YPJ Internacional: “Las mujeres somos una garantía de la revolución”

La delegación de la campaña feminista “Gemeinsam Kämpfen” (Luchando Juntas) tuvo la oportunidad de visitar la Academia Internacional de las Unidades de Defensa de las Mujeres (YPJ) en Rojava, que se inauguró en septiembre de 2017. Allí pudo hablar con mujeres de países como Italia, Cataluña, Alemania, Finlandia, República Checa, etc. Primero, la comandante heval Asmîn presentó la Academia. Más tarde empezamos a hablar con la compañera Medya, que viene de Alemania.

-¿Puedes describir los trabajos que se hacen en la academia?

-Heval Asmîn: Antes de abrir la academia, las mujeres internacionalistas en Rojava tenían dificultades. Había muchas que no pudieron seguir atentamente las clases debido a la falta de habilidades lingüísticas. Sin embargo, en particular después de (la batalla de) Kobanê, había un gran interés y muchas compañeras querían participar.

La autodefensa era y sigue siendo un gran tema. Antes no existía tal estructura para la formación intensiva en ninguna parte, ni en Europa ni en cualquier otro país. La imagen de las YPJ que se transmite en todas partes del mundo a menudo es solo la de las hermosas jóvenes con el pelo largo, pero sabemos que esta no es la realidad.

Nuestra tarea es luchar por el futuro de la humanidad. Queremos defendernos como mujeres, pero también proteger a la población. No se trata solo de poder defendernos a nosotras mismas, más bien nosotras somos una garantía de la revolución. Queremos seguir adelante, avanzar, ser ejemplo, ser motivación. Las mujeres pueden construir otro mundo, más allá del patriarcado, un mundo sin opresión, y para eso tenemos que organizar a todas las mujeres.

Esto requiere conocimiento ideológico. Por un lado, tenemos que aprender a usar armas, pero por otro lado debe haber un trasfondo ideológico. Estamos tratando entre otros temas la historia de las revoluciones, la historia de la lucha de liberación, el confederalismo democrático, jineolojî, el sexismo social.

A las mujeres de Şhengal se las vendía en Raqqa como si fueran una mercancía. Nuestro trabajo es evitar que esto vuelva a suceder. En el Medio Oriente, no se puede decir: “Queremos los mismos derechos que los hombres”. No queremos para nada ser como los hombres, por el contrario, es solo tras nuestra lucha que los hombres también se vuelven libres. Los hombres no son una medida de liberación para nosotras. No son un referente de liberación. Las YPJ son una estructura autónoma y colectiva. Los hombres no pueden decidir sobre nosotras, lo único que pueden es hacer sugerencias. Por supuesto que son nuestros compañeros y por lo tanto también hay un amor compañerista. En esta academia, sin embargo, los hombres no pueden dar clases, pero a la inversa, nosotras sí que damos clases a los compañeros.

El entrenamiento en uso de armas es, por supuesto, parte de esto, pero la formación no se centra en ello. Deberíamos ser capaces de defendernos solas. Tienes que ser capaz de defenderte en el Medio Oriente, en el norte de Siria. Nos enseñaron que las armas y las mujeres son una contradicción. Por eso constituyen un símbolo del patriarcado y del poder de los hombres. Sin embargo, hemos encontrado que a menudo son las mujeres las que luchan mucho mejor en la guerra. Cuando están en el frente no abandonan a una posición, están dispuestas a sacrificarse y dar su vida por las y los demás.

Aquí en la academia podemos ver que en todo el mundo hay mujeres con las que tenemos objetivos comunes. Fui parte de esta academia desde el principio y puedo decir que la formación aquí ha estado obteniendo cada vez más profundidad. Aquí nos enseñamos mutuamente y aprendemos cosas una de la otra.

Şehîd Hêlîn fue la primera caída de esta academia. Todas las compañeras que vienen aquí, con su decisión de haberse juntado a las YPJ, también la conmemoran a ella. Esto significa que la lucha continuará, incluso si tu misma ya no estás allí. Esta idea es muy bonita. En aquel momento, no queríamos que Şehîd Hêlîn fuera a Afrîn, pero ella, gracias a su determinación, ganó. No pudimos detenerla, y después de todo, vino aquí para luchar.

-¿Con qué dificultades especiales se encuentran aquí las mujeres internacionalistas pero también árabes?

-Tampoco para las mujeres kurdas fue fácil luchar contra el Frente Al Nusra. Centenares han caído, decenas de miles están ahora en las YPJ. En este punto hay que ir más al fondo. Las mujeres árabes están muy cerradas. No están acostumbradas a moverse dentro de la sociedad. Se necesita mucha energía para que se abran. Durante mucho tiempo no se atreven a decir nada. Por otro lado, las mujeres europeas lo dicen todo, pero a veces tampoco es tan bueno decirlo todo. Tienes que aprender eso primero.

A las mujeres europeas, el sistema les ha hecho muy liberales. Su individualismo es muy fuerte, en el caso de las mujeres kurdas es todo lo contrario. Asumir la responsabilidad es muy difícil para ellas y no se dan cuenta de eso. No queremos matar la libertad individual, sino desarrollar lo comunal. Se trata de crear un buen sistema en que cada una se involucre en vida colectiva. No se puede tratar a todas por igual, porque hay diferentes necesidades. Algunas nunca han vivido en tales grupos. A veces sienten la necesidad de estar solas. Claro que hay dificultades, pero gradualmente se van resolviendo. Se llevan a cabo discusiones, se asume la responsabilidad, surge el amor. Entonces pasan un buen rato juntas. Esto es muy importante porque nunca se sabe si se reunirán de nuevo en la misma constelación.

-Heval Medya, ¿cómo llegaste a YPJ International?

-Heval Medya: Vine a Rojava el verano pasado para participar en la revolución que se está llevando a cabo aquí. Al principio, formé parte de una delegación de la Comuna Internacionalista.

En una conversación sobre qué voy a hacer más adelante, se sugirió que podía participar en la formación de YPJ International. Esta educación consiste en un bloque ideológico, un médico y un militar. Y así lo hice. Vi la propuesta como una gran oportunidad para obtener una amplia formación dentro de las estructuras autónomas de las mujeres y conocer a estas estructuras.

-¿Cuál es la precedencia de las mujeres en las YPJ International?

-Esto es bastante variado, las mujeres vienen de Europa, de los Estados Unidos, así de diferentes continentes y también su trasfondo es muy diferente. Por ejemplo, hay muchas anarquistas. Otras simplemente escucharon sobre los ataques de Daesh (Estado Islámico) en los medios de comunicación y se unieron porque querían luchar contra Daesh y lo percibían como un ataque a sí mismas. Algunas ya habían estado antes en estructuras militare. Otras vienen por razones humanitarias, porque quieren apoyar a la gente local con su conocimiento y en general. También en este caso sus trasfondos difieren entre sí.

-¿Puedes describirnos el contenido de la educación?

-La formación ideológica duró casi dos meses, por lo que fue muy larga y detallada. Algunos temas eran tratados durante varios días. Todo muy exhaustivo, por ejemplo, la historia del Medio Oriente y la de la lucha de liberación kurda, la historia de las mujeres o el sexismo social. También se trataba del régimen de la verdad, es decir la forma en que las personas se acercan a la verdad. Otros temas incluyeron jineolojî, autodefensa, luego todo el modelo del confederalismo democrático y la nación democrática.

-¿En qué idioma se hizo la formación?

-La educación era en inglés y si la comisión, es decir la instructora, no hablaba inglés, entonces había una traducción. Si algunas entre internacionales no hablan o no entienden bien el inglés, eso no es realmente un problema, porque siempre hay otras amigas traduciendo.

-En las YPG Internacional hubo algunos problemas, por ejemplo con la gente que ha venido solo para luchar y luego se frustraban porque en vez de ir al frente recibieron educación ideológica. ¿Cómo es eso en las YPJ Internacional?

-No hubo tales problemas y tampoco había la decepción respecto a la educación ideológica, porque todas estaban preparadas para ello y la formación en sí es muy profunda. Los informes se escriben después de cada bloque. Se reflexiona de nuevo y se comprueba si se entendió todo. Si no, los temas continúan siendo discutidos y hay espacio para preguntas. La educación está siempre vinculada a la vida cotidiana. En la academia, el grupo está relativamente cerrado. Una se ve a sí misma y a las otras de manera muy clara, con la crítica y la autocrítica se produce un desarrollo de la personalidad, que también pueden observarse mutuamente. Si hablamos, por ejemplo, sobre hevaltî, es decir camaradería, compañerismo, o sobre los principios y valores del movimiento de mujeres, estos son temas que nos hacen pensar. Y eso, por supuesto, se refleja en la vida cotidiana. Tal vez al principio es más probable que todas tengan una actitud bastante individualista, como lo de no compartir o guardar cosas para sí misma. Con el tiempo esto se va disolviendo. Incluso se nota que la atmósfera está cambiando. Durante la formación, por supuesto, el contacto con la población kurda local está limitado por el hecho de que estás en una estructura internacionalista. Pero la comisión, las que vienen para dar clases, generalmente vienen de estructuras kurdas y, por supuesto, se trata solo de mujeres. No hay hombres que enseñen en la academia.

Durante la última educación se invitó también a personas de las estructuras sociales. Por ejemplo, una profesora que estuvo involucrada en la creación de toda la estructura educativa en Rojava. Ella dio un seminario y todas las amigas pudieron hacer preguntas. Algunas compañeras kurdas también participaron en nuestra educación para aprender inglés, por lo que también vivimos juntas como un grupo, lo cual fue bueno para nosotras, porque de esta manera, por supuesto, pudimos aprender mejor el kurdo.

-En el batallón de las YPG International, después de la formación todos van a luchar, tienen que comprometerse durante nueve meses. ¿Cómo es eso con vosotras?

-Tenemos que quedarnos por al menos seis meses, ya solo por el tema de formación. A veces, un tema hay que tratar dos a tres días más de lo previsto. Por lo tanto, la educación está programada para entre dos y tres meses. Después de la formación hay muchas posibilidades diferentes. Algunas compañeras van directamente al frente, otras pasan a las estructuras civiles o de seguridad. Ahora mismo, por ejemplo, se está creando una cooperación entre la aldea de mujeres Jinwar y las YPJ Internacional, es decir que las YPJ Internacional será responsable de la seguridad de Jinwar y también organizará el entrenamiento de mujeres que viven allí. Así que algunas irán allí, otras a las YPJ. Las YPJ no se encargan únicamente de la lucha en el frente, sino también de las Casas de lxs Heridxs o del trabajo de la prensa. Las compañeras pueden elegir entre todas estas áreas de trabajo. Hay también algunas que vienen de otras estructuras de mujeres, participan en la formación y luego regresan.

-¿Qué han contado las compañeras que estaban en el frente? ¿Las YPJ Internacional podían luchar o estaban más en la retaguardia?

-Bajo ciertas condiciones, las combatientes que van al frente participan también en los grupos de ataque. Conocen diferentes tipos de armas y, por consiguiente, van a diferentes batallones. Cuando vas al frente por primera vez no vas directamente a un grupo de ataque, pero estás un poco más atrás. En Deir Ezzor sucedió, por ejemplo, que durante una tormenta de arena la línea de retaguardia fue atacada. Aunque se cree que el grupo de ataque es el que está entablado en un enfrentamiento en la línea de batalla, no hay certeza que la parte que se queda más atrás es más segura. Por lo tanto, hay experiencias muy diferentes. No existe un batallón autónomo de las YPJ Internacional. Las combatientes participan en las unidades normales de las YPJ.

-¿Cómo es vuestra vida cotidiana en las YPJ Internacional?

-El día comienza temprano, dependiendo de cuándo amanezca. En nuestro caso, empezábamos a hacer deporte a las cinco de la mañana. Esto ha aumentado con el tiempo. En algún momento, comenzaron los entrenamientos con armas. Por supuesto lo necesitarás más adelante, en el frente. Un comité de deportes está constituido por dos compañeras, que se van turnando para preparar el deporte de cada día.

El desayuno comienza a las siete en punto y la educación comienza a las ocho en punto. El almuerzo es a las 11.00 u 11.30, luego continua la educación hasta la tarde. A veces hay un programa por la tarde, una compañera prepara un seminario o miramos juntas una película documental. También hay marchas o ejercicios militares nocturnos. Hay que subrayar que toda la vida se organiza de manera comunal, conjuntamente. Es decir, cada día una compañera es responsable de cocinar para todas. Siempre comemos juntas, siempre nos levantamos juntas. Respecto a las tareas de limpieza nos vamos cambiando, esto funciona sin más. En la vida cotidiana todas están muy juntas, también duermen juntas en una habitación. Estamos divididas en equipos pequeños y por la noche cada equipo tiene su propio tekmîl, una evaluación del día, para que los problemas se puedan aclarar de inmediato. Cada equipo tiene una comandante. Las comandantes apuntan las evaluaciones y las presentan a todo el grupo al día siguiente. Luego se proponen soluciones. Guardia se monta día y noche.

-Suena bastante agotador.

-Eso depende, todas tienen días en las que piensan “¡qué agotador!”. Pero en general eso está bien. No duermes tanto. Dormir una noche entera no pasa a menudo. Pero como el grupo está relativamente aislado y pasamos mucho tiempo juntas, también estamos muy concentradas, muy enfocadas. Los desarrollos en nosotras mismas y en las demás las anotamos rápidamente.

-Erdoğan ha amenazado con invadir el norte y el este de Siria, y ahora existe una grave amenaza de guerra. ¿Cómo estáis lidiando con la situación de amenaza, ha cambiado algo en vuestro día a día?

-Desde noviembre – diciembre de 2018, las medidas de seguridad en general están más estrictas. Como en todos los demás sitios, nosotras también nos estamos preparando. Por ejemplo, ahora montamos guardia también durante el día. El estado de alerta se incrementa. Esto ya tiene un impacto directo en nuestra vida cotidiana.

Más allá de eso, por supuesto, observamos la situación actual. Todos los días hay que reevaluar las cosas. Hace poco hubo un atentado de gran envergadura en Manbij con 15 muertos*. En este momento también está la cuestión de cómo se posicionarán los estadounidenses. Pero para nosotras no importa el nombre que tengan los fascistas con los cuales hay que luchar. Todas nosotras tenemos claro que lucharemos también contra el ejército turco y defenderemos la revolución. Por eso nos hemos juntado a las YPJ.

Sería importante bloquear el espacio aéreo, porque, por supuesto, hace una gran diferencia si luchamos en el campo de batalla o nos bombardean aviones de combate, como pasó en Afrîn. Pero justo las experiencias de Afrîn también son un aspecto importante. Allí se recogieron muchas experiencias. Se han realizado muchos análisis y autocríticas para evitar repetir errores. En consecuencia, se está preparando. Por lo tanto, todas están decididas a defender la revolución, a no aceptar a Erdoğan en Rojava y no a aceptar la llamada “zona de amortiguamiento” con la participación turca.

Notas:

*Atentado de 16 de enero de 2019. https://anfespanol.com/noticias/el-recuento-de-victimas-mortales-en-el-atentado-de-manbij-se-eleva-a-15-8878

**Otros informes de la campaña feminista “Luchando Juntas” que visitó Rojava a finales de 2018 e inicios de 2019 se pueden encontrar en http://gemeinsamkaempfen.blogsport.eu/en/

FUENTE: Gemeinsam Kaempfen / Kurdistan Repor / Traducción: Traducción: Rojava Azadî Madrid