¿Asesinato de un río?

En los últimos días ha habido una creciente preocupación por los efectos ambientales que podría tener el cierre de las compuertas de Hidroituango en la región de Cauca, en Colombia.

El río Cauca ha visto disminuir sus niveles de agua a medida que la Empresa de Servicios Públicos de Colombia (EPM) ha ido reduciendo el volumen de agua que fluye desde su presa Hidroituango.

Dos de las compuertas de la presa se cerraron esta semana por la preocupación creciente ante el peligro que suponía para las comunidades vulnerables a lo largo del río Cauca en Antioquia. Sin embargo, la decisión ahora representa una mayor amenaza para el ecosistema del río.

José Iván Mojica, biólogo y conservador de las colecciones científicas de peces del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional, ha explicado lo que está sucediendo en la hidroeléctrica: “Allí está el río Cauca. Ellos levantan la presa, sellan un túnel y cierran el flujo del agua”. El resultado es el secado del río, que es un organismo vivo. “El río tiene vida”, ha explicado Mojica, agregando que “es el peor momento en que podía haber sucedido, porque estamos en enero y en febrero deja de llover, con lo que llega menos agua a los pantanos”.

Al mismo tiempo, hay flujos bajos de agua y una población máxima de peces.

Sobre el futuro de la población de peces, Mojica explicó que se formarán estanques aislados y, debido al clima, se calentarán, por lo que los peces comenzarán a carecer de aire y morirán.

Por otro lado, Modesto Portilla, profesor de geociencias en la Universidad Nacional, agregó que “los sedimentos también están vivos. Allí vive una gran cantidad de organismos que el río necesita”.

De manera similar, Portilla advirtió que lo que podría suceder si la crisis se saliera de control es que la presa podría colapsar y deshacerse el territorio circundante.

Rafael Moreno, quien representa a 541 familias de pescadores del Bajo Cauca, dijo que las comunidades dependen de la pesca del río. “Todas estas familias”, dijo Moreno, “se dedican principalmente a la pesca. La población del Bajo Cauca se compone de tres grupos étnicos diferentes y todos ellos viven del río. Estamos hablando de 1400 personas. Han perdido su medio de vida. El Estado debe recompensarlos”.

Modesto Portilla también cuestionó el número de peces rescatados: según un comunicado, tenían entre 7.000 y 9.000 peces, pero los pescadores involucrados en el rescate dijeron que fueron alrededor de 700. “¿Debemos creer que cada pescador rescató a 10 peces?”, preguntó Padilla.

Los expertos acordaron que los daños causados por este desastre son “extremadamente graves y prácticamente irreversibles”, y criticaron las acciones de las autoridades de Colombia. “En otro país esto no hubiera ocurrido”, dijo Mojica, “es inconcebible que una empresa tome la decisión de secar un río”.

ANLA, el organismo regulador a cargo de la concesión de licencias ambientales, anunció el 21 de enero que había “iniciado un procedimiento de sanción ambiental contra la empresa Hidroituango SAESP, como titular de la licencia ambiental, por supuestamente no garantizar las aguas bajo la presa, el flujo ecológico para asegurar la integridad de los ecosistemas de servicios y los activos de protección ambiental del río Cauca”.

Antecedentes

La presa hidroeléctrica Hidroituango fue más que un proyecto de prestigio de la EPM, la compañía de electricidad propiedad de la autoridad gubernamental de Antioquia. El proyecto prometió proporcionar el 16% de las necesidades eléctricas de Colombia y está valorado en alrededor de 4 mil millones de dólares. Sin embargo, en abril del año pasado, los deslizamientos de tierra en la región bloquearon los túneles que desviaban el río alrededor del proyecto. Como dos de las salidas en la sala de máquinas estaban ahora bloqueadas, el depósito comenzó a llenarse y la EPM se encontraba en una carrera contrarreloj para elevar el nivel del terraplén con el fin de evitar una inundación catastrófica. La compañía logró aumentar la altura de la presa, pero la alerta resultante, sin embargo, desplazó a miles de personas en las regiones bajas en la ruta del río.

La ciudad de Valdivia recibió a una gran afluencia de personas las regiones bajas del Cauca tras la alerta roja emitida por EPM.

Las aldeas de Puerto Valdivia, Cáceres, Tarazá y Caucasia se han mantenido en alerta hasta el día de hoy ante el riesgo de otra inundación. Puerto Valdivia corre el mayor riesgo de romperse la presa, y las autoridades han dicho que la comunidad tendrá aproximadamente 45 minutos para evacuar si se diera el peor de los escenarios posibles. Aunque inicialmente se convirtió en un pueblo fantasma con las primeras alertas rojas, muchos han regresado optando por arriesgar sus vidas.

ANF/ COLOMBIA