La revolución de las mujeres en Kurdistán

En el 34° Encuentro Plurinacional de Mujeres, Lesbianas, Trans, Travestis, Bisexuales y no binaries estuvo presente “la revolución social de las mujeres kurdas”. La tinta participó del conversatorio con Alessia Dro, del Movimiento de Mujeres del Kurdistán, sobre las perspectivas y conexiones entre la lucha de Rojava y Abya Yala, y sobre los principios de la plurinacionalidad, el confederalismo democrático y los aspectos fundantes de la epistemología feminista Jineolojî, como una ciencia social desde las mujeres y más allá de las fronteras. En este momento de resistencia histórica en Rojava, en el que las compañeras kurdas están luchando para defender sus tierras ancestrales en una guerra contra los poderes del mundo, ellas nos están demostrando que contra todos los poderes de los estados, las mujeres sí pueden cambiar el mundo y ellas ahora, lo están haciendo.

El Estado turco, con el aval de Estados Unidos, lleva días bombardeando la Federación Democrática del Norte de Siria (Rojava); es la tercera ofensiva militar desde 2011 y configura mucho más que una invasión. Se está perpetrando un nuevo genocidio y poniendo en peligro una revolución, el único proceso vigente antipatriarcal y anticapitalista conducido por mujeres.

El embate es contra el proceso de autoorganización del pueblo kurdo denominado “confederalismo democrático”, que rechaza el concepto de Estado-nación y propone un sistema autónomo en donde los pueblos puedan vivir con su propia identidad y cultura, basado en la liberación de las mujeres, experiencias de democracia directa, ecologismo, autodeterminación de los pueblos y autodefensa. Pero también, ésta avanzada militar tiene la intencionalidad de crear nuevos escenarios geopolíticos que ponen nuevamente en riesgo a la humanidad, con la reactivación del Estado Islámico (ISIS) por parte de Turquía, quien ataca el autonomismo logrado en Siria con la excusa de que allí existen bases terroristas, siendo que han sido les propies kurdes quienes han podido combatirlo exitosamente en la región.

Son necesarios y urgentes los lazos de solidaridad entre el proceso revolucionario que se está llevando adelante en Kurdistán, especialmente en Rojava, y los procesos abiertos en el Abya Yala, donde la lucha digna de los pueblos en las calles tienen mayor expresión. “Estamos ante una crisis de emergencia humanitaria en Kurdistán; más lejos y más cerca, las luchas deben fortalecerse, alimentarse y entretejerse. La resistencia es en las calles y la guerra es contra el fascismo y el patriarcado en todo el mundo”, nos dice Alessia. A continuación comparte un mensaje enviado por una compañera en resistencia desde las calles en Rojava: “Todas esperábamos esta guerra que nunca cesó realmente, todas sabemos lo que está en juego. Aquí hemos debatido acerca de lo que significa la palabra libertad, y esta palabra no puede ser sin que sea la de todas las personas, sin que sea la de todos los que este suelo pisamos, sin que sea la de cada vida, y no podemos dejar de luchar por ella y por mantenerla hasta que no quede enemigo al que enfrentarse. Son estos ideales el motor que nos conduce a donde queremos llegar y para no perdernos por caminos tortuosos. Ningún sacrificio por la libertad quedará en vano. Es la colectividad lo que guía esta revolución y la revolución siempre estuvo, fueron y son las que resisten contra el patriarcado, contra el capitalismo, el individualismo, el Estado y su violencia, luchamos por la liberación de todas las mujeres y disidencias, lo que acompaña la liberación de todas las personas de este planeta”.

Hace ya cinco años que mujeres del Kurdistán participan de las Asambleas de Feministas del Abya Yala en los Encuentros en Argentina. En esta ocasión, además de actualizar lo que está viviendo en este momento su pueblo, insistió en la necesidad de pensarnos desde la plurinacionalidad, así como comprender cuál es la lucha que están llevando adelante las mujeres en las comunidades organizadas kurdas para pensarnos en la hermandad con las luchas en el Abya Yala y la solidaridad internacional feminista.

Jineolojî: Ciencia de la Vida o de la Mujer

Alessia hizo memoria de las compañeras Alina Sanchez, Berta Cáceres, Marielle Franco y con ellas a todas las revolucionarias del mundo, y compartió que “para nuestros pueblos las mujeres no llegan del barro ni de una costilla, llegan del fuego. Las mujeres que desaparecen en su vida física vuelven al sol y se transforman en sol para dar vida al planeta. Con esta luz nos movemos cada día, con los ejemplos de lucha de nuestras compañeras”.

En Rojava se ha apostado a observar la sociedad desde el prisma de la Jineolojî. Alessia explica que “es la ciencia social de las mujeres de Kurdistán, una producción de conocimiento que nos hizo entender que para que una revolución sea posible a lo largo del tiempo, a largo plazo, hay que transformar nuestra mentalidad, hay que construir un conocimiento desde la experiencia de lucha de las mujeres que no es solo crítica del patriarcado. Es, sobre todo, encontrar a lo largo de la historia todas las soluciones que fueron dadas desde las resistencias de las mujeres con su lucha. La Jineolojî es una herramienta de lucha que crea espacios de producción de conocimiento que no son los espacios institucionales vinculados al poder, los cuales desvinculan saber de poder. Esta ciencia, concretamente en Rojava, se hace desde las comunas populares de mujeres, se hace desde cada nivel de la autoorganización de las mujeres y atraviesa los campos de la salud, la educación, la organización y toda la vida”.

Agrega que “es otra manera en la que podemos ver la historia, por ejemplo, pensando en el vínculo con el continente de América, es que hemos visto la historia escrita por el lado de la conquista, de los Estados-nación, desde los hombres blancos heteropatriarcales. Pero nosotras vamos a comprender que esa dimensión de la historia pertenece a un río que fluye paralelamente con otro río. Nosotras vamos a ver la historia, no como un progreso lineal y escrito por el hombre, sino como una historia espirálica, como dos ríos. Uno es el río de la civilización hegemónica central de los estados coloniales. Otro río, el de la civilización democrática, la que tuvo que ver con el modo de convivencia y coexistencia a lo largo de miles de años por los pueblos del Abya Yala, los pueblos de Kurdistán, que siempre han vivido en confederaciones de tribus, de clanes, de comunidades auto organizadas religiosas, y que no tiene nada que ver con la dimensión de las fronteras que han sido impuestas después. Esta dimensión espirálica nos hace entender que pasado, presente y futuro están conectados en el aquí y en el ahora, y tiene mucho que ver con la cosmovisión de las compañeras mapuches, de la cultura andina, la visión maya, tiene que ver con una dimensión vincular que nos hace ver que la historia no puede ser pensada desde las fronteras de los Estados Naciones. Hoy desde la Amazonia, pasando por todo el Abya Yala hasta Kurdistán, tenemos comunidades organizadas sobre valores éticos que están desafiando los poderes de los estados y que lo pueden hacer desde su construcción comunitaria de tejido social para realizar cambios en la sociedad, cambios que tenemos que iniciar desde nuestras relaciones más cercanas, desde nuestros valores sociales”.

Confederalismo Democrático

En Kurdistán, el confederalismo democrático es la experiencia de los pueblos que están coexistiendo desde sus comunas y desde sus asambleas autoorganizadas, con el feminismo y la ecología como pilares centrales para la convivencia. Alessia explica que “para nosotras no existe en el mundo un Estado-nación que pueda ser democrático. Estado-nación y democracia son opuestos y nunca pueden coexistir. Por eso tenemos una fórmula para desafiarlo, construyendo desde la democracia más allá de los estados, no desde la dimensión de destrucción del Estado, sino que a través de la implementación de nuestra alternativa, un tercer camino entre los enfrentamientos de las disputas de poderes que nos han impuesto. En el levantamiento que desde el 2012 dio vida a la revolución de Rojava, vamos a ver que de un lado estaba el poder del régimen sirio y de la otra parte la oposición islamista. Frente a esto, los pueblos autónomos desde su organización decidieron encontrar una tercera vía: organizarse en una confederación de pueblos árabes, armenios, chechenos, caldeos, circasianos, de comunidades religiosas y espiritualidades que siempre se configuraron en su estructura comunitaria pero que, de hecho, no son ni siquiera nacionalidades. Entonces el confederalismo democrático plantea que todos los grupos sociales desde sus diferencias, desde su identidad, tienen derecho a coexistir con los otros más allá de la nacionalidad o de la ciudadanía o de la identidad étnica que tengan. Este ecosistema puede existir no porque parte de la homogeneización, sino porque parte desde la pluralidad y la diversidad de la cual florece nuestra belleza”.

En la Federación Democrática de Siria no hay Constitución, no hay leyes, no hay estado: hay principios que los pueblos desde sus comunas decidieron poner como base de su convivencia desde las asambleas populares, construyendo así una carta de acuerdo entre los pueblos. Alessia comenta al respecto: “Lo fundamental es que ponen a la base el principio de liberación de las mujeres, y eso es el resultado de los logros del movimiento de mujeres del Kurdistán; estos acuerdos se inspiran en la experiencia previa que las mujeres hicieron en los años 90 para entender, desde la base de la sociedad recorriendo puerta a puerta, cuales era los problemas de las mujeres y cómo solucionarlos. En esta carta, los pueblos se pusieron de acuerdo en sus principios de vida, luego las mujeres han visto que tenían que agregar algo más, entonces después en todos los cantones de las áreas confederadas y de las asambleas populares, asambleas separadas de mujeres se organizaron para hacer su carta de Contrato Social y sumar 100 principios más, relativos a la liberación de las mujeres que son la base de la convivencia”.

Contó sobre el camino de pensar un término de nacionalidad no basada en nacionalismos, ni en la idea de colonialismo, buscaron pensar en términos de plurinacionalidad, y puso a rodar las siguientes preguntas que sus comunidades se hicieron para que resuenen en nuestra realidad: ¿es posible pensar la plurinacionalidad en términos de estado colonial? ¿Es posible dentro de un estado que es colonial y que tiene una mentalidad genocida?

Otras formas son posibles

Alessia nos invita a repetir “Jin, Jiyan, Azadî” que significa mujer, vida y libertad, que es el núcleo de la revolución kurda, y para ellas “la liberación de la sociedad, la completa destrucción del capitalismo y del Estado, sólo será posible a través de la liberación de las mujeres. Esta lucha no solo corresponde a las mujeres kurdas, sino a todas las mujeres del mundo”.

Y recuerda lo que las mujeres zapatistas nos enseñaron: “La lucha desde nuestras diferencias como mujeres y disidencias, con todos nuestros colores, formas y rumbos ha de ser vista como un bosque, en el que las raíces se van comunicando, como la estructura de la que está hecha nuestra comunidad, van sosteniéndose desde la profundidad, sobre todo desde la comunicación, el cuidado, la nutrición de los árboles más viejos que necesitan de los más jóvenes, vemos allí formas de reciprocidad y conexión. Las zonas de liberación de los pueblos pensamos desde las raíces entrelazadas, porque somos como el bosque y vamos a expandirnos desde nuestros árboles. En este momento de fuerte resistencia, el proceso histórico conecta al Abya Yala y al Kurdistán. Mientras que haya viento, mientras que haya semilla, estos bosques nunca terminarán”.

¡Viva la revolución de Rojava! ¡Biji şoreşa Rojava!

FUENTE: La tinta / Foto: Colectivo Manifiesto / Edición: Kurdistán América Latina