Su pulso está entre 55-60, mientras que su presión arterial es de aproximadamente 5-7. Ya no puede recibir líquidos, incluida agua. Perdió cerca de 15 kilos y apenas puede caminar o hablar. Hay una ambulancia esperando frente a la puerta de la prisión. El médico solicitó una firma en caso de emergencia para que pudiera recibir tratamiento, pero Leyla Güven declaró que no aceptará el tratamiento.
El mensaje anterior fue compartido recientemente por activistas kurdos frente al Consejo Europeo en Estrasburgo, quienes iniciaron una huelga de hambre indefinida exigiendo el fin del aislamiento total del pensador y líder político kurdo Abdullah Öcalan el 17 de diciembre de 2018.
La persona a la que se hace referencia en el mensaje es Leyla Güven, de 55 años, quien lleva más de 66 días de su huelga de hambre indefinida en prisión y cuya vida corre un grave riesgo. Güven es una miembro kurda del Parlamento turco elegida legalmente por el Partido Democrático Popular (HDP), ex alcalde y copresidenta del Congreso de la Sociedad Demócrata (DTK), el mayor organismo de la sociedad civil en las regiones kurdas de Turquía.
Fue encarcelada en enero de 2018 tras expresar críticas por la invasión y ocupación ilegal del Estado turco de la mayoría de la región kurda de Afrin en Rojava (norte de Siria). Durante esta operación militar, se cometieron graves crímenes de guerra y los civiles fueron atacados sistemáticamente por las milicias sirias respaldadas por Turquía que violaron, saquearon, secuestraron y asesinaron con impunidad.
Debido al estado de las regulaciones de emergencia impuestas en el país después del intento de golpe de estado en 2016, Leyla Güven es el primer caso en la historia turca de una representante que no fue liberada de la cárcel luego de ser electo.
Durante su última audiencia en la corte en noviembre, ella declaró: “Hoy en día, la política de aislamiento contra Öcalan se impone no solo a él, sino a través de su persona, a la sociedad en general. El aislamiento es un crimen contra la humanidad. Estoy iniciando una huelga de hambre indefinida para protestar contra el aislamiento de Öcalan. No me defenderé en el tribunal a partir de ahora. Seguiré protestando hasta que el poder judicial finalice sus decisiones ilegales y hasta que termine esta política aislacionista. Si es necesario, llevaré esta protesta a la muerte”.
Öcalan es la clave de la paz en Kurdistán
Desde 2011, a Öcalan se le niega sistemáticamente el acceso a sus abogados. Desde 2012, se ha montado una carpa de vigilia permanente frente al Consejo Europeo exigiendo su libertad. La última señal de vida recibida de Öcalan fue durante una visita familiar en 2016, luego de una inmensa presión pública debido a la sospecha de que podría haber sufrido un ataque a raíz del intento de golpe de Estado ese verano¹.
Öcalan es reconocido como el principal negociador y representante del pueblo kurdo en las conversaciones de paz con el Estado turco. Él es el iniciador de varios “cese al fuego” e iniciativas para trabajar hacia el fin del conflicto. Al aislarlo, Turquía está saboteando activamente cualquier posibilidad de volver a la mesa de negociaciones y poner fin a la violencia.
En una campaña de firmas entre 2005 y 2006, más de 3,5 millones de kurdos desafiaron el peligro de enfrentar el encarcelamiento y la violencia, declarando que ven a Öcalan como su representante. La campaña internacional de firmas por la libertad de Abdullah Öcalan, concluida en 2015, logró reunir asombrosamente a 10,3 millones de signatarios.
Además de su papel como líder político y negociador, que elaboró una hoja de ruta para la paz hace diez años, Öcalan es el arquitecto del Confederalismo Democrático, una propuesta política y social para una vida en la solidaridad de los pueblos, la democracia radical, la liberación de las mujeres y la ecología.
El movimiento de mujeres kurdas, que es un movimiento de masas militante y popular y una de las voces más organizadas en la lucha contra el patriarcado, le debe sus perspectivas sobre la importancia de destruir la dominación masculina con la creación de una vida libre.
El próximo mes marcará el 20° aniversario de su secuestro en Nairobi, al que la comunidad kurda se refiere como una “conspiración internacional”, debido al hecho de que la coordinación entre varios servicios de inteligencia, entre ellos la CIA, el Mossad y el MIT turco, constituyó una misión dirigida por la OTAN.
Las llamadas “Reglas de Mandela” (o Reglas Mínimas para el Tratamiento de los Reclusos) son un conjunto de principios adoptados por la ONU en 2015, que incluyen reglas contra las formas de aislamiento que impiden que una persona tenga 22 horas o más al día sin contacto humano durante un período que supere los 15 días consecutivos.
En este sentido, combinado con la violación de sus derechos de poder recibir a sus abogados y familiares, así como la obstrucción sistemática de la comunicación con el mundo exterior, el aislamiento que se le impone tiene dimensiones tortuosas. Los expertos legales han argumentado que la prisión de Imrali donde está Öcalan es un lugar donde la ley y la justicia se suspenden sistemáticamente.
Solidaridad internacional
En las últimas semanas se han llevado a cabo múltiples acciones de solidaridad, tanto organizadas en las bases como en círculos políticos más institucionalizados. Cerca de 200 personas están actualmente en huelga de hambre en las cárceles turcas. En Europa, quince activistas y figuras políticas kurdas, incluido el ex diputado Dilek Öcalan, han iniciado una huelga de hambre indefinida en Estrasburgo para presionar al Comité Europeo para la Prevención de la Tortura y los Tratos o Penas Inhumanos o Degradantes (CPT) para que cumplan con sus deberes y dirigir su demanda única y básica a la institución: hacer una visita para verificar la situación de Abdullah Öcalan.
El joven activista kurdo Imam Sis entró en el día 27 de su huelga de hambre en Gales, mientras que Nasir Yagiz en Hewlêr (Erbil), Kurdistán Meridional (Irak) llegó al día 53.
Otras huelgas de hambre se están llevando a cabo en el campamento autónomo de refugiados kurdos Makhmour, como así también en diferentes lugares en la mayoría de las áreas kurdas de Siria, Irak e Irán, como en el Líbano y Armenia. Además de eso, hay muchas más personas en huelgas de hambre rotativas y temporales tanto en las regiones kurdas como en el extranjero.
Se ha emitido un llamamiento internacional para exigir el fin inmediato del aislamiento de Öcalan y otros presos políticos en Turquía. Entre los primeros firmantes se encuentran personalidades reconocidas como Immanuel Wallerstein y David Graeber, así como activistas, pensadores, sindicalistas, escritores feministas, diputadas, diputados, investigadores, periodistas, historiadores y artistas de todo el mundo.
Los abogados y figuras políticas sudafricanas, incluidos los portavoces de la Asamblea Nacional, que han participado activamente en la campaña para liberar a Nelson Mandela, han establecido paralelos entre la lucha y el encarcelamiento de Mandela contra el apartheid y el papel desempeñado por Öcalan por la paz en Oriente Medio.
Entre la muerte y la victoria
El Movimiento de Liberación Kurdo tiene una historia de décadas de huelgas de hambre y ayunos de muerte que se remonta a los primeros días del levantamiento del PKK, a partir de finales de la década de 1970, cuando muchos miles de activistas kurdos fueron recluidos en cárceles turcas. Las huelgas de hambre se deciden como último recurso, una forma en que las personas toman medidas directas para presionar al Estado mostrando su seriedad y determinación sobre sus demandas.
La negativa sistemática del Estado a ceder a esta forma radical de protesta a menudo ha llevado a la muerte de los presos, como durante la resistencia de la prisión en la década de 1980. Pero en otras ocasiones, las huelgas de hambre han traído victorias históricas.
En 2007, luego de semanas de negarse a reconocer la huelga de hambre liderada por activistas kurdos, el CPT acordó visitar la prisión de Imrali para realizar un examen físico de la condición de Öcalan, luego de que surgieran serias preocupaciones sobre el envenenamiento gradual del líder por parte del Estado.
En 2012, después de una huelga de hambre que duró 52 días en Estrasburgo y 68 días en las cárceles turcas, se presionó al Estado turco para que aceptara la propuesta de Öcalan de poner fin a la guerra y comenzar un proceso de paz. En 2014, las huelgas de hambre lideradas por activistas de todo el mundo durante el sitio de Kobane (Rojava), junto con miles de protestas masivas y acciones directas, llevaron a los medios internacionales a informar sobre la resistencia histórica y la eventual victoria contra ISIS.
Un último recurso
En la mentalidad apolítica y pasiva promovida por el individualismo y el consumismo en el capitalismo tardío, las huelgas de hambre pueden considerarse absurdas y, de hecho, patologizadas como conductas autodestructivas irracionales y, en última instancia, inútiles. ¿Por qué no -se podría preguntar- recurrir a medios democráticos, legales y civiles para elevar demandas?
Como lo demuestran los asesinatos sistemáticos, el encarcelamiento, la tortura y el desplazamiento forzado de miles de civiles kurdos por parte de la OTAN y de Turquía (candidato a ingresar a la Unión Europea –UE-), en las regiones kurdas de Turquía, Siria e Irak en los últimos años, el pueblo kurdo ha sido sistemáticamente privado de cualquier forma de apoyo internacional o mecanismos institucionales que puedan asegurar su existencia.
Las instituciones de la UE que se ocupan de los derechos humanos básicos, se niegan obstinadamente a cumplir sus deberes más mínimos en el caso de Öcalan, debido a sus estrechas relaciones con Turquía.
Mientras tanto, los gobiernos europeos, especialmente Alemania, inventan nuevos métodos y medidas autoritarias para criminalizar incluso las formas más pacíficas y cívicas en las que los kurdos en Europa hacen valer su derecho a organizarse democráticamente. Enfrentan a las organizaciones estudiantiles kurdas y las editoriales están expuestas a redadas sistemáticas.
No hubo protestas de tales gobiernos cuando los kurdos fueron quemados vivos en los sótanos de Cizre o las mujeres mayores fueron derribadas por francotiradores en las calles de Silopi.
Asimismo, los esfuerzos internacionales para resolver la guerra de Siria han excluido sistemáticamente al pueblo kurdo, debido a los intereses del Estado turco. En este entorno, además de recurrir a la acción directa para defender su existencia, ¿qué acción más digna podría existir que la elegida por Leyla Güven?
Con su acción, los huelguistas de hambre dejan claro que su comprensión de la vida no es de una vida vacía y de supervivencia física. Una vida honorable y autodeterminada solo es posible con autonomía y libertad. Una vida bajo ocupación, negación y opresión no es soportable.
En palabras del revolucionario turco Kemal Pir, uno de los cofundadores del PKK, quien murió durante su día 55 de resistencia en la prisión de Diyarbakir en 1982, esto significa: “Amar la vida tanto como para estar dispuesto a morir por ella”.
Sabiendo que su protesta puede tener consecuencias fatales, las cientos de personas que actualmente se resisten con los únicos medios que les quedan a ellos, sus cuerpos, están “armando” su salud para exponer la crueldad y el rostro despiadado de un Estado que prefiere los bombardeos antes que regresar a las negociaciones de paz.
Aquellos que creen en una solución pacífica a este conflicto de décadas deben alzar sus voces para solidarizarse con los huelguistas de hambre y apoyar su demanda: ¡acabar con el aislamiento de Abdullah Öcalan!
Notas:
¹Este artículo fue publicado con anterioridad a que se conociera la noticia de que el hermano de Abdullah Öcalan pudo visitarlo en la cárcel el sábado 12 de enero. Para leer la noticia, clickea aquí.
FUENTE: Dilar Dirik / Roar Magazine / Traducción: Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán – Argentina