La invasión turca en el norte y el este de Siria no se detiene

El Estado turco y los restos de grupos yihadistas como el Estado Islámico (ISIS) y el Frente Al Nusra, que se han reunido bajo el nombre de Ejército Nacional Sirio (ENS), continúan sus ataques contra la región autónoma del norte y el este de Siria. En los territorios ocupados por Turquía, siguen produciéndose asesinatos, saqueos y pillajes.

Hace siete meses, los ataques turcos dañaron las líneas eléctricas que abastecen a 28 aldeas en la zona comprendida entre Til Temir (Tal Tamr) y Zirgan (Abu Rassan). Con el fin de expulsar a la población local, las tropas de ocupación utilizan nuevas formas militares para impedir la reparación de la red eléctrica por parte de los equipos de la central eléctrica de Til Temir.

El hecho de que el agua que se bombea de los pozos de la región también se alimenta de electricidad, es especialmente amenazante con el aumento de las temperaturas. Los habitantes se quejan de que han tenido que vender animales de granja, porque no hay suficiente agua. A esto se suma que la irrigación de los campos cultivados también está en peligro.

Por otra parte, el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (SOHR) informó que las facciones respaldadas por Turquía están saqueando los cultivos agrícolas pertenecientes a civiles en las aldeas de Bu’ayrir, Qasemiyah y Mahmoudiyah, en el área entre Zirgan (Abu Rasin), y en Til Temir (Tal Tamr), en la zona rural de Heseke.

El sábado, fuentes del SOHR informaron que los grupos de mercenarios incautaron cultivos de trigo y agrícolas, cuyos propietarios los abandonaron durante la operación militar turca “Primavera de Paz”.

Según el observatorio, las facciones yihadistas se apoderaron de los campos de trigo y cebada en la aldea de Rihaniya y Daoudiyet Mala, en las zonas rurales de Tal Tamer, Tal Baidar, Attia, Naddas, Tal Sakher y Asdiyet Al Izidiyyin, en el campo de Ras Al Ain.

El SOHR agregó que estas aldeas y áreas solían estar habitadas por cristianos, kurdos y árabes, aunque ahora la mayoría de la población las abandonó, a excepción de unos pocos árabes.

“Las familias árabes intentaron cuidar los campos y granjas, y cosechar para sus verdaderos dueños, pero las facciones turcas se hicieron cargo de todas estas propiedades, incluidas las de las familias árabes”, reveló el observatorio.

El domingo también se conoció que en Al Bab, ocupada por el Estado turco, se produjo una explosión, causada por la detonación de una mina plantada en Senter Junction, en el centro de la ciudad. Según los informes, un civil murió y muchos más resultaron heridos.

En la noche de ayer el ejército turco y sus mercenarios aliados lanzaron bombardeos contra el campamento de refugiados de Ain Issa, la cercana autopista M4, y en las aldeas de Qizeli y Shorbenisk, en la ciudad ocupada de Gire Spi (Tal Abyad).

Los primeros informes indicaron que el ataque provocó incendios en las casas y campos de la población local.

FUENTE: ANF / Edición: Kurdistán América Latina