La represión contra las organizaciones, activistas y municipios kurdos continúa en Turquía, a pesar de la pandemia de la COVID-19. Las mujeres kurdas se han convertido en el último objetivo.
En la víspera del Eid al-Fitr, la festividad que marca el final del mes sagrado del Ramadán, 18 personas fueron arrestadas después de que sus oficinas y casas fueron allanadas el 22 de mayo, incluidas varias destacadas activistas kurdas por los derechos de las mujeres.
Doce personas permanecen detenidas, mientras que otras seis fueron puestas en libertad bajo fianza, incluida Havva Kıran, de 71 años e integrante de las Madres por la Paz, que se encuentra en arresto domiciliario.
La copresidenta del Partido de la Regiones Democráticas (DBP) Saliha Aydeniz, en una entrevista con VOA-Kurdish, dijo que 12 personas de las mujeres eran miembros de la Asociación de Mujeres “Rosa”, de la ciudad de Diyarbakır, en el sureste de Turquía.
Esto incluye a la presidenta de la Asociación, Adalet Kaya, y a la integrante fundadora Narin Gezgör.
Otras activistas arrestadas incluyeron a quienes integran la organización paraguas de mujeres kurdas TJA, así como de otras instituciones.
También fueron detenidas Fatma Gültekin, Gülcihan Şimşek y Özlem Gündüz, Remziye Sızıcı, Gönül Aslan y Sevim Coşkun, todas de la asociación Rosa.
No estaba claro por qué habían sido detenidas las mujeres. Sin embargo, los abogados que las representan declararon que los fiscales habían interrogado a sus clientas haciendo preguntas sobre su activismo pacífico.
Esto incluyó preguntas sobre las actividades en torno al Día Internacional de la Mujer, el 8 de marzo pasado, sus declaraciones a la prensa sobre el reemplazo de alcaldes kurdos por fideicomisarios designados por el gobierno, y su apoyo a las Madres de la Paz, un movimiento no violento de derechos civiles de las mujeres.
A las mujeres también se les hicieron preguntas con respecto a la campaña por una estudiante universitario desaparecido, Gülistan Doku. La familia y amigos de Doku la han estado buscando durante más de 100 días desde que desapareció en la ciudad de Dersim (Tunceli, en turco).
La TJA, en un comunicado, dijo que las activistas arrestadas estaban siendo criminalizadas por su activismo por los derechos de las mujeres.
“El derecho y la libertad de las mujeres se está considerando como un asunto incriminatorio. Todos los usos del derecho a la libertad de expresión a favor de la libertad de las mujeres están siendo tratados como evidencia incriminatoria”, remarcó la TJA.
“El uso de los derechos a la libertad de organización y expresión que están garantizados por el derecho internacional y los estados, se ha convertido en un crimen que conduce al arresto de mujeres”, agregaron desde la organización.
En una entrevista reciente con Ahval, la portavoz de TJA, Ayşe Gökkan, dijo que la Asociación de Mujeres “Rosa” ha estado activa durante la pandemia del coronavirus y se acercó a las mujeres que enfrentan violencia en sus hogares. Desde el comienzo de la pandemia, ha habido un aumento de la violencia contra las mujeres en todo el mundo y en Turquía en particular.
El parlamentario del HDP, Meral Danış Beştaş, escribió en Twitter que el hijo de tres años de Gönül Aslan, miembro del municipio de Bağlar, en Diyarbakır, también había sido llevado a prisión junto a su madre cuando fue arrestada.
El hijo de Aslan, Dilgeş, padece una enfermedad renal que requiere una estrecha vigilancia y su esposo tuvo que abandonar Turquía por razones políticas. Una campaña en las redes sociales hace un llamado para que Dilgeş y todas las mujeres activistas sean liberadas de inmediato.
Los arrestos son parte de una ofensiva más amplia contra el activismo kurdo, que ha continuado a pesar del brote de la COVID-19.
“Estamos luchando contra dos virus al mismo tiempo: la COVID-19 y el autoritarismo racista contra los kurdos y su voluntad democrática. Ambos son graves problemas de salud pública”, expresaron en un comunicado Hişyar Özsoy y Feleknas Uca, parlamentarios del Partido Democrático de los Pueblos (HDP).
Desde marzo de 2019, 22 co-alcaldes kurdos han sido arrestados y 45 municipios administrados por el HDP, de un total de 65, han sido confiscados por el gobierno turco.
Según Amnistía Internacional (AI), casi 400 ONG’S han sido clausuradas desde que se anunció el decreto de estado de emergencia, en 2016, tras el fallido intento de golpe de Estado, incluidas las organizaciones de derechos de las mujeres que brindan refugio a las víctimas de la violencia doméstica.
La Asociación de Mujeres “Rosa” se estableció después de que las organizaciones de mujeres kurdas y los centros municipales fueran clausurados en Diyarbakır.
La acción contra las organizaciones de derechos kurdos y para eliminar a los alcaldes electos del HDP a menudo se toman bajo falsas acusaciones de terrorismo. En un comunicado, la TJA rechazó cualquier acusación de terrorismo.
La TJA puntualizó que ahora están organizando protestas “contra el feminicidio, la violación y el abuso sexual, la desigualdad de género, el matrimonio infantil, el abuso infantil, la discriminación basada en la religión, el racismo, el sexismo, contra los administradores designados por el Estado que violan el derecho de las mujeres a elegir y ser elegidos, contra el aislamiento, la guerra, la explotación laboral y el patriarcado”.
FUENTE: Ruken Isik / Ahval / Traducción y edición: Kurdistán América Latina