Este es el tercero de una serie de artículos de Rahila Gupta como testigo de la revolución de Rojava.
En menos de cuatro años, la organización de apoyo a las mujeres Kongira Star ha establecido una estructura democrática, autónoma y comunitaria que ha dado como resultado un cambio en la forma de pensar patriarcal y ha revertido las leyes discriminatorias por género.
Tercera parte.
En el tercer día de mi viaje a Rojava, Nuviny Essam, del centro de prensa, me llevan a las oficinas de Kongira Star, la organización de apoyo a las mujeres con base en Qamişlo, la capital de Rojava. Como todas las ciudades, Qamişlo, está coloreada en una gama de colores terrosos, que van cambiando con la diferente luz que aporta el movimiento del sol en lo alto. Presenta un contraste polvoriento frente a los verdes brillantes de los campos cultivados y el turquesa del cielo. Me dicen que, para el mes de mayo, cuando hayan terminado las lluvias, el verde se transformará en khaki.
Nos detiene una mujer asayish (oficial de policía), que echa una ojeada nerviosa y llena de ansiedad alrededor del coche de siete asientos. Los asayish están formados tanto por hombres como por mujeres, pero hay una fuerza específica compuesta sólo por mujeres que se ocupa de la violencia doméstica y de los delitos sexuales contra las mujeres. Parece que tienen información de un posible atentado inminente en Qamişlo por una mujer suicida del ISIS.
Este tipo de incidentes, junto con los controles a la entrada y salida de las ciudades, las barricadas en las puertas de los edificios públicos y los soldados apostados en los tejados nos recuerdan que estamos en zona de guerra.Y para mayor inquietud, Raqqa, la capital del califato del ISIS, se encuentra a sólo dos horas en coche.La situación bélica afecta profundamente a cada aspecto de esta sociedad: escasez de productos; emigración, al tiempo que llegada de refugiados;una economía de guerra con escasos recursos, que se dedican a la defensa y a la supervivencia; y el trauma psicológico por la pérdida en la guerra de hombres y mujeres jóvenes. Sin embargo, en medio de todo esto, se encuentra la visión e implementación de una sociedad democrática e igualitaria asombrosa, especialmente porque se desarrolla en una situación tan difícil.
Por primera vez desde mi llegada a Rojava, siento como si alguien me estuviera esperando. En la frontera, me preguntaron dónde iba a alojarme, y en el centro de prensa me hacen la misma pregunta. Para mi bochorno, no sé qué responder, porque me habían dicho que cuando llegase a Rojava alguien se encargaría de todo. En Kongira Star, las mujeres se muestran amables y amistosas, aunque nadie habla inglés, así que nos sonreímos todo el tiempo.Todo el mundo fuma, un enjambre de actividad, y una mujer con uniforme militar los atiende a todos. Se trata de Nesrin Abdullah, portavoz y comandante de las YPJ (Fuerzas de Protección de las Mujeres),a quien entrevistaré más tarde.
El cambio de denominación de YekitiyaStarpor el de KongiraStarse decidió en su conferencia de febrero 2016 para dar la bienvenida a mujeres de otras etnias (no sólo kurdas) en la organización, por lo que necesitaban un nuevo nombre para reflejar una nueva realidad. La estructura organizativa de KongiraStar está profundamente enraizada en la sociedad de Rojava, aunque se estableció formalmente sólo en 2012. Su estructura imita a Tev-Dem, el Movimiento por una Sociedad Democrática, que incluye a todas las etnias y religiones, y es un ejercicio de democracia comunitaria directa. A nivel vecinal, han establecido comunas que van de las 7 a las 300 familias, dependiendo de si se basan en pueblos o ciudades. Todos sus miembros eligen a un hombre y a una mujer bajo una regla de co-presidencia para que gestionen el trabajo y representen sus intereses en el siguiente nivel, la Casa del Pueblo (Mala Gel), una especie de consejo regional. La comuna también elige a los miembros de comités especializados en salud, educación, servicios o resolución de conflictos que son dirigidos por co-presidentes. La misma estructura se refleja en el siguiente nivel en las asambleas de ciudades. Sólo aquellos problemas que no pueden resolverse al nivel comunal se llevan a los siguientes niveles de la estructura.
La estructura paralela, autónoma, de composición exclusivamente femenina, establecida por Kongira Star, con sus propios comités, que aporta en igualdad, junto con Tev-Dem, al desarrollo de política y ley, ha atraído a todo tipo de mujeres a la esfera pública. Mujeres que no sabían leer ni escribir antes de la revolución, han acudido a las academias que se han creado y has adquirido una educación y se han fortalecido. Se han unido a los diversos comités establecidos a nivel comunal; su presencia en la esfera pública ha transformado la imagen de las mujeres y un nuevo respeto por las capacidades de las mujeres ha impregnado cada nivel de la sociedad. No sólo Tev-Dem debe ser liderado igualitariamente por hombres y mujeres, sino que esta estructura separada implica que la liberación de las mujeres no va a lograrse por la vía de la igualdad numérica, sino inclinando la balanza a favor de las mujeres, con el fin de lograr la igualdad de condiciones.
Halima, una mujer cálida y acogedora, la matriarca de la primera familia que me acogió por la noche era analfabeta antes de la revolución, pero ha aprendido a leer y escribir kurdo en 2011. Mientras mira la TV, lee con fruición los subtítulos en voz alta. Empezó a trabajar en resolución de conflictos en los casos de violencia doméstica que se presentaban en la Casa de las Mujeres (Mala Jin), hasta hace poco, cuando su rodilla comenzó a darle problemas. Aunque el suyo fue un matrimonio concertado y se quedó en casa para criar a siete hijos, ha sido influida por las ideas de Ocalan. Le pregunto cómo ha podido ser influida por él si no sabía leer. Me dice que participaba en discusiones políticas con los amigos de su marido cuando venían a su casa.
Más tarde me entero por mi intérprete que esos “amigos” eran en realidad “camaradas” del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán), tanto hombres como mujeres, que solían ir de una casa a otra, alojándose una noche en cada una, con el objetivo de extender sus ideas entre la población general. Tenemos mucho que aprender de esta estrategia envolvente. Tal vez deba algo a la tradición nómada del pueblo kurdo.
Cualesquiera que sean sus orígenes, es una tradición que mantiene KongiraStar, llevando huéspedes de una casa a otra. En los diez días que estuve allí, el acto de empaquetar y desempaquetar cada día me hizo separarme de mi móvil, mi Tablet, mi cámara, mi cuaderno, con los que volví a reunirme una vez volvía sobre mis pasos.
En la oficina principal de Kongira Star, tras el escritorio del presidente, cuelga un retrato de Abdullah Ocalan, líder del PKK, en prisión desde 1999. En la pared de enfrente hay un retrato de Sakine Cansiz, la mujer cofundadora del PKK, muerta de un disparo en 2013 en París en un asesinato al estilo de una ejecución. Encuentro este orden de preferencias perturbador para una organización femenina.
El documento que describe el trabajo de la organización se inicia con una cita de Ocalan: “la Revolución que fracasa en liberar a las mujeres no es una revolución real, y la organización que no puede organizar a las mujeres tampoco es tal”. Por supuesto, debemos reconocer a Ocalan como el primer “luchador por la libertad” o líder revolucionario en colocar a las mujeres en el centro de su revolución y en señalar que la esclavitud de las mujeres fue el inicio de todas las demás formas de esclavitud. No obstante, parece haber como una adoración del héroe. Aunque hay retratos de líderes colgados en lugares oficiales en muchas partes del mundo, el culto a la personalidad, aunque rechazada por los movimientos revolucionarios sin embargo florece, nos remonta a lo que pasó en lugares como la Unión Soviética.
Amina Omar, responsable del Ministerio de las Mujeres, nada contra corriente con una representación estilosa del símbolo femenino que cuelga en la pared tras su escritorio. Nos presentamos para ver si puede dedicarnos algún tiempo para hablar, pero se marcha a abrir un hogar para mujeres ancianas y nos pide que volvamos un par de horas más tarde. Después de nuestra entrevista, me entrega un folleto: “Principios Básicos y Disposiciones Generales para Mujeres”, que comienza con el inestimable llamamiento: “La lucha contra la mentalidad reaccionaria autoritaria en la sociedad en el deber de cada individuo en las áreas de la Auto-administración Democrática”.
El folleto enumera el extenso asalto legislativo de la Administración contra las prácticas patriarcales: el matrimonio infantil, el matrimonio forzoso, la dote y la poligamia han sido prohibidos; se previene cualquier intento de impedir a una mujer que se case por su propia voluntad; los crímenes de honor, la violencia y la discriminación contra las mujeres han sido criminalizados; las mujeres, cualquiera que sea su estado civil, tiene el derecho a la custodia de sus hijos hasta los 15 años; el testimonio de una mujer es igual al de un hombre; una mujer tiene iguales derechos hereditarios; los contratos matrimoniales deben celebrarse en juzgados civiles. Se trata de un trabajo impresionante si consideramos que el Ministerio de las Mujeres se instauró en enero de 2014.
Los juzgados de la Sharia, en los que las mujeres siempre tenían las de perder, han sido desmantelados. Aunque Bashar al Assad declara que está comprometido con el secularismo, Siria siempre ha tenido una red de juzgados religiosos para tratar con leyes personales de varias denominaciones. En Rojava hay un claro entendimiento de la necesidad de mantener a la religión fuera de la esfera pública en una manera que resulta más avanzada que en el Reino Unido. Tenemos Tribunales de Arbitraje Musulmán; consejos de sharia y Beth Dins (juzgados religiosos judíos) en este país. Aunque se supone que sus juicios cumplen con la ley británica, ya he escrito antes sobre las maneras en que fallan a las mujeres.
El ejemplo de Rojava nos enseña humildad: no asumir que Oriente Medio es un lugar irremediablemente conservador, ni que la modernidad asociada a la cultura occidental, especialmente la modernidad capitalista, tiene más posibilidades de derivar en una sociedad justa e igualitaria.
Fuente: Opendemocracy / Traducción: Rojava Azadi