Turquía ¿sola o acompañada?

La crisis de la lira provocó que Turquía analice la posibilidad de alejarse definitivamente de Occidente para apostar, o ser rescatada, por Oriente. En un contexto internacional marcado por una guerra comercial entre Estados Unidos y China, seguido por Unión Europea, hoy es Turquía quien sufre las presiones comerciales.

El primer país en salir a ofrecer ayuda a Turquía fue Qatar. País que en junio de 2017 sufrió un bloqueo internacional orquestado por Arabia Saudita y Estados Unidos. Acusaban al país de sostener a grupos terroristas que generaban una región inestable; en ese momento fue Turquía quien apoyó al país, impidiendo su bloqueo total. Hoy es Qatar quien ofrece un reaseguro, una inversión directa de 15.000 millones de dólares, lo cual, en términos prácticos, significa una inyección de dinero en la economía real que será utilizada para balancear la salida del dinero financiero. Este acuerdo entre mandatarios es clave para que Turquía pueda evitar recurrir al FMI (Fondo Monetario Internacional).

También se hicieron públicos los apoyos y las preocupaciones compartidas de los jefes de estado de Francia, Emmanuel Macron, y de Alemania, Angela Merkel.

El viernes pasado (17 de agosto) Turquía había desafiado abiertamente a Estados Unidos declarando que no cumpliría las sanciones que imponía unilateralmente Washington a Irán. Por lo cual, Irán ofreció su apoyo a Erdogan, aclarando que la fuerza y la presión económica no sirven para quebrar la voluntad del pueblo. Hubo además conversaciones con Rusia y China. El Ministro de Finanzas turco, Berat Albayrak, declaró que el ICBC de China brindará un préstamo de 3.600 millones de dólares para los sectores energéticos y de transporte.

Pareciera que Estados Unidos, con una política de presión económica, está obteniendo resultados sub-óptimos, contrarios a su objetivo inicial.

FUENTE: Jonatán Carné / IREMAI (Instituto Rosario de Estudios del Mundo Árabe e Islámico – UNR)