonomía y se garantice su seguridad. Es probable que se logre algún acuerdo, sin embargo, la historia de la región permite suponer que cualquier acuerdo puede ser violado y, cuando esto suceda, los kurdos sirios sufrirán las consecuencias.
FUENTE: Juan A. Mateos (Ex embajador de México en Kenya, Israel y Marruecos) / La Jornada Maya