Sentido homenaje en Buenos Aires a la internacionalista Alina Sánchez + Fotos

En Buenos Aires llueve desde hace semanas pero el pasado domingo, contra todos los pronósticos, el sol salió por unas horas.  A las 16 horas exactamente cientos de personas se fueron reuniendo en al Auditorio de ATE, de la calle Belgrano, en la capital de Argentina, para homenajear a Alina Sánchez.

Alina, médica  internacionalista, abrazó la causa del pueblo kurdo, y allí en la tierra de Kurdistán, dejó su vida en un accidente automovilístico.

Lêgerîn, su nombre en kurdo, que significa búsqueda, se sumó a la revolución de las mujeres de Kurdistán no solo curando enfermos y heridos, sino que creando centros de salud y formando a especialistas en toda esa región.

El recuerdo de Alina, y de todas las caídas en lucha en Kurdistán, se hizo presente en un auditorio de militantes, amigos y familiares. Con el fondo de un video con imágenes de la vida de Alina, y de su multitudinario entierro en el norte de Siria (Rojava), donde pudieron estar presentes su madre y su hermano, los oradores fueron tomando la palabra para recordarla cada uno a su manera.

Sus padres y su hermano, si bien estaban tristes por la partida de su hija, se mostraron orgullosos de su lucha y su legado. Patricia, su mamá, la recordó: “Alina es pura vida, siempre fue pura vida y hoy lo sigue siendo”. Las palabras del papá Rodolfo estuvieron atravesadas por el llanto: “Era una persona que no tenía miedo. Podía estar en un frente de batalla, curando enfermos o podía generar un hospital. Un día, cuando estaba en Irak, me dijo: ‘Papá, no sabés los chicos que yo salvé, si algún día me pasa algo no llores por mí, yo ya hice mucho, no valgo tanos chicos, me dijo’”.

La madre de todas las luchas, la madre de Plaza de Mayo Nora Cortiñas también recordó a Alina y su propia experiencia en el Kurdistán: “Conocí la tierra, ese lugar, Kurdistán, conocí esas madres allá, que aunque no hablamos el mismo idioma estuvimos varios días juntas acompañándonos, y hacen lo mismo que nosotras; estuve en una plaza y era la misma escena tal cual como la nuestra en Plaza de Mayo. Es el mismo recuerdo, el mismo deseo de lucha y de tenerlos presentes, y eso es lo que nos hacen volver a nosotros todos los días”.

Por su parte, Melike Yasar, representante del Movimiento de las Mujeres Kurdas en América Latina, explicó los fundamentos de la lucha que llevan adelante. “Nuestra lucha, la de las mujeres de Kurdistán, no es solo una lucha por el territorio, sino para crear una sociedad digna, una sociedad donde todos los pueblos puedan vivir como quieren. Miles de compañeros que luchan con nosotros, aunque nos sean kurdos, lucharon para su propia libertad, siguieron la esperanza en este camino. Nuestra respuesta tiene que ser practicar los sueños de esos compañeros. Nuestra historia es como la historia de muchos pueblos, que es una historia de genocidios”, expresó.

Melike explicó cómo ellos procesan las muertes de los compañeros en combate: “La lucha de los pueblos por la autodeterminación despierta el mismo miedo en el capitalismo, el capitalismo entra en pánico y la única fuerza que encuentra es matar. Nosotros combatimos pero para dar vida y construir una sociedad libre. No solo el pueblo kurdo, hay muchos pueblos que viven bajo la opresión de las potencias imperialistas, que quieren que nos acostumbremos a los dolores, pero si no podemos transformar el dolor a una forma organizada, transformarlo en fuerza, vamos a morir más. Eso es lo que tenemos que hacer con los compañeros y compañeras caídas, tomar su fuerza y realizar los sueños de ellos, sus ideales y su práctica”.

Además contó que hace unos días en uno de los hospitales donde laboraba Alina, nació una beba que llamaron Lêgerîn, como un modo de honrar su lucha.

Alina llevaba adelante su lucha siempre enmarcada en la esfera del feminismo. En cada visita que hacía a Argentina se reunía con el movimiento de mujeres para intercambiar experiencias y hermanar la lucha. Claudia Korol, referente del feminismo latinoamericano, tomó la palabra para recordarla: “Quiero hablar de la sonrisa de Alina, esa sonrisa que nos decía que la revolución de las mujeres se hace con alegría. Alina se fue a Kurdistán a defender la vida, aún bajo las bombas, a defender la vida. Y nosotros aquí estamos celebramos la vida de Alina”.

Durante el trascurso de la tarde también hablaron Marta Baravalle, integrante de Madres de Plaza de Mayo -Línea Fundadora-; María del Cármen Verdú (dirigente de la CORREPI), Emilia Rojo, amiga de Alina y compañera de estudio de la carrera de medicina en Cuba; Adriana Guzmán, de Feminismo Comunitario de Bolivia.

Por su parte, desde el Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán-Argentina se leyó un texto en el que recordaron a Alina. “Amiga, compañera, luchadora si las hay. Mujer desobediente y valiente que no dudó en enfrentar al patriarcado que insiste en disciplinarnos por ser mujeres, y al capitalismo que nos condena a una vida de muerte y miseria”, afirmaron desde el Comité sobre la médica argentina.

“Homenajear a nuestra compañera Lêgerîn nos convoca a pensarla desde varias dimensiones que nos atraviesan como mujeres que nos solidarizamos con la resistencia de los pueblos de Kurdistán y con la revolución que llevan adelante las compañeras como motor de la lucha por la liberación de la sociedad”, aseguraron.

“Su partida física nos hace sentirla más presente que nunca como guía, como ejemplo de compañera, de hermana de los pueblos oprimidos del mundo. Nos hace  tomar de su sonrisa y de su amor por la vida, la convicción de que no podemos bajar los brazos”, se escuchó en el auditorio de ATE cuando se leía el documento del Comité de Mujeres en Solidaridad con Kurdistán-Argentina.

Antes de finalizar el homenaje, en el que no faltaron las lágrimas, pero tampoco las risas y la música, la periodista feminista Liliana Daunes leyó poemas en homenaje a Lêgerîn, y luego se entonaron las canciones tradicionales de la lucha kurda.

FUENTE: Data Urgente / Kurdistán América Latina