Las celebraciones por la victoria de la oposición en los comicios locales en Turquía han durado poco, después de que las autoridades denegaran la alcaldía a un partido prokurdo y se la otorgaran al candidato del presidente Recep Tayyip Erdogan. La autoridad electoral arrebató el mandato al candidato del partido prokurdo de izquierda DEM en la provincia de Van, Abdullah Zeydan, que obtuvo el 55,5% de los votos, 28 puntos más que el candidato del partido en el Gobierno, el islamista AKP.
El partido prokurdo denunció el “robo” de la decisión de las autoridades, que apartaron a Zeydan asegurando que está inhabilitado por haber cumplido condena por una causa de terrorismo. “Nuestro partido logró una victoria histórica en las elecciones locales del 31 de marzo de 2024 en Van. La gente de Van confió los catorce municipios, incluido la ciudad metropolitana, al partido DEM”, señala la formación en un comunicado. “El electorado de Van expresó decididamente su voluntad en las urnas, una respuesta contundente al régimen de fideicomisarios (interventores estatales)”, añadió, en alusión a intervenciones previas del Gobierno en alcaldías de la región.
Tras el anuncio, simpatizantes del partido marcharon por el centro de Van para protestar contra la medida. Las manifestaciones se extendieron a varias provincias de la región, convirtiéndose en las mayores protestas de los últimos años, según confirmaron varios testigos a El Mundo. “Hacía años que no veía a tanta gente en las calles protestando. La gente votó por DEM en todos los distritos, estamos cansados de que intervengan una y otra vez en nuestro voto”, explica a El Mundo Sahin, un joven que participó en las protestas en Diyarbakir, la ciudad kurda más poblada de Turquía. “Creo que el Gobierno no esperaba esta respuesta, hemos mostrado nuestra rabia en las calles”, añade.
En la ciudad de Van manifestantes lanzaron cócteles molotov contra la policía y quemaron contenedores y mobiliario público. La policía sofocó las protestas con cañones de agua y gas lacrimógeno. En la provincia colindante de Hakkari se produjeron graves momentos de tensión, con hombres armados que intentaron atacar a los manifestantes. Al menos 89 personas fueron detenidas en las protestas en todo el país, según el ministro del Interior, Ali Yerlikaya. La cifra también la confirmaron fuentes del partido a este diario. La gobernación de Van ha prohibido durante dos semanas cualquier tipo de manifestación o acto político, y también ha restringido las entradas y salidas de la provincia.
El partido DEM ha decidido recurrir a los tribunales para que Zeydan pueda recuperar su alcaldía. El candidato de Van fue condenado en el año 2017 por hacer “propaganda terrorista” y “colaborar con una organización terrorista” por unas declaraciones que fueron interpretadas como una apología de la guerrilla PKK, considerada una organización terrorista en Turquía y la UE (Unión Europea). En 2022 salió de prisión y recuperó todos sus derechos cívicos, por lo que su candidatura a la alcaldía fue aceptada por la autoridad electoral, según datos de su partido. DEM argumenta que dos días antes de los comicios, la Fiscalía reabrió su caso, que daría paso a su inhabilitación, una decisión que los abogados del partido llevarán a los tribunales.
El partido DEM ganó en las capitales de diez provincias del país, dos más que en los comicios locales de 2019. En el último lustro el Gobierno intervino en 59 de las 65 alcaldías del DEM, deteniendo a sus alcaldes y sustituyéndolos por fideicomisarios cercanos a Ankara. Las autoridades aseguraban que los alcaldes de DEM tenían vínculos con la guerrilla kurda PKK. Esta persecución judicial abarca desde las bases a la cúpula del partido. Según datos de la Comisión Legal y de Derechos Humanos de DEM, 22.000 simpatizantes de la formación han sido detenidos desde el año 2015 y más de 4.000 siguen en prisión, entre ellos diez exdiputados que formaban la cúpula del partido. En el último año la Fiscalía ha intentado clausurar el partido, que ha cambiado de nombre hasta en dos ocasiones para poder seguir presente en el Parlamento y en los municipios.
FUENTE: Laura Villalón / El Mundo
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