La lucha de Turquía contra ISIS está plagada de agujeros negros

Poco después de la operación estadounidense que provocó la muerte del líder de Estado Islámico (ISIS) Abu Bakr Al Baghdadi, justo delante de las narices de Turquía, Ankara se embarcó en una ajetreada búsqueda de militantes -casi como para enmascarar alguna culpa-, pero los agujeros negros en su lucha contra el terrorismo van quedando al descubierto.

En medio de las persistentes preguntas sobre cómo Baghdadi pudo esconderse a pocos kilómetros de la frontera en una zona vigilada por su ejército y su inteligencia, Turquía ha detenido a docenas de sospechosos en un abrupto ataque a las células de ISIS. Sin embargo, las redadas han llevado a muchos a preguntarse por qué las autoridades han esperado hasta ahora si conocían los lugares donde se encontraban.

El 4 de noviembre, las autoridades anunciaron la captura de la hermana de Baghdadi, Rasmiya Awad, junto con su esposo, su nuera y cinco hijos en la ciudad fronteriza siria de Azaz, controlada por Turquía. El jefe de comunicación del presidente Recep Tayyip Erdogan celebró las detenciones como “otro ejemplo del éxito de nuestras operaciones antiterroristas”.

Erdogan dio más noticias al día siguiente. “Baghdadi se suicidó en un túnel”, dijo. “Ya habíamos capturado a su esposa, pero no montamos un escándalo por ello. Hoy anuncio esto por primera vez”.

Lo que Erdogan estaba anunciando se había mantenido oculto al público durante más de un año. Resulta que la primera esposa de Baghdadi, Asma Al Qubaysi, fue detenida en junio de 2018 en la región fronteriza de Hatay junto con 11 adultos y niños, entre ellos Leila Jabeer, la hija de Baghdadi.

Erdogan dijo que los detenidos habían sido enviados a centros de deportación. Según el ministro de Interior, Suleyman Soylu, unas 250 personas vinculadas a ISIS están detenidas en centros de deportación en Turquía. Otros 1.180 se encuentran en prisión. Los elementos del ISIS capturados en Ras al-Ain y Tell Abyad desde el lanzamiento de la operación Manantial de Paz el 9 de octubre, serán ubicados en la región del Escudo del Éufrates, controlada por Turquía, antes de ser deportados a sus países de origen. Se dice que son unos 850.

Los anuncios de Ankara pretendían mostrar la determinación de Turquía en la lucha contra ISIS, pero plantearon más preguntas. Según un alto funcionario turco, las recientes capturas ofrecen “una mina de oro para la Inteligencia” sobre el funcionamiento de ISIS. Entonces, ¿por qué los que están detenidos en centros de deportación no están bajo investigación formal? ¿Por qué no se juzga a los sospechosos de serlo, dado que Turquía considera a ISIS como un grupo terrorista y ha sido objeto de sangrientos ataques de ISIS? ¿Cuánto tiempo han estado esas personas detenidas en centros de deportación? ¿Podría ser que estuvieran viviendo en hogares normales hasta hace poco y llevados a centros de deportación sólo después de la muerte de Baghdadi para disipar las sospechas sobre Turquía?

Los centros de deportación están destinados a retener a los extranjeros que han violado la ley de pasaportes, que se han quedado más tiempo del debido, o que presentan un riesgo para la seguridad, en espera de ser deportados. No son prisiones. En términos de contacto con el mundo exterior, incluyendo el uso del teléfono y las reuniones cara a cara con familiares o abogados, los que están en centros de deportación están sujetos a condiciones flexibles. El período de detención de una persona en un centro de deportación se limita a seis meses, que puede extenderse a un año como máximo, para permitir la finalización de los procedimientos legales. La persona debe ser sacada entonces de la instalación. Por lo tanto, Qubaysi debería haber sido liberada o entregada a Irak a más tardar en junio, si hubiera estado detenida en un centro de deportación. La idea que surge nos recuerda las acusaciones de que Ankara habría prometido que las familias de ISIS serían libres de refugiarse en Turquía como parte de un acuerdo para garantizar la liberación de 49 rehenes secuestrados por ISIS en el consulado de Turquía en Mosul, Iraq, en 2014.

Los agujeros negros en la lucha de Turquía contra ISIS se manifiestan especialmente en el proceso de deportación. Un abogado que ha representado a dos miembros del ISIS procedente del Cáucaso relató su experiencia a Al Monitor. Sus clientes fueron llevados a un centro de deportación después de haber sido capturados en Gaziantep, una provincia fronteriza con Siria. Los procedimientos de deportación se interrumpieron mediante un recurso ante un tribunal, lo que dio lugar a la liberación de la pareja al cabo de un año.

Al preguntársele por qué las autoridades prefirieron mantener a esos sospechosos en centros de deportación, el abogado dijo: “No están dispuestos a juzgar a esos hombres y mantenerlos en prisión en Turquía. Esas personas están siendo utilizadas como herramientas de presión. ISIS es una organización terrorista que ha llevado a cabo atentados en Turquía. Nada impide el juicio y el encarcelamiento de extranjeros, pero no están dispuestos a juzgarlos”.

El abogado afirmó que la actitud de Ankara sobre el tema era similar a su política de amenazar con mandar a los refugiados a Europa. Haciendo una comparación con las Unidades kurdo sirias de Protección del Pueblo (YPG), declaró: “¿Los miembros de las YPG son retenidos en centros de deportación y luego extraditados a Siria? Absolutamente no. Están todos en prisión. ¿Por qué no hacen lo mismo cuando se trata de ISIS?”.

Según el abogado de derechos humanos Erdal Dogan, los crímenes contra la humanidad y el genocidio están codificados en el código penal turco. Por lo tanto, Turquía tiene que juzgar a los miembros de ISIS o entregarlos a Siria bajo el acuerdo de Adana. “Turquía no puede contentarse con retener a esas personas sólo por violar la ley de pasaportes”, dijo. “Deben ser investigados, aunque sus crímenes no hayan tenido lugar en suelo turco. Lo mismo sucede en Europa”.

Abdulhalim Yilmaz, un abogado con experiencia en casos de deportación, llamó la atención sobre las frivolidades en los esfuerzos contra ISIS. Según Yilmaz, las autoridades a menudo no investigan adecuadamente a las personas que probablemente sean miembros de ISIS, mientras que marcan los expedientes de personas no relacionadas como “Daesh” -otro nombre de ISIS- para acelerar sus deportaciones.

Al explicar cómo debería funcionar un proceso adecuado, declaró: “Si se dispone de información y pruebas de que una persona se ha afiliado a ISIS, se debe abrir una investigación y tomar las medidas adecuadas. A falta de pruebas, la persona es entregada a la administración de inmigración para los procedimientos administrativos pertinentes y alojada en un centro de deportación. Si no hay ningún delito de carácter internacional o si el delito se ha cometido en un país extranjero y las pruebas son insuficientes, Turquía no está obligada a abrir una investigación”.

Muchos sospechosos de pertenencia a Daesh están actualmente en prisión, mientras que aquéllos para quienes no existen pruebas están en centros de deportación. Si surgen cargos de terrorismo, el caso debe ser enviado a la fiscalía. Presumiblemente, las investigaciones o los juicios no se inician porque faltan datos de inteligencia o pruebas, o porque éstas no son concluyentes, aunque se inicien. Para deshacerse de esa gente, Turquía está tratando de deportarlos.

Sin embargo, sobre el terreno, las definiciones relacionadas con el terrorismo se utilizan indebidamente contra los extranjeros, incluidos los niños, según Yilmaz. “Tenía un cliente, cuyos hijos en edad escolar primaria eran tratados como combatientes terroristas extranjeros. Más del 90% de los calificados como terroristas extranjeros no tienen nada que ver con ISIS”, indicó.

El abogado habló de casos en los que había tayikos, uzbekos, chechenos y uigures que no tenían nada que ver con ISIS, pero las autoridades proporcionaron informes de inteligencia de que se habían unido a ISIS y se habían ido a Siria. “Esas personas son tratadas como sospechosos de Daesh. Esto es abuso (de poder)”, dijo Yilmaz.

Continuó diciendo: “Las cosas no se manejan meticulosamente. Después de ser detenidos, registrados e interrogados por los servicios de inteligencia, son entregados a la administración de inmigración sin comparecer ante un fiscal. Algunos son deportados antes de que concluya la investigación. Mientras tanto, los fiscales a veces dictaminan que las investigaciones son innecesarias, especialmente en los casos de sirios”.

El abogado dijo, además: “Para facilitar la deportación, anotan ‘Daesh’ al lado de los nombres (en los archivos). Pero no se están llevando a cabo investigaciones criminales adecuadas. Luego, se toman las decisiones de detención administrativa y se procede a la deportación. Para aquéllos marcados como ‘Daesh’, ganar las apelaciones se vuelve muy difícil. He visto que se usa Daesh como pretexto para la deportación en la mayoría de los casos que he encontrado. Están tratando de deportar a esas personas, para deshacerse de ellas lo antes posible”.

Yilmaz continuó: “Mientras tanto, hay muchos sospechosos de Daesh en las cárceles, pero no estoy seguro de la seriedad con la que se investiga a los que podrían estar realmente vinculados a Daesh. En cuanto a los crímenes no cometidos en Turquía y en ausencia de claridad y pruebas sólidas, la actitud probable podría ser ‘¿para qué voy a juzgarlos y meterme en problemas?’”.

Según Yilmaz, los chechenos buscados por Rusia no han sido deportados desde 2016 y los uigures buscados por China no han sido deportados desde el año pasado, salvo en dos casos. Estas personas, dijo, son liberadas o enviadas a terceros países después de que expire el período de un año.

En suma, el manejo negligente de los casos resulta en victimizar a individuos no relacionados con ISIS, mientras que deja sin cargos a aquéllos con vínculos reales. Las prácticas imperfectas sobre el terreno aumentan el número de expedientes de personas tratadas como miembros de ISIS, lo que permite al gobierno jactarse de haber capturado a tal o cual terrorista.

En las deportaciones a Siria, Turquía no entrega a los deportados al Estado sirio, sino que los envía a las zonas controladas por los rebeldes a través del paso fronterizo de Cilvegozu, liberándolos efectivamente.

FUENTE: Fehim Tastekin / Al Monitor / Traducido por Rojava Azadi Madrid / Edición: Kurdistán América Latina