Siria: liderazgo de las mujeres en un Estado fracturado

Un nuevo Índice de Mujeres Líderes de Medio Oriente, publicado por la Iniciativa de Mujeres de Medio Oriente, clasificó a Siria relativamente bajo en representación y liderazgo de las mujeres en el sector público. Los datos utilizados (principalmente del Banco Mundial y el PNUD) para el índice, cubrieron la situación de las mujeres en el gobierno sirio y las áreas que controla. Sin embargo, la situación en Siria hoy es mucho más compleja, casi diez años después de iniciado el conflicto.

Además del gobierno central liderado por Bashar Al Assad, tanto la Administración Autónoma del Norte y el Este de Siria (AANES) como varios grupos de oposición, controlan el territorio del país, y probablemente tendrán algo que decir en la futura posguerra. Sin embargo, sus políticas respectivas sobre los derechos y la representación de las mujeres son muy diferentes, una distinción importante para evaluar el progreso del país y determinar el apoyo internacional.

Liderazgo y representación

Las mujeres en la AANES tienen altos cargos de liderazgo en todas las funciones políticas y en todos los niveles de sus instituciones. Ilham Ahmed, copresidenta del Consejo Democrático Sirio (MSD), actúa como la jefa de Estado de facto de la región, hablando ante el Congreso de los Estados Unidos y reuniéndose con el presidente Donald Trump el año pasado. Además, la operación de las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS) para liberar a Raqqa del control de ISIS fue dirigida por una comandante mujer, Rojda Felat.

Con la excepción de las instituciones exclusivas para mujeres, cada órgano deliberativo opera bajo un sistema de copresidencia, donde todos los puestos de liderazgo son ocupados conjuntamente por una mujer y un hombre. Las oficinas y comisiones dentro del Consejo Ejecutivo de la Administración, equivalentes a los departamentos del gabinete, también utilizan este sistema.

La oposición siria, sin embargo, carece de líderes femeninas de alto rango. En 2012, una conferencia temprana del Consejo Nacional Sirio (CNS) no eligió a ninguna mujer para su grupo de toma de decisiones de 41 miembros, y la Coalición Nacional Siria nunca ha tenido una mujer presidenta. De hecho, la primera mujer en servir como jefa de cualquier consejo local de oposición fue elegida en 2018.

Estas disparidades en el liderazgo superior se reflejan en las estructuras políticas de cada facción. La constitución de la Administración Autónoma exige que los órganos electos y los partidos políticos, desde los niveles más altos hasta la comuna vecinal más pequeña, estén compuestos por al menos un 40% de mujeres. Las organizaciones de mujeres autónomas, como el Consejo de Mujeres del Norte y el Este de Siria (CMNES), existen en paralelo a todas las instituciones de género mixto, lo que hace que el porcentaje de mujeres que realmente sirven en el gobierno sea un poco más alto que el de hombres. Estas instituciones tienen la capacidad de vetar y asesorar a las instituciones mixtas sobre cuestiones relativas a los derechos de las mujeres.

Por el contrario, un informe de 2016 del Lobby Feminista Sirio citó un estudio de 105 de los 427 consejos locales en Siria de la oposición, y encontró que solo el 2% de sus miembros eran mujeres. Solo dos mujeres, incluida la vicepresidenta, sirven en el Comité Político de 23 miembros de la Coalición Nacional Siria, y solo el 10% de los miembros del Cuerpo General de la Coalición son mujeres.

Según estos datos, la Administración Autónoma entraría en la categorización de Representación Ascendente del Índice de Mujeres Líderes de Medio Oriente, lo que significa que la participación y el liderazgo de las mujeres son altos en todos los niveles de gobierno y en todas las áreas de política. El informe clasifica con precisión al gobierno sirio en la categoría de Representación Aspirante, lo que significa que la participación de las mujeres fuera de los roles tradicionales sigue siendo baja. A pesar de afirmar que representa un posible futuro para el país, la oposición siria también entra en esta categoría.

Estatus legal y protecciones

Las nuevas leyes implementadas por la Administración Autónoma contrastan con las normas y políticas de la oposición sobre temas de mujeres. En el norte y el este de Siria, las Leyes de la Mujer abordan las inequidades en el estatus personal que existían en la ley siria, y prohíben y penalizan explícitamente los matrimonios infantiles, el abuso doméstico y otras formas de desigualdad social y violencia de género. La Constitución de la región establece que “los hombres y las mujeres son iguales a los ojos de la ley”, y “garantiza la realización efectiva de la igualdad de las mujeres y obliga a las instituciones públicas a trabajar para eliminar la discriminación de género”.

Las mujeres que sufren discriminación o violencia tienen un importante recurso institucional y social. Las ONG de mujeres, como la Free Women’s Foundation y la Organización Sara para la Prevención de la Violencia contra las Mujeres, operan abiertamente. Las instituciones conocidas como “casas de mujeres” brindan mediación comunitaria para disputas domésticas y protección contra situaciones de inseguridad en el hogar. Jinwar, una aldea de mujeres, es el hogar de mujeres que han perdido a sus esposos en la guerra, han sufrido violencia sexual o que de otra manera requieren apoyo.

En las regiones controladas por la oposición, no se pretende la igualdad legal formal, o la protección legal. HTS (rama siria de Al Qaeda), que controla gran parte de Idlib, excluye a las mujeres de los cuerpos políticos y limita sus libertades básicas, dirige escuelas segregadas por género, aplica códigos de vestimenta conservadores, y obliga a las mujeres cuyos esposos han sido asesinados en el conflicto en curso, a mudarse con un “tutor” masculino. Estas políticas son aplicadas por una policía moral similar a la de ISIS. Los activistas y las organizaciones de la sociedad civil que resisten esto, se enfrentan a persecución y deben operar en secreto; no existe un recurso legal para la violencia doméstica, el matrimonio forzoso y otras violencias de género según la ley religiosa.

Un reciente informe de la ONU condenó el trato que daba el Ejército Nacional Sirio, respaldado por Turquía, a las mujeres en las regiones en que ha asumido el control, advirtiendo que “al atacar casi todos los aspectos de la vida de las mujeres kurdas (…) los grupos armados generaron un miedo palpable a la violencia y la coacción que resultó en un debilitamiento de la capacidad de las mujeres para participar significativamente y contribuir en su comunidad”.

El informe declaraba que estas acciones, como el asesinato de Hevrin Khalaf, una ex co-ministra de economía, y luego copresidenta del Partido Futuro de Siria, al que atacaron los militantes de Ahrar Al Sharqiya en octubre, constituyeron un intento concentrado de “desmantelar” los esfuerzos conseguido por la Administración Autónoma para avanzar en la condición de la mujer.

Como señala el Índice, las leyes y políticas que regulan la vida de las mujeres y las niñas pueden prepararlas para la participación política y el liderazgo, o actuar como obstáculos para ello. Está claro que la Administración Autónoma ha hecho lo primero, mientras que los grupos de oposición no han estado dispuestos a implementar tales medidas, e incluso han ido tan lejos como para forzar a las mujeres a abandonar la vida pública por completo.

¿Por qué importa?

La Administración Autónoma proporciona un plan probado para el empoderamiento político de las mujeres, una prioridad política de la que carece la oposición. La brecha en las oportunidades políticas y sociales para las mujeres entre las áreas controladas por cada facción es impactante. En áreas que el Ejército Nacional Siria ha capturado a las FDS, como Afrin, Ras Al Ain y Tel Abyad, el deterioro de los derechos de las mujeres y la seguridad personal básica es notable.

Sin embargo, esta dinámica no ha tenido en cuenta los debates sobre el futuro del país o la determinación de qué facciones merecen apoyo político y diplomático. Los grupos de oposición que marginan a las mujeres no se han enfrentado a ninguna consecuencia por sus acciones, y el empoderamiento de la mujer por parte de la Administración Autónoma no se ha discutido como un modelo para el resto del país, o un proyecto que merece apoyo. Una mayor comprensión de las diferencias fundamentales en este tema, y ​​los avances únicos que ha realizado la Administración Autónoma, es esencial para garantizar que las mujeres puedan desempeñar el papel que merecen en todos los aspectos del futuro de Siria.

FUENTE: Meghan Bodette / Wilson Center / Traducción: Rojava Azadi Madrid / Edición: Kurdistán América Latina