Una vez finalice la construcción de la presa de Silvan quedarán anegados más de cincuenta pueblos y lugares históricos en las regiones kurdas de Bakur (sudeste de Turquía). El entorno natural y geográfico de Kurdistán será remodelado irremediablemente. A pesar de las protestas contra dicho proyecto, el gobierno del AKP continúa con su proyecto para destruir el patrimonio histórico, cultural y natural kurdo. El proyecto denominado Proyecto Sureste de Anatolia (GAP) está realizado en un 80%.
Ocho presas y plantas hidroeléctricas, además de 23 instalaciones de riego, comenzarán a recolectar agua en dos años. La presa de Silvan, con 175,5 metros de alto, es la más grande de la región después de la presa Atatürk. Además están planificando construir otras 16 presas en la zona kurda, y uno de los proyectos que levantó más controversia, la presa de Ilisu en Hasankeyf, se ha completado en un 95%.
Güner Yanlıç, miembro de la Plataforma de Protección Hevsel, explicó el propósito de las presas construidas en Kurdistán: “Esta política implementada en la década de 1940 salió a la luz con el nombre del Proyecto del Sureste de Anatolia. Se planificaron once presas a gran escala bajo dicho proyecto”.
Para Yanlıç dicho proyecto puede considerarse una extensión de la política de seguridad, así como una herramienta para crear mano de obra barata procedente de las grandes ciudades, hecho que fuerza a las personas a migrar.
“Turquía ha estado implementando una política de seguridad energética por más de 50 años. Desde el primer día, las autoridades declararon que el motivo de su construcción era la obtención de recursos acuíferos para la explotación agraria, pero aunque la gente haya aceptado este discurso, tenemos que aclarar que el agua de riego produce exceso de sal en el suelo debido a la excesiva evaporación. Hay evidencias más que suficientes que demuestran que la producción de energía a través de las represas, destruyen los campos y dificultan la agricultura. Estamos importando muchas patatas, cebollas, trigo, en otras palabras, productos muy básicos, que ahora no podemos producir”, añadió Yalnıç.
Yanlıç recordó que los kurdos siempre han levantado su protesta contra estos proyectos. Señala que el histórico sitio Geliyê Godernê, ubicado entre las provinias de Silvan, Lice, Kulp y Hazro, quedará sumergido una vez que se complete la presa de Silvan, la segunda más grande de Kurdistán. Todos los distritos serán afectados por la represa y alrededor de 50 aldeas serán anegadas por completo.
En opinión de Yanlıç, al gobierno no le interesa en absoluto el patrimonio cultural e histórico. Lo ha demostrado con la presa de Ilisu que sumergió el lugar histórico de Hasankeyf. Tampoco está interesado en las personas ni comunidades, y no tiene problema al obligar a miles de ciudadanos a emigrar y a abandonar su estilo de vida y hogares.
FUENTE: Newroz Euskal Kurdu Elkartea