Las fuerzas kurdas de Siria, punta de lanza en la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI), tienen en su poder a cientos de yihadistas extranjeros pero se niegan a juzgarlos y abogan por la repatriación a sus países de origen.
Este asunto constituye un verdadero rompecabezas para las autoridades semiautónomas kurdas, que además retienen a centenares de mujeres y niños.
900 yihadistas
Unos 900 yihadistas extranjeros originarios de 44 países se encuentran detenidos, según Nuri Mahmud, portavoz de las principales milicias kurdas de Siria, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG).
Según las autoridades kurdas, unas 550 mujeres y 1.200 niños viven en campamentos levantados para albergar a familias yihadistas. “Algunas mujeres tienen hasta cuatro hijos, cada uno de un padre distinto, y cada padre proviene de un país diferente”, señala Abdel Karim Omar, encargado de Asuntos Exteriores de la administración kurda.
Entre los detenidos más destacados se encuentran los británicos Alexanda Amon Kotey y el Shafee el Sheij, que integraban un cuarteto apodado por sus captores como “The Beatles”, a causa de su acento inglés. Su unidad había secuestrado a periodistas extranjeros, y torturado y decapitado a algunos de sus prisioneros.
El francés Adrien Guihal también es uno de estos prisioneros. Fue con su voz que el EI reivindicó el atentado de Niza en 2016. Otras dos figuras destacadas de la organización, Thomas Barnouin y Emilie König, también están encarcelados. Y también, muchos detenidos no tienen documentos de identidad, añade Abdel Karim Omar.
Sin juicios
Algunos extranjeros llevan más de un año prisioneros. Su suerte sigue siendo incierta. “Juzgamos a los mercenarios sirios del EI, pero no juzgaremos a los extranjeros”, insiste Omar. “Son muy numerosos, es una carga pesada que no podemos asumir solos”, advierte.
En cambio, en Irak, más de 300 personas han sido condenadas a muerte y otras a cadena perpetua por unirse al EI, lo que incluye a decenas de extranjeros, según fuentes judiciales.
“No tenemos una legislación que autorice la pena de muerte, si los condenamos y terminan de purgar sus penas de prisión, ¿adónde irán?”, se pregunta Omar. Su administración intenta “presionar a los gobiernos (extranjeros) para que se hagan cargo de sus ciudadanos”.
¿El “quid” de los occidentales?
Rusia, Indonesia, e incluso Sudán han acordado encargarse de algunos de sus connacionales, sobre todo mujeres y niños, continúa Omar. Pero la mayoría de los países occidentales son reacios a hacer lo mismo.
Para el jefe del estado mayor estadounidense, Joe Dunford, el retraso en las repatriaciones se debe a “consideraciones políticas y marcos legales inadaptados”.
Al menos dos estadounidenses, un hombre y una mujer -madre de cuatro niños- acusados de colaborar con el EI en Siria fueron repatriados a Estados Unidos para ser juzgados, había señalado Washington en julio.
Francia, por su parte, insiste en que sus ciudadanos sean juzgados en el lugar, aunque rechaza la pena de muerte. Las familias y los abogados de los prisioneros claman por su regreso y enfrentar a la justicia francesa. Algunas decenas de franceses sospechosos de haberse integrado al EI se encuentran actualmente detenidos en Irak y Siria junto a decenas de menores, según una fuente cercana al asunto.
Reino Unido demuestra la misma reticencia. Las autoridades dijeron que Alexanda Amon Kotey y El Shafee el Sheij ya no son “ciudadanos británicos”, lo que implica que habían sido despojados de su nacionalidad. Londres ha iniciado contactos con Washington para que sean juzgados en Estados Unidos, para luego anunciar una “ruptura” en su cooperación. Según informaciones de prensa, en agosto, ambos podrían ser enviados a Guantánamo.
Negociaciones
Las autoridades kurdas han establecido contactos con Holanda, Dinamarca y Canadá, según Omar. Con Canadá, las negociaciones habrían alcanzado una fase avanzada, “pero el gobierno detuvo todo, no sabemos por qué”. Un portavoz del ministerio de Exteriores canadiense afirmó que “cualquier información sobre un acuerdo para repatriar ciudadanos canadienses de Siria no tiene fundamento”.
Para las autoridades kurdas, es esencial mantener vínculos estrechos con Estados Unidos, líder de una coalición internacional que apoya a las fuerzas kurdas que luchan contra el EI, pero también con Francia, un socio clave.
Un comandante militar kurdo menciona bajo condición del anonimato sobre “reuniones” con el gobierno francés. “Pero no queremos presionarlo para que tome a cargo a los yihadistas franceses, ni ponerlo en aprietos”, añade. Con esta óptica, fue decidido no presentar ante los medios de comunicación a yihadistas franceses o estadounidenses, señala.
FUENTE: AFP / Edición: Kurdistán América Latina