Dos décadas después de su captura por los servicios secretos turcos, Abdullah Öcalan, líder histórico del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), sigue siendo desde su celda una figura indiscutible de la rebelión kurda.
Considerado por el gobierno de Turquía como el enemigo público número uno del país, Öcalan -quien ya tiene 69 años- fue detenido el 15 de febrero de 1999 por agentes turcos en Kenia, luego de una búsqueda sin respiro.
Desde su detención y condena, está en encarcelado en la isla-prisión de Imrali, en el mar de Mármara, donde cumple cadena perpétua.
Sin embargo, sigue siendo una personalidad de primer nivel de la rebelión kurda, un conflicto entre el PKK y el Estado turco que ya ha dejado más de 40.000 muertos desde 1984.
Un grupo de más de 300 detenidos comenzaron a inicios de este año una huelga de hambre para protestar por el aislamiento al que Öcalan sigue sometido, ya que no puede siquiera ver a sus abogados desde 2011.
A mediados de enero, el gobierno turco permitió excepcionalmente que el líder kurdo reciba la visita de su hermano Mehmet. Los dos no se habían visto desde el año 2016.
De esa forma, son raros quienes han visto a Öcalan, y por ello para la mayoría de las personas su rostro es aún el de los años de su arresto: un rostro redondo y con un bigote negro.
“Hemos visto fotos difundidas” hace algunos años, recordó a AFP uno de sus abogados, Abrahim Bilmez. “Hemos visto que ha envejecido, sus cabellos y su bigote ahora son blancos”, señaló.
Bilmez recordó que Öcalan “este año cumplirá 70 años, y ha pasado los últimos 20 años en aislamiento”.
Pero su influencia se mantiene más allá de las fronteras turcas, y su retrato puede verse por todos lados en las zonas controladas por las Unidades de Protección del Pueblo (YPG) en Siria.
En esas regiones, el hombre al que sus seguidores llaman “Apo” o “Serok” (“El Líder”) es objeto de un visible culto a la personalidad.
Öcalan nació el 4 de abril de 1949 en el seno de una familia campesina de seis niños en la aldea de Omerli, en la frontera con Siria. Cuando era joven, estudió Ciencias Políticas en Ankara y muy pronto abrazó la causa kurda, que le valió una primera encarcelación, durante siete meses, en 1972.
En 1978 fundó el PKK, de orientación marxista-leninista, y dos años más tarde partió al exilio, residiendo en Damasco o en la zona libanesa de Bekaa (entonces bajo control sirio), donde instaló su cuartel general.
En 1984, Apo decidió iniciar la lucha armada contra el gobierno turco para la creación de un Estado kurdo.
Los ataques del PKK fueron respondidos por una fuerte represión por parte del Estado turco. El sudeste del país se sumergió en un estado de convulsión, al punto que rápidamente Turquía, Estados Unidos y la Unión Europea clasificaron al PKK como un “grupo terrorista”.
Forzado a salir de Siria en 1998 por presión turca, Öcalan vagó por toda Europa ante de ser capturado por los servicios secretos de Turquía en las puertas de la embajada de Grecia en Nairobi.
Ya en Turquía, fue condenado a muerte en 1999 aunque la sanción fue conmutada en cadena perpetua después que la pena capital fuese abolida en 2002.
Turquía pensó haber decapitado al PKK con su captura. Pero aún en aislamiento continuó dirigiendo su movimiento mediante instrucciones distribuidas a través de sus abogados y legisladores kurdos que lo visitaban.
Fue de esa forma que ordenó el cese del fuego unilateral que perduró desde el 1 de septiembre de 1999 hasta el 1 de junio de 2004. Fue también quien comando al movimiento a renunciar a un Estado kurdo independiente y en cambio militar por una autonomía política dentro de Turquía.
En 2012 ordenó el fin de una huelga de hambre que mantenían unos 700 presos kurdos, y posteriormente fue él que logró que el entonces primer ministro Recep Tayyip Erdogan abriera un canal de diálogo con el movimiento kurdo.
En 2013 Öcalan llamó a sus tropas a un cese del fuego para permitir discusiones en Ankara y así llegar a un acuerdo de paz, pero el conflicto se reinició en 2015.
Según Hamit Bozarslan, director de la Escuela de Altos Estudios de Ciencias Sociales de París, si esas discusiones para un acuerdo son retomadas “el actor de referencia sigue siendo Öcalan”.
En la opinión de Bozarslan, “para una gran parte de los kurdos, Öcalan encarna no solamente la causa, sino que encarna la nación kurda en su totalidad”.
FUENTE: SwissInfo / Edición: Kurdistán América Latina