El genocidio sufrido hace cuatro años a manos del Estado Islámico (EI) ha creado en los yezidíes, minoría religiosa de etnia kurda asentada en el norte de Irak, un trauma colectivo similar al de las víctimas judías de los nazis durante el Holocausto, con las que comparten numerosas actitudes y recuerdos.
“Vemos formas similares de comportamiento con personas que experimentaron el Holocausto. Son inseguros, temen que sus hijos no puedan sobrevivir y tienen sentimientos de impotencia. Claramente sufren un trauma colectivo”, dice a Efe Jan Ilhan Kizilhan, profesor universitario en Baden-Wurttemberg (Alemania) y Duhok (Irak).
Después de tratar a más de 1.400 jóvenes convertidas en esclavas sexuales por el EI, el psicólogo alemán, que cuenta con más de 20 años de experiencia en asistir a personas traumatizadas en zonas de guerra, no está seguro de que los yezidíes puedan sobrevivir a este genocidio, el número 74 en una comunidad cuyas raíces se remontan a 2.000 años antes de Cristo.
“El genocidio del EI ha reactivado en su memoria las masacres a sus antepasados. Experimentan un trauma múltiple, se dan cuenta de que pueden ser repetidamente víctimas de una matanza colectiva en nombre del Islam, como ocurrió en el siglo XVIII o en el XIX”, dice.
Superarlo “llevará muchas generaciones y se debe recordar activamente, hablando, escribiendo, documentando, para que el miedo no se instale en el subconsciente, lo que traumatizaría a la sociedad yezidí y le robaría su futuro”, explica, al enfatizar que “recordar y no olvidar es una estrategia de supervivencia” en una comunidad que apenas supera los 400.000 miembros.
Desde el 3 de agosto de 2014, más de 7.000 yezidíes han sido asesinados y más de 5.800 jóvenes y niñas secuestradas, violadas, esclavizadas y vendidas en mercados árabes, en los que no sólo las compraban yihadistas, sino “también civiles de Siria, Arabia Saudí, Egipto, Catar, Túnez”.
“Los terroristas del EI atacaron sus aldeas, les reunieron en grandes edificios y les quitaron sus objetos de valor. Luego separaron a las mujeres de los hombres y muchos fueron ejecutados en ese momento. Las mujeres mayores, las casadas con hijos, las que no, las niñas y los niños de entre 8 y 14 años fueron divididos y llevados a diferentes lugares”, relata al componer una imagen con los recuerdos de las víctimas que también retrotrae al Holocausto.
Cuatro años después, “miles de jóvenes siguen en manos del EI y la situación de las que lograron escapar es catastrófica: mujeres traumatizadas que viven en campos de refugiados en la provincia de Duhok, en el Kurdistán iraquí, sin posibilidad de recibir tratamiento psicológico real”.
“Se despiertan por la noche, tienen pesadillas, temen que el EI vuelva y experimentan recuerdos de las violaciones y torturas. No tienen esperanza, se avergüenzan de haber sido violadas y a menudo piensan en el suicidio. Algunas lo cometieron. Necesitan con urgencia ayuda médica y psicológica, que no hay en Irak”, explica.
El experto cita como ejemplo a Yasmin, de 16 años, que estuvo en manos de EI durante dos semanas antes de escapar con su hermana.
“En el campamento tenía miedo, pesadillas todos los días. Una noche se despertó temerosa de que los yihadistas volvieran y la violaran de nuevo. Así que se levantó, roció su rostro con gasolina y se prendió fuego. La niña sobrevivió, pero su cara y sus manos se quemaron. ‘Si soy fea, no me van a violar otra vez’, me dijo”, explica a Efe por correo electrónico el especialista alemán.
“La llevamos en avión a Alemania en agosto de 2015 y todavía la estamos tratando hoy. Desgraciadamente, muchos en Irak no tienen esa opción. Dos millones de personas viven en la provincia de Duhok y solo hay cinco psiquiatras”, dice al revelar un dato sorprendente.
Por eso, con ayuda del estado alemán de Baden-Württemberg, donde ya han sido tratadas más de 1.100 ex rehenes del EI, Kizilhan forma expertos en el Instituto de Psicoterapia y Psicotraumatología de la Universidad de Duhok, del que es decano fundador.
“El objetivo es integrar la psicoterapia en el sistema de salud local a largo plazo. Mi meta, si recibimos apoyo financiero, es capacitar a 30 psicólogos y médicos al año”, explica.
Pero, por ahora, los yezidíes no tienen “opciones reales” de ser tratados en Irak y “Europa debe prepararse en el campo terapéutico”.
“La niña más joven que examiné tenía 8 años y estuvo unos 8 meses en manos del EI. Fue vendida 10 veces. Eso significa que fue violada cientos de veces, todos los días”, resume Kizilhan en un tuit divulgado por un grupo activista yezidíes que se ha vuelto viral estos días en las redes sociales.
FUENTE: Marta Rullán / EFE