En los últimos días de 2018, el presidente norteamericano Donald Trump comunicó el retiro de sus tropas de los territorios sirios y afganos. Si bien no es un proceso inmediato, se estima que a lo largo del mes de enero se comience a poner en práctica. De igual manera, no se definió un plan concreto de cómo será la retirada.
Trump confirmó haber vencido al Estado Islámico (ISIS) en esas tierras, siendo ésta la principal razón por la que los dos mil soldados estadounidenses permanecen en Siria. Una vez derrotado el ISIS, según declaró el presidente norteamericano, ya se puede comenzar la retirada de Siria como así también de los 14 mil soldados que tiene el país norteamericano en Afganistán. Desde el interior de la Casa Blanca no hay una total aceptación sobre la decisión, ya que se estima que Irán y Rusia pasarían a ser la mayor influencia política de Siria, países considerados como “enemigos” políticos de los Estados Unidos. Estas diferencias provocaron la renuncia del Secretario de Defensa, James Mattis, y en las últimas horas se sumó el alejamiento del Jefe de Gabinete del Pentágono, Kevin Sweeney.
Pero hay otro país de peso en la disputa y es Turquía, aliado norteamericano y socio de la OTAN. Se entiende que esta decisión podría ser una traición hacia los kurdos sirios en la región de Rojava, dominada por un gobierno kurdo desde 2012. Dicha zona es fronteriza con Turquía y se convirtió en un eje clave en los combates contra el ISIS. Esta podría ser la oportunidad del gobierno turco, liderado por Recep Tayyip Erdogan, para retomar sus ataques hacia el pueblo kurdo.
Conflicto sirio
Los acontecimientos de la llamada Primavera Árabe, comenzada en Egipto y Túnez en 2010, mostraron una serie de levantamientos populares en Medio Oriente y el Magreb africano (norte del continente) dejando como principal reclamo la idea de un cambio en los sistemas políticos. Siria fue parte de este fenómeno y desde el 2011 comenzó un conflicto civil que continúa en la actualidad, ya con la presencia de potencias extranjeras. La particularidad es que el 29 de junio del 2014 salió a escena el grupo extremista ISIS, autoproclamando su Califato en territorios tomados en Siria como en Iraq.
El presidente sirio Bashar al-Asad cuenta con el apoyo de las tropas iraníes e iraquíes, como así también del grupo político-militar libanés Hezbolá, debido a que ambos son gobiernos que representan la rama chií del Islam o afinidad a la misma.
Por otro lado, se encuentran quienes están en contra del oficialismo sirio, representados militarmente por el Ejército Libre Sirio (ELS), pero que no forman parte del radicalismo religioso delISIS. Estos fueron llamados “rebeldes moderados” una vez comenzado el conflicto, y su objetivo es terminar con la dinastía al-Asad que gobierna el país desde 1979.
En el 2015, un año después de la aparición en escena del ISIS, Rusia y Estados Unidos decidieron intervenir con tropas, dinero y otro tipo de apoyo militar, llevando a que el conflicto tome un cause internacional. Rusia presenta un apoyo rotundo hacia el gobierno de al-Asad y los Estados Unidos apoyaron al ELS en un principio, para luego formar parte de una coalición mayor.
Kurdos
El territorio reclamado por el pueblo kurdo, Kurdistán, abarca zonas de Turquía, Siria, Irak e Irán. El Kurdistán sirio, también llamado Rojava, se encuentra en manos de las milicias kurdas desde el año 2012, tomado militarmente en el marco de la guerra siria. A fines de 2013, habitantes de la región declararon el autogobierno, dando comienzo a lo que se conoce como la “Revolución de Rojava”.
Las Unidades de Protección Popular (YPG/YPJ) son las milicias que tomaron el control en Rojava y quienes mejor supieron enfrentar a las acciones militares del ISIS en territorio sirio. Para el gobierno turco, liderado por Erdogan desde el año 2003, se considera a dichas milicias como un aparato terrorista. Una vez asumido el poder, con una impronta religiosa muy fuerte, desde el propio gobierno Erdogan se ataca constantemente al pueblo kurdo que vive al sur de Turquía, como así también al Kurdistán sirio ubicado en la frontera turca.
Desde el 2015 comenzó a intensificarse la pérdida de territorio por parte del ISIS debido a la creación de las Fuerzas Democráticas de Siria (SDF), alianza militar liderada por las fuerzas kurdas pero con apoyo de los Estados Unidos. Dicha coalición se formó con el único objetivo de poner fin al avance y existencia del ISIS.
¿Cancha libre para que Turquía ataque Rojava?
La inminente retirada de las tropas norteamericanas de Siria da lugar a pensar que el gobierno turco tendrá cancha libre para atacar su principal objetivo político: los kurdos. Ante esta situación y bajo la presión política al interior de la Casa Blanca, el presidente Trump buscó dar garantías de que, desde Ankara no se atacará Rojava tras la salida estadounidense, aunque sin resultados visibles por el momento. En este contexto, los líderes kurdos buscarán un acuerdo con Rusia y el gobierno sirio para certificar no ser atacados por Erdogan.
Todo indica que el pacto entre Trump y Erdogan dará lugar a la invasión turca de Rojava, para así poder continuar la limpieza étnica del pueblo kurdo que pretende el presidente turco. La población del Kurdistán sirio emitió un comunicado internacional pidiendo a las Naciones Unidas (ONU) el envío de fuerzas de paz para garantizar que no haya ataques desde Turquía.
Recordemos que, desde el momento que comenzó el conflicto sirio, Erdogan ha aprovechado innumerables ocasiones para agredir al Kurdistán sirio, dejando de lado el objetivo de atacar al fundamentalismo islámico del ISIS. Entre agosto de 2016 y marzo de 2017, desde Ankara se lanzó la operación militar llamada “Escudo de Éufrates”, junto al apoyo del ELS, donde se planteaba embestir objetivos del Estado Islámico, pero en realidad el pueblo kurdo fue atacado en reiteradas ocasiones.
El año pasado, el gobierno turco comenzó la operación militar en Afrin, cantón que pasó a control kurdo desde el 2012, donde se volvió a atacar a las milicias kurdas. Estas agresiones desde Ankara siempre fueron justificadas por el gobierno turco, sosteniendo que existía una amenaza terrorista.
Ante estas situaciones, los kurdos no recibieron apoyo de ningún país ni coalición que intervenga en la guerra siria, entendiéndolo como una primera traición hacia su pueblo. Por estas razones, se prevé que el retiro de tropas estadounidense pueda ser una nueva traición que dejaría desprotegida a la Revolución de Rojava ante los posibles ataques turcos.
FUENTE: Guido Luppino / Rebelión