Hace 20 años, el 15 de febrero de 1999, el mundo quedó conmocionado por el secuestro del líder kurdo Abdullah Öcalan en Nairobi, Kenia, en una acción conjunta llevada a cabo por varias agencias de inteligencia occidentales.
Mientras los kurdos en todo el mundo se alzaban en protesta, Öcalan fue conducido hasta Turquía, donde fue sometido a un presunto juicio y condenado a muerte. Desde entonces, ha permanecido aislado por un régimen que pretende su aniquilación física y psicológica. Hoy, en el 20 aniversario de estos eventos, echamos la vista atrás pero también miramos hacia el futuro.
La Iniciativa Internacional “Libertad para Abdullah Öcalan-Paz en Kurdistán” ha emitido un comunicado en el marco del 20 aniversario de la que se ha dado a conocer como la conspiración internacional contra el líder kurdo.
El comunicado recalca como “en verano de 1998, Abdullah Öcalan, líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), intensificó sus esfuerzos para lograr una solución política a la cuestión kurda en Turquía. Declaró un alto al fuego unilateral y subrayó la disposición del movimiento por la vía pacífica. Turquía respondió con una escalada de la violencia. Con el apoyo de los Estados Unidos, Turquía amenazó con invadir Siria, donde residía Öcalan en aquel momento. El líder kurdo decidió entonces viajar a Europa para construir un apoyo internacional de cara a una solución política. Nunca llegó a ocurrir. Los estados de la OTAN, e incluso la Rusia de (Boris) Yeltsin, se mantuvieron unidos en un mismo frente contra la paz y una solución política. Ningún Estado europeo estaba dispuesto a facilitar el diálogo, ni siquiera a considerar el asilo para Öcalan”.
El comunicado continúa: “20 años después todos somos más sabios. Turquía efectivamente ha invadido Siria. Lo que quedaba del orden político de Oriente Medio está en ruinas. El escandaloso acto de secuestro contra Öcalan, en violación de las leyes internacionales, no fue un favor para Turquía, sino el comienzo de una nueva ronda de intervenciones. Turquía no ha resuelto ninguno de sus problemas, sino que más bien se ha convertido en una dictadura agresiva, que utiliza una gran violencia en el país y en el extranjero”.
La Iniciativa Internacional “Libertad para Abdullah Öcalan-Paz en Kurdistán”, fundada tan sólo unas semanas después de su secuestro, ha enfatizado desde el principio que “la libertad de Öcalan es absolutamente crucial para una solución pacífica y política de la cuestión kurda. Los desarrollos nos han demostrado que estábamos en lo correcto: cuanto más se alargue el aislamiento al que está sometido Öcalan -a quien se le han negado las visitas de sus familiares y abogados desde hace cuatro años-, peores serán las políticas militaristas del Estado de Turquía. Cuanto más se le permita hablar, más se reducirán las tensiones, pues los alto al fuego llegarán entonces a la agenda, con lo que la situación general en Turquía mejorará para todos”.
Desde poco después del secuestro de Öcalan, el mundo se ha enfrentado a la llamada “guerra contra el terror”: una guerra “global”, pero que sin lugar a dudas se centra en Oriente Medio. En lugar de lograr un Oriente Medio más seguro y más pacífico, la guerra contra el terror ha provocado la proliferación de la violencia, con hombres, mujeres y niños de numerosos pueblos víctimas del terror estatal, religioso y nacionalista, a menudo uno y el mismo. En medio de todo esto se encuentran los kurdos y sus vecinos.
La Iniciativa Internacional recuerda que “Öcalan, siendo un revolucionario y político previsor, vio gran parte de estos desarrollos durante tres décadas. En la cárcel, escribió extensamente sobre la necesidad de desarrollar un nuevo paradigma basado en la democracia, la libertad de las mujeres y la autoorganización, con el fin de superar el punto muerto del estrecho enfoque sobre el Estado, el poder y la violencia de muchos movimientos de liberación”.
Gracias a estas ideas y nuevos conceptos como el confederalismo democrático, “el movimiento de liberación kurdo y sus amigos y aliados se han negado a convertirse en víctimas otra vez. En su lugar, han emergido con ideas y formas de organización propias, convirtiéndose en un faro de esperanza en una región por lo demás muy problemática. Öcalan, a pesar de todos los esfuerzos por frenar su influencia, ha emergido no solo como el político kurdo más influyente, sino también como un símbolo de esperanza para todos los pueblos oprimidos y las mujeres en la región. Como escribió recientemente el famoso teórico político Antonio Negri, ‘Öcalan es un prisionero que se está volviendo mítico, como Mandela en el siglo XX; así es él en el siglo XXI. Expresa una serie de conceptos que en el siglo XXI se están convirtiendo en los bloques de construcción para la política de un nuevo mundo’”.
En la declaración se señala que “el balance tras estos 20 años es mixto. Por un lado, Öcalan es más influyente que nunca, reconocido como una voz por la paz y el portavoz legítimo de su pueblo. Por otro lado, aún no hemos logrado llevar la lucha por su liberación al éxito”.
Lo que es peor, agrega el comunicado, “en el vigésimo aniversario de la conspiración internacional para secuestrarlo y entregarlo a Turquía, su aislamiento es más intenso que hace solo un par de años. La lucha contra estas atrocidades continúa con toda su energía. En este momento, la diputada kurda del Parlamento turco, Leyla Güven, junto con otras ciento de personas, están en huelga de hambre para asegurar el fin del aislamiento de Öcalan, para que Öcalan pueda alzar su voz por la paz una vez más”.
El comunicado termina recordando que “Nelson Mandela fue liberado de la cárcel tras 27 años de cautiverio, con 72 años años de edad. En el vigésimo aniversario del secuestro de Öcalan, y en su cumpleaños 70, estamos decididos a no esperar tanto. Únete a nosotros en nuestra lucha por la paz y la libertad para Öcalan. Abdullah Öcalan debe ser liberado de inmediato”.
FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina