Rojava: economía y cooperativas en plena revolución

El principio básico de las políticas económicas del régimen de Assad en Rojava era el de mantener a la gente pobre y desfavorecida para mantener su dependencia. Los cantones de Jazira (Cizîrê/Cezîre) y Kobanî (Kobanê) servían de panera de Siria. Antes de la revolución, el cuarenta por ciento del trigo consumido en el país provenía de Rojava, y la agricultura sigue siendo el principal recurso de los salarios de las personas. Desde Derik (Dêrik/Al-Malikiyah) al este del cantón de Jazira, hasta Serekaniye (Serê Kaniyê/Ras al-Ayn) en el oeste, los campos se extienden al lado de las carreteras, junto a las fuentes de petróleo en la región de Rmelan (Rumelan/Ramelan/Rimelan). Antes de la revolución, el sesenta por ciento del petróleo usado en Siria provenía de la región de Jazira.

Rojava es una región a la que se le ha dejado empobrecida a pesar de sus riquezas. La primera ciudad que vi en las tierras de la región fue Afrin (Afrîn/Efrîn). Los cantones no se habían establecido aun cuando lo visité en septiembre de 2013. Cuando llegué a la terminal de bus de la ciudad después de cruzar la frontera de Kilis con contrabandistas, me planté y simplemente miré a mi alrededor durante un rato. Estaba impactado con el nivel de pobreza y privación. No solo en Afrin, sino también en las ciudades del cantón de Jazira donde permanecí durante mucho tiempo, sentí como si estuviese viendo una película antigua. Las endebles casas y tiendas alineadas en las calles y avenidas estaban lejos de ser modernas.

La Academia Económica de Rojava es la institución central de la vida económica en el enclave autonómico. La junta de miembros de la academia describe las políticas del régimen de Assad así: “El régimen sirio vio los recursos de Rojava como su almacén. El trigo era cultivado aquí y vendido por el Estado, el cual era procesado en una región diferente y solo entonces era vendido a la gente. Ninguna fábrica ni taller que activase el procesamiento de los bienes agrícolas que crecían en el cantón de Jazira estaba permitido”.

Esta es la base de pobreza y privación sobre la cual la Revolución de Rojava buscó establecer una economía. Por supuesto, estos no fueron los resultados de las políticas económicas del régimen de Assad. Es necesario considerar también la guerra que resultó desde el primer día de la revolución.

De acuerdo a fuentes del régimen, el setenta por ciento del presupuesto está reservado a la defensa. Un tercer factor es el embargo. La frontera está cerrada entre Rojava y Turquía. Sólo el punto de entrada en Nusaybin ha sido intermitentemente abierto para ayuda humanitaria. La frontera con la región autónoma del Kurdistán iraquí cerca de la ciudad de Semalka es solamente abierta esporádicamente por un corto periodo de tiempo y después cerrada durante meses debido a las políticas del KDP (Partido Democrático Kurdo) del Kurdistán Iraquí, el cual se opone a la revolución en Rojava.

La economía de Rojava está orientada a proveer a los más pobres y aquellos que no tienen posesiones. Su principio básico es la participación de todo el mundo en la producción. En palabras del ministro de economía: “Si una sola hogaza de pan es manufacturada en Rojava, todo el mundo habrá contribuido a ello”.

Este modelo está definido como comunal o economía social. Las cooperativas representan los cimientos de este modelo. Estas cooperativas fueron construidas en tierras que anteriormente habían sido nacionalizadas por el régimen, las cuales fueron recuperadas al inicio de la revolución. Esto constituye el 80 por ciento del territorio autónomo.

De hecho, el campo económico fue el último en ser organizado en Rojava. Como los administradores de la Academia dicen, la provisión de seguridad a las personas era inevitablemente la principal prioridad. El primer paso fue la fundación del Centro para la Economía de Rojava. Se crearon unidades en cada ciudad con la participación de ingenieros y economistas con experiencia relevante, junto a otros voluntarios. Se fundaron empresas de semillas para mejorar la economía agraria y permitir a los aldeanos seguir cultivando la tierra.

Los administradores de la Academia describen el modelo que quieren crear: “Rechazamos la economía capitalista, pero no estamos adoptando el modelo económico del socialismo real tampoco. La nuestra es una economía comunal basada en cooperativas. No bloqueamos las iniciativas privadas pero seguimos una política para prevenir la formación de monopolios”.

¿Qué dice la Constitución?

El Contrato Social de Rojava declara: “Todo el mundo tiene el derecho a usar y disfrutar de su propiedad privada. Nadie debería ser privado de su propiedad salvo tras una justa compensación, por razones de utilidad pública o interés social, y en los casos y de acuerdo a las formas establecidas por la ley”.

El Artículo 42 define los principios de la organización económica, aludiendo al principio socialista de “cada uno según su necesidad” como sigue: “El sistema económico en las provincias debe estar dirigido a proveer de bienestar general y en particular a subvencionar a la ciencia y la tecnología. Debe estar dirigido a garantizar las necesidades diarias de las personas y asegurar una vida digna. Los monopolios están prohibidos por ley. Los derechos laborales y el desarrollo sostenible están garantizados”.

En resumen, los medios de producción de Rojava, con su fábricas, tierras, bosques, agua y recursos por encima y debajo del suelo, son propiedad de la Administración Autónoma Democrática. La Revolución de Rojava se opone a la propiedad privada. Sin embargo, la hegemonía política e ideológica de las comunas y las cooperativas, las cuales son observadas como la organización política, social y económica de las personas, y el poder principal de la revolución, la pobreza y el desposeimiento, muestran hoy que la dirección del desarrollo es hacia la expropiación.

Uno de los objetivos económicos de la revolución es evitar la monopolización. ¿Cómo se logrará esto?

Esta pregunta es una de las que les realicé a ambos miembros de la academia económica así como a los funcionarios del ministerio de economía. Han acentuado que “el objetivo es fundar cooperativas para todo el mundo en todas las áreas de vida y el difundir aún más la economía comunal”.

Los miembros de la junta de la academia añadieron: “Rojava es un lugar en el cual no ha existido casi ninguna monopolización, industrialización o incluso industrias pesadas. Hay pequeñas inversiones, sin embargo. Nosotros nos esforzamos no para destruir estas inversiones con una aproximación al socialismo real, sino para conquistarlos para las necesidades de la sociedad. Empezamos la economía comunal con esto en mente, y lo usamos como arma contra la propiedad privada. La base de nuestras políticas es la economía comunal. Cuanto más lo promovemos y más se desarrolla, más se debilita la propiedad privada. Cuanto más desarrollamos nuestro propio sistema, mejor podemos oponernos a la monopolización de la propiedad privada. Hemos fortalecido la voluntad de la gente en el campo de batalla político, y hemos debilitado el aparato estatal. Era lo mismo con la economía. Nuestro objetivo es el de desarrollar aún más nuestro sistema. Una de las primeras medidas contra la monopolización fueron las cooperativas comerciales”.

Las cooperativas están conectadas a las comunas. Las comunas son las herramientas básicas de gestión de la Revolución de Rojava. Tienen una gran importancia, porque están construyendo una vida en la cual todo el mundo puede participar en el gobierno, y el aparato estatal se vuelve superfluo.

La pregunta de cómo y dónde son fundadas las cooperativas depende de las necesidades de las familias que viven en las comunas. Primero, cuán útil puede ser una cooperativa en un determinado lugar para las familias locales. El Comité Económico, el cual está unido al TEV-DEM (En kurdo: Tevgera Civaka Demokratik; en inglés: Movement for a Democratic Society; en español: Movimiento por una Sociedad Democrática) prepara un plan.

Después, la idea se presenta a las comunas cercanas a la localización de la cooperativa propuesta, o al consejo de comunas. Las comunas o el consejo tienen la tarea de encontrar a las familias pobres y las familias con necesidades para que formen parte de las cooperativas. La comuna determina los empleados de las cooperativas. De hecho, la cooperativa está conectada a la comuna. Después, el centro económico de Rojava le da la mitad del dinero necesario y las semillas a la cooperativa como un préstamo. Cada cooperativa es por lo tanto fundada con los medios de la revolución. Todos estos pasos hacia la fundación de una cooperativa son dados por el Centro Económico y las Administraciones Autónomas en colaboración. Las cooperativas se quedan con el 70-80 por ciento de los ingresos cuando venden sus productos. Solo el 20-30 por ciento se le da al Centro Económico de Rojava.

El proyecto de las cooperativas es relativamente nuevo. Antes de que fuesen fundadas, se aplicó un modelo diferente en el escenario de transición antes del establecimiento de las cooperativas. Durante el tiempo entre la toma del poder por las personas y la fundación de las cooperativas, la tierra era usada por operadores individuales. El 50 por ciento de los productos eran recogidos por el gobierno autónomo, mientras que el otro 50 por ciento permanecía con el operador. Además, los operadores estaban obligados a dejar un depósito a cambio de las tierras.

Docenas de cooperativas se han fundado hasta ahora. En Serêkaniyê, más de 30.000 dunams (decáreas) de tierra fueron transferidas a las cooperativas y cosechadas. En Derîk, la ciudad más verde de Rojava, las cooperativas plantaron más de 50.000 árboles frutales. En Amuda (Amûdê/ Amouda), más de 20.000 hogares fueron organizados bajo cooperativas agrícolas.

Junto a las cooperativas generales, cooperativas de mujeres afiliadas a las comunas de mujeres también se han fundado. Aquí, el objetivo es integrar a la mujer en la producción social. Más que nada, la Revolución de Rojava es una revolución de las mujeres. Lo que hace diferente a esta forma es la creación de mecanismos militares, políticos y económicos que empoderan a la mujer y su participación en la revolución. Las cooperativas de mujeres son uno de estos mecanismos.

En resumen, la revolución apunta a suplantar la economía capitalista a través de la economía comunal, de la misma forma que busca hacer redundante al Estado con la organización de la comunidad en comunas y colocando a todo el mundo en posiciones de poder.

Todo esto está teniendo lugar bajo condiciones de asedio, embargo y guerra. La Revolución es también el despliegue práctico de este sueño. En ese caso, basta con imaginar lo que la Revolución de Rojava podría conseguir en condiciones donde el asedio y la guerra fueran derrotados.

FUENTE: Abrstrakt Magazine/CooperativeEconomy/Traducido por Rojava Azadî