Viyan Hêvî se unió a la guerrilla en 2015. En su vida con la insurgencia, es doctora y luchadora. Mientras ella trata físicamente a los heridos y enfermos, también intenta aliviar las heridas psicológicas que dejan las lesiones a través de la conversación.
Cuando se le preguntó cómo se unió a la guerrilla y su vida como doctora en la vida insurgente, Viyan indicó: “Estuve buscando una solución dentro del sistema durante mucho tiempo y asumí muchas tareas, pero mis iniciativas no encontraron respuestas positivas. Quería ponerme de pie. Cuando me uní a la guerrilla, me di cuenta de que había muy pocos médicos. Las condiciones en las montañas y la situación de guerra causan heridas. Quería asumir esa tarea en la guerrilla para tratar heridas y salvar vidas”.
“Las dificultades fortalecen aún más nuestro apego a nuestro trabajo –continuó-. Cuando tratamos a un compañero con éxito, estamos muy contentos. Luego regresa a su trabajo con buena salud. Eso es sagrado para nosotros”.
Para la guerrillera, “la gente puede beneficiarse de las montañas de Kurdistán en cada temporada. Todo tipo de hierbas crecen aquí. Vivir en la naturaleza tiene un efecto positivo en la salud de los luchadores”.
Viyan también destacó: “Nuestro cansancio se evapora cuando vemos a los demás sonreír. Disfrutamos trabajando y luchamos en la vida de la guerrilla. Disfrutamos haciendo todo. Sobre esta base tratamos a nuestros compañeros. Puedo ser médica en este momento, pero también soy guerrillera y llevo a cabo otras tareas. Para tener éxito, te tiene que gustar lo que haces”.
“Los jóvenes deben luchar conscientemente contra el sistema –afirmó-, no deben caer bajo su influencia. Deberían conocer el movimiento y conocer los pensamientos de Abdullah Öcalan”.
Después de despedirse de nosotros, Viyan empacó el bolso de médico, cargó el rifle y se dirigió a otra área de la guerrilla para ayudar a sus compañeros.
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FUENTE: Zeynep Nergiz Botan – Berwar Avent / ANF / Edición: Kurdistán América Latina
