Población kurda en Afrin se reduce al 18 por ciento por la invasión y ocupación de Turquía

Al cumplirse dos años de la ocupación turca del cantón kurdo de Afrin, en el norte de Siria, la población kurda de esa región ha disminuido al 18 por ciento. La organización de derechos humanos del cantón presentó un informe en el que reveló que el Estado turco y sus aliados yihadistas llevan adelante una limpieza étnica y otras violaciones de los derechos contra los pobladores.

En el informe, leído públicamente por Heyhan Ali, habitante del campamento de desplazados de Serdem, en Shehba, se denunció que más de 300.000 personas de Afrin fueron forzadas a trasladarse hacia Shehba y a otros lugares del territorio sirio. Debido a esta situación generada por Turquía, la población kurda del cantón disminuyó al 18 por ciento. Al mismo tiempo, el cambio demográfico permitió asentar a terroristas y mercenarios de Idlib y otras zonas del país, con sus familias, en Afrin.

El informe también reveló que la “política de turquización” avanza en Afrin. Por ejemplo, las nuevas autoridades designadas por Ankara pusieron nombres turcos a lugares, instituciones y calles. Ahora el cruce de Kawa, cuyo nombre hace referencia al herrero Kawa –figura mitológica de la cultura kurda, vinculada a la celebración del año nuevo (Newroz)- fue rebautizado como “Rama de Olivo”, nombre que el Estado turco le dio a la operación militar contra Afrin.

A esto se suma que en la actualidad las clases en las escuelas se imparten en idioma turco y los uniformes de los niños y las niñas representan “la cultura turca”. Además, las fotos del presidente Recep Tayyip Erdogan están colgadas en centros escolares e instituciones, y se fuerza a los pobladores a utilizar cédulas de identidad turcas.

Según la organización de derechos humanos de Afrin, en esa región los grupos terroristas aliados a Turquía secuestraron a 6.200 personas, de los cuales 3.400 no se conoce su destino.

A su vez, las mujeres se ven particularmente afectadas por el régimen de ocupación: se documentaron 61 casos de ataques en su contra. La tasa de suicidio de las mujeres también aumentó desde la ocupación: tres pobladoras se suicidaron luego de ser atacadas por yihadistas.

El informe reveló que 553 civiles murieron a causa de ataques directos del Estado turco y sus yihadistas. Del total, 55 de las víctimas fueron torturadas hasta la muerte.

Además de atacar a la población civil y saquear sus bienes, otros objetivos de las fuerzas ocupantes son la naturaleza y los lugares históricos y sagrados. Desde el comienzo de la invasión, se calcula que fueron cortados más de 200.000 árboles de olivo y se quemaron 11.000 hectáreas de tierra cultivada. “La naturaleza verde de Afrin se ha convertido en un desierto. Los troncos de los árboles fueron llevados a Turquía para su reciclaje”, se expresó en el informe.

Las fuerzas de ocupación saquearon 75 sitios históricos, robaron decenas de mosaicos y destruyeron 15 tumbas, que eran sagradas para varias comunidades religiosas.

En el informe se remarcó que estos crímenes cometidos por Turquía y sus aliados se llevan a cabo frente a los ojos del mundo, por lo cual se convocó a la ONU a cumplir con su responsabilidad y forzar a Turquía a que abandone el territorio sirio.

FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina