¿Podría el miedo de la UE a los terroristas dar a Turquía influencia en la perforación de los océanos?

El presidente Recep Tayyip Erdogan ha vuelto a aturdir a Europa, esta vez amenazando con enviar allí a los sospechosos capturados del Estado Islámico (ISIS). Continuando, de esta manera, su campaña de chantaje de octubre, cuando prometió inundar Europa con 3,6 millones de refugiados sirios.

Erdogan está eligiendo abordar sus problemas con Europa a través de la intimidación en vez del diálogo. Las amenazas más recientes de Erdogan se produjeron cuando respondía a la advertencia de la Unión Europea (UE) de que se impusieran sanciones a las operaciones de perforación de Turquía en el Mediterráneo oriental.

Antes de partir hacia Estados Unidos la semana pasada, Erdogan dijo a los medios de comunicación que aunque Turquía estaba en la mesa con la UE ahora “estas negociaciones podrían colapsar en cualquier momento”. Añadió: “Tienen que reconsiderar tu actitud hacia Turquía, que tiene tantos miembros (de ISIS) en sus prisiones y también en Siria. Estas puertas pueden ser abiertas y la gente (de ISIS) puede ser enviada a ustedes. No intenten intimidar a Turquía sobre los acontecimientos en Chipre”.

Nadie esperaba que el tema de ISIS se convirtiera en un elemento de las guerras energéticas en el Mediterráneo oriental. Pero Ankara está enfadada, porque el gobierno chipriota persigue la exploración de petróleo y gas natural sin asegurar los derechos de la parte turca, al mismo tiempo que la UE está respaldando a Chipre.

Ankara se ha encontrado aislada. Grecia, que había hecho acuerdos de exploración con la italiana ENI, la francesa Total y las americanas Noble y ExxonMobil, se aseguró el apoyo total de Estados Unidos y la UE el año pasado (2018). A principios de este año, la República de Chipre, Grecia, Israel, Italia, Jordania, Palestina y Egipto establecieron en El Cairo el Foro del Gas del Mediterráneo Oriental.

En julio, las operaciones de perforación de Turquía cerca de Chipre llevaron a la UE a amenazar con sanciones que estipulaban la interrupción de los contactos de alto nivel con Turquía, la suspensión del Acuerdo General de Transporte Aéreo y la reducción de 145,8 millones de euros (161,4 millones de dólares) en financiación, que la UE debía proporcionar hasta 2020. El 11 de noviembre, la UE anunció el marco de las sanciones dirigidas a las personas e instituciones que participan en las actividades de exploración en Turquía.

Esto enfureció a Erdogan.

El 11 de noviembre, un ciudadano estadounidense de ascendencia jordana conocido como Muhammed Darwis B -un presunto miembro de ISIS que estaba detenido en un centro de repatriación en Turquía- fue enviado a Grecia en respuesta a su solicitud. Grecia le negó la entrada, dejándolo varado entre las puertas de la frontera. Varios días después, Estados Unidos aceptó recibirlo. Cuando llegó el 25 de noviembre, se le permitió entrar y viajar para visitar a sus familiares.

Turquía, ignorando las reacciones negativas, ha continuado con el proceso de deportación. Una persona fue enviada a Dinamarca. Siete ciudadanos alemanes fueron enviados a Berlín el 14 de noviembre, y dos volaron a Frankfurt el 15 de noviembre. Se dice que 11 franceses y dos irlandeses son los siguientes en la lista.

Algunos países europeos mostraron su angustia. El Ministro de Asuntos Exteriores de Luxemburgo, Jean Asselborn, dijo que las extradiciones podrían poner en peligro la seguridad. “Hay que impedir la liberación de estos bárbaros”, dijo, calificando las acciones de Turquía como “fuera de orden”. El ministro de Asuntos Exteriores alemán Heiko Maas dijo que para que los deportados sean juzgados en una corte alemana, se debe probar la evidencia de sus conexiones con ISIS, y acusó a Ankara de no compartir información pertinente.

El sistema legal de Europa ofrece flexibilidades que pueden beneficiar a los miembros de ISIS. Si los enviados a Alemania no están definitivamente implicados en enfrentamientos armados, asesinatos o torturas, pueden evitar el proceso judicial. No basta con haber viajado a las zonas controladas por ISIS; los fiscales quieren pruebas de que los enviados de vuelta se unieron intencionadamente a ISIS.

Francia, sin embargo, declaró que aunque prefiere que los sospechosos de ISIS sean juzgados en los países donde cometieron los crímenes, procesará a los devueltos por Turquía.

El envío de los miembros de ISIS a sus países de origen es una cuestión importante, incluso más allá del deseo de Turquía de utilizar esas deportaciones para llevar a cabo sus propios intereses. La decisión de algunos países de revocar la ciudadanía de los miembros de ISIS ha hecho la cuestión mucho más compleja. Por ejemplo, hasta febrero el Reino Unido había revocado la ciudadanía de unos 100 retornados.

Según los datos oficiales, hay 1.180 sospechosos de ISIS en las cárceles turcas, 250 en centros de repatriación y 850 en zonas que Turquía controla en Siria. También se estima que hay 90.000 sospechosos afiliados a ISIS en los campos kurdos de Siria. Ankara fue acusado de permitir que algunos prisioneros escaparan durante la operación que lanzó en Siria el mes pasado.

Esta situación se convirtió en un triunfo en manos de Turquía.

El Ministro del Interior, Suleyman Soylu, explicó cómo Turquía se aprovechará de la situación: “Le decimos a Europa ‘esta es su gente, les devolveremos a esta gente’. Pero estos países se levantan contra esto y gritan: ‘Hemos revocado su ciudadanía; hagan lo que quieran con ellos’. No señor, no importa lo que haga, se los devolveremos”.

Un funcionario europeo que se ocupa de los asuntos de ISIS dijo que, como otros, ve las acciones de Erdogan como un chantaje. “Erdogan, con su política de chantaje, consigue lo que quiere, porque los intereses económicos prevalecen (sobre todo lo demás). El miedo a la inmigración es grande”, le dijo a Al Monitor con la condición de mantener el anonimato. “(Los países europeos) no querían llevarse a los militantes de ISIS y a sus familias mientras estaban retenidos por los kurdos; querían que se quedaran allí. Algunos países trajeron tranquilamente a algunas familias pertenecientes a ISIS. Pero esta no es una política sostenible. Ahora que Erdogan los está deportando, muchos países están asombrados”, añadió.

Al abordar la amenaza de Turquía de inundar Europa con refugiados después de que la UE criticara a Ankara por su invasión el mes pasado contra los combatientes kurdos sirios, el Ministro de Asuntos Exteriores húngaro, Peter Szijjarto, aconsejó a sus colegas de la UE que recordaran la influencia que tiene Turquía. Dijo: “La UE, por su propia seguridad, tiene que cooperar con Turquía. Algunos países todavía no se dan cuenta de que Turquía tiene cuatro millones de refugiados”.

Lo que Europa no entiende es que el chantaje no tiene fin. Empezó con los refugiados; continúa con ISIS. ¿Hay alguna garantía de que algo nuevo no estalle?

FUENTE: Fehim Tastekin / Al Monitor / Traducción: Tomás Ghinzu para Rojava Azadi Madrid / Publicación original del artículo 22 de noviembre de 2019 / Edición: Kurdistán América Latina