Una nueva economía cooperativa: Confederalismo Democrático en Rojava y Bakur

El movimiento cooperativista en Rojava (la región autónoma y democrática del norte de Siria) y en Bakur (la región dentro de las fronteras turcas de mayoría kurda) está creciendo. Aquí, las cooperativas son vistas como una parte integral de la democracia, y consideradas vitales para el desarrollo y la integración de las distintas capas de la sociedad. Pero se escribe muy poco de lo que está aconteciendo en relación a las cooperativas- y lo que se escribe es disperso y solo una pequeña cantidad de ello ha sido traducido al inglés. Para solucionar esta carencia se han creado dos organizaciones.

El Institute for Solidarity Economics (ISE) y Corporate Watch han lanzado una página web– cooperativeeconomy.info – para suministrar información al movimiento de cooperativas y economía social involucradas o interesadas en Rojava y en Bakur. El objetivo es crear un espacio abierto en el que artículos y estudios sobre cooperativas y la economía cooperativa en general puedan ser recogidos y consultados, facilitando que la gente pueda entender y aprender sobre los cambios económicos que están teniendo lugar en las dos regiones. Sumado a los artículos que están publicados en inglés existen traducciones en marcha de artículos en turco, kurmanji, alemán, castellano y árabe.

“Cuanto más conocimiento tengamos sobre los logros del movimiento cooperativista en las regiones kurdas, más podremos apoyar y aprender de las y los cooperativistas ahí y la forma revolucionaria en la que están transformando su economía bajo condiciones muy peliagudas,” comenta Colm Massey, del ISE.

Propiedad e igualdad en el norte de Siria

El objetivo del ISE es apoyar a los movimientos de base para la consecución de un sistema económico justo y sostenible a través de la investigación y colaboración y dando pasos para ayudar a construir sobre la ya existente economía social. Como movimiento, la economía social nació como una alternativa al capitalismo, con comunidades que buscaban incrementar la calidad de vida en su región a través de esfuerzos sin ánimo de lucro y desde abajo. La expresión “economía solidaria” fue primero acuñada en Brasil en los 80 – pero la idea ha evolucionado en cuanto a su alcance y nombre y es referida habitualmente como economía solidaria o social.

“La economía social es importante porque nuestro sistema actual mixto está fracasando,” dice Massey. “No consigue ser ecológicamente sustentable ni justo ni eficiente. La lista de defectos continua. Necesitamos una economía que ponga a las personas y al planeta en el centro.”

El proyecto aliado de ISE, Corporate Watch, es una cooperativa sin ánimo de lucro que se dedica a la investigación sobre los impactos sociales y medio ambientales de las corporaciones y el capitalismo. En 2015 y en 2016, Corporate Watch ha estado trabajando sobre un proyecto que se centra en las luchas kurdas en Rojava y en Bakur.

En ambas regiones –y en otras– la gente ha sufrido una estrategia de destrucción ecológica como herramienta de control contra sus poblaciones durante décadas, dice Massey, por lo que han tenido que ser “muy creativos” a la hora de organizar su oposición. “Han empleado muchos métodos de resistencia en el pasado con distintos grados de éxito pero también han visto como otros movimientos de oposición se han convertido en nuevas formas de represión. Esta es en parte la razón por la que estas nuevas formas de oposición han decidido establecer como nuclear la igualdad, la democracia directa y la lucha contra el sectarismo en sus nuevas instituciones.”

“Aunque está dando sus primero pasos, la economía social y cooperativa es vista como una aproximación lógica a la producción de una manera que refleja esos valores y métodos de organización.”

“La economía cooperativa es parte de una ideología más amplia, que ha crecido y se ha desarrollado durante los últimos 40 años en Rojava y en Bakur,” nos comenta. Ambas regiones han abrazado el confederalismo democrático, ideología que se describe a sí misma como “enraizada en la democracia participativa y la autonomía a nivel local”, esto es “abierta a las otras facciones y grupos políticos. […] flexible, multi-cultural, anti-monopolística, y basada en el consenso”. “Las ideas englobadas en el confederalismo democrático están en claro contraste con el modelo capitalista,” añade Magpie.

FUENTE: Rebecca Harvey/Rojava Azadi