La ciencia de la vida

Esta historia es ficticia, pero parte de una situación real. También la inspiran varias compañeras, pero las respuestas a las preguntas son mi visión desde el terreno.

Heval Malda: Compañera, aún no te has levantado.

Heval Daristan: ¿Para qué? El médico dijo que no veré la primavera. Que mi enfermedad me está quitando la vida. Afuera las tuberías están heladas y no corre el agua. Este año el gasoil que alimenta nuestra estufa está sucio, y nubla el pensamiento, esparciendo su humo invisible por esta habitación. Además, no hay medicina que me quite este dolor. Mi corazón ya no late al mismo ritmo.

Heval Malda: El invierno es un momento de obstáculos. Este momento de la historia parece un invierno interminable en el que estamos inmersas desde hace miles de años. Las mujeres morimos a manos de una mentalidad que nos quiere esclavas, para crear un futuro que no existe para nosotras. Esto forma parte de lo que tú estás sintiendo ahora. Tu futuro también es el mío.

Heval Daristan no puede hablar mucho por el dolor. Apoya su cabeza y escucha a su compañera con los ojos.

Heval Daristan: Pero, ¿cómo?

Heval Malda: Compañera, tu vida florecerá en la primavera. Tu vida no te la está quitando nada ni nadie, y va más allá de nosotras en esta habitación. El sol nos da vida. Él vive a millones de kilómetros, pero sus rayos caminan aquí y alimentan la existencia. Tú ahora estas aquí tumbada conmigo, pero toda tu vida, tus rayos, tu luz vive en otros lugares, dentro de todas las personas que te conocen, y seguirán dando luz, aunque tú ya no estés en esta casa.

Heval Daristan: Yo ya no le importo a nadie. Otras deberán tomar mi lugar.

Heval Malda: La importancia de la vida no está relacionada con el lugar y el rol que tomes en ella. Somos un organismo. Eso significa que tenemos órganos que nos permiten pensar, sentir y movernos. El cerebro, aunque sea el centro de control, no puede movernos si no tenemos huesos, y no puede existir sin el oxígeno de los pulmones que le trae, a golpe de ritmo interminable, el corazón. El rol de todas nosotras es darle energía a este organismo. Da igual donde nos coloquemos. Lo que importa, compañera, es que demos esa intención, esa alma, esa visión, de la misma manera. Para ello, todas somos igual de importantes, y todas nos damos igual valor. Da igual si una es comandante, si otra escribe libros y otra hace la comida. Da igual si una se dedica a coser uniformes y otra a establecer contacto con grupos vecinos. Todas seguimos un método acordado, nos convertimos en la misma, y esa misma puede ir a cualquier lugar, tomar cualquier posición e impregnarlo todo del alma de todas las compañeras. Así, vamos transformando la sociedad todas juntas. Es nuestro método basado en las ideas de libertad que nos trajeron aquí.

Heval Daristan: ¿Pero cómo funciona este método? ¿Qué tenemos que hacer?

Heval Malda: Este método es una ciencia: Jineolojî. Es la aplicación de las ideas de la liberación de las mujeres, en cada paso, para llegar a la verdad de nuestra vida y al conocimiento. Permite que nos organicemos de una manera libre. Lo importante es formar parte de una organización. Hemos acordado una línea general donde caben todas nuestras ideas y nuestras luchas. Para ello investigamos la historia de las mujeres y las personas oprimidas, y la historia de las resistencias en todo el mundo. La naturaleza se organiza siguiendo unos patrones, nosotras debemos encontrarnos y organizarnos de esa manera, siguiendo la sabiduría ancestral que precede al surgimiento del ser humano. Somos parte de este universo, y para vivir y alcanzar la libertad debemos entender que la libertad en la que vive la naturaleza está en constante cambio, pero para que exista un cambio debe haber algo fijo sobre lo que se cambia, y ambas cosas debemos encontrarlas dentro de nosotras y la sociedad. Para ello nos juntamos y buscamos métodos juntas, y llevamos esos métodos a todos los lugares de trabajo, de acción y pensamiento. Cada sector, usando los mismos objetivos, irá poco a poco transformando su hacer a través de Jineolojî, haciendo propuestas de funcionamiento y acordando métodos comunes para crecer como grupo. Aunque estemos sumidas totalmente en el trabajo de cada día, siempre habrá algunas que irán a ver a las otras, que debatirán, que se formarán juntas, para que adquiramos el mismo sentido. Y de vez en cuando, cambiaremos roles para entender a las otras mejor, y pasar la experiencia de un lugar a otro. Es importante entender que no todas podemos hacer lo mismo. Que según personalidad, contexto, formación y práctica, tomaremos lugares diferentes, pero usaremos los mismos métodos. Y según vayamos creciendo, iremos llenando de sentido cada una de nuestras acciones. Los métodos están enfocados a crear personalidades libres y una identidad comunal. Preservando nuestra identidad, cada una aporta algo diferente a esta alma común, para que sea lo más diversa posible. Por ejemplo, tú siempre has estado coordinando los trabajos de este pueblo. Tú llevas contigo el sufrimiento de todas las historias que forman parte de él. Cuando hablas conmigo, me llenas del pueblo, y llenas de su esencia a las compañeras que luego viajan a otros lugares y se llevan un trozo de ti.

Heval Daristan: Pero la vida de algunas mujeres no les permite ir a las reuniones del pueblo, ni salir de casa. Y deben trabajar en labores difíciles para poder sobrevivir.

Heval Malda: Pero tú eres ellas y pudisteis contagiaros de vuestra realidad. Si la entiendes como una parte de la otra y ellas también lo entienden así, un día, otra de estas mujeres saldrá del pueblo, vendrá a nuestras reuniones y nos ayudará a ver los problemas y soluciones, y esto hará que muchas más la sigan.

Heval Daristan: Pero se necesita tiempo.

Heval Malda: ¿Qué es el tiempo? El tiempo es llenar. Es la acumulación de gotas, una después de otra, creando un mar. Es el mar en el que queremos vivir y nadar libres. Las gotas pasan y lo van llenando. El tiempo está repleto de acontecimientos, es el movimiento de las cosas, sin movimiento no podemos ir a ningún sitio. Necesitamos caminar. Eso hará un camino que será visible para las otras. Por eso debemos trabajar y luchar, cuanto más rápido lo hagamos, más rápido pasará el tiempo, y más largo se hará el camino. La rapidez no la marca un minuto que empieza y luego acaba. Ser rápidas significa hacer más, incrementar el movimiento, que con su inercia crea un viento que empuja las piernas durante el viaje. El tiempo que tenemos es infinito, porque nuestra lucha es siempre.

Heval Daristan: Esos métodos de los que hablas. ¿A qué te refieres exactamente?

Heval Malda: Me refiero a los momentos en los que nos juntamos y nos decimos entre nosotras lo que debemos mejorar y lo que debemos seguir haciendo, nuestros patrones de trabajo donde todo es colectivo, nuestros análisis de personalidad compartidos para que nos entendamos mejor, nuestra manera de cuidar los espacios y a las personas, manteniendo nuestro entorno limpio y en armonía, y dedicándole amor a cada persona que acude a nosotras. Me refiero también a nuestras celebraciones y costumbres, nuestro lenguaje desde el cariño y la dura honestidad, nuestra manera de relacionarnos como compañeras, más allá de la amistad. Tenemos y somos una cultura revolucionaria donde todo lo que hacemos tiene el objetivo de liberarnos, juntas. Por ello no separamos los espacios. Luchamos y vivimos fuera y dentro de nuestros hogares. La noción misma de hogar la encontramos donde existe nuestro movimiento. Todo ello lo hacemos desde la visión de la mujer, con la prioridad de liberarla, de liberarnos.

Heval Daristan: Y ¿cómo pueden liberarse también los hombres?

Heval Malda: Ellos también deben luchar con la prioridad de liberar a la mujer. Para ello, debemos definir qué entendemos como mujer, ya que es un concepto muy amplio, que va más allá del género. Representa un rol y una identidad. También es una historia que se compone de muchas opresiones y luchas diferentes. Debemos luchar desde esa mirada para liberar a los hombres y a toda la sociedad, eliminando las jerarquías que construyen la dominación. Para ello hace falta escucharnos.

Heval Daristan: También oí que en otras partes del mundo hay personas que no son hombres y mujeres, e incluso otras que dicen que no hay mujeres ni hombres. ¿Cómo hacemos y vivimos juntas la Jineolojî?

Heval Malda: La Jineolojî nos marca un camino. Debemos buscarnos en la historia y analizar por qué nos definimos de las maneras que lo hacemos, y qué significa para la sociedad aquello que somos. ¿Qué rol cumple nuestra identidad en la lucha por la libertad? Si luchamos por adquirir una personalidad libre y revolucionaria nos ponemos al servicio de la sociedad y de lado de las personas oprimidas. Nuestras identidades deben deshacerse de las etiquetas puestas por el sistema patriarcal, de las etiquetas puestas para crear divisiones y opresión. Cada persona debe entenderse como la continuación de su género en lucha, cualquiera que sea. La mujer entendida como víctima, la mujer que el patriarcado ha creado, debe liberarse de esa identidad. Fue creada a partir del hombre, siendo la mujer todo lo que no es el hombre, adquiriendo atributos contrarios. La mujer, como concepto y esencia, debe ser ella misma que se defina, con toda su diversidad y amplitud, uniendo las luchas de punta a punta del mundo. Debemos buscarnos en la historia y analizar por qué nos definimos de las maneras que lo hacemos, y qué significa para la sociedad aquello que somos. ¿Qué rol cumple nuestra identidad en la lucha por la libertad? El hombre patriarcal también debe ser rechazado y redefinido, porque fue creado como base para esclavizar. Desde el principio de los tiempos los géneros no partían de lo que entendemos hoy. Había funciones y comunalidades, con la figura de la madre, en su sentido físico y metafísico, como eje central. Dentro de esta vida, como en el presente, hay identidades diversas, también mágicas, que no encajaron nunca dentro de la división que pretendían erigir la Iglesia y el Estado. Hay lugares donde existen personas así que se llaman no binarias, queer y/o trans. Existen entremedias de los polos creados para someternos. Dichos polos fijos no son esencia nuestra. Algunas se nombran por unas largas siglas que definen sus preferencias sexuales, a veces transformándolas en una identidad. Es una amalgama que al final nos viene a decir que vivimos en un mundo diverso, pero seguimos sin saber realmente qué es una mujer, qué y cuándo fue, que queremos que sea. Estas luchas se llevan a cabo en todo el mundo, pero aún conseguido liberarse y llevarse a la sociedad con ellas porque no consiguen luchar juntas.

Heval Daristan: Todo esto ahora mismo se me hace muy grande… ¿Cómo se organiza realmente un pensamiento y voluntades libres?

Heval Malda: ¿Por dónde debemos empezar? Primero hay que pensar qué queremos. Queremos por ejemplo llegar a una vida en libertad. Para ello necesitamos un proyecto de vida en común con una forma organizativa. Eso sería el confederalismo democrático, la comuna de este pueblo es parte de esta estructura. Nuestras bases ideológicas como mujeres cubren los puntos de la ideología de liberación de mujeres: la tierra, la libertad, la lucha constante, organización y unos valores que también debemos mostrar por fuera en cada acto, gesto y apariencia. Cada persona debe pensar en cómo aplicar estos valores a su contexto y usar los métodos de los que hablamos antes. Suena fácil decirlo, pero lo más duro fue empezar. Ahora esto está rodando compañera, hay mucho movimiento, el tiempo pasa muy rápido. Ya conoces la historia de este movimiento. Tenemos muchos análisis hechos por parte de Serokatî, tenemos libros llenos de sabiduría y enseñanzas, un pueblo en lucha, una ideología, una trayectoria, una organización que ha sobrevivido masacres y tortura. Ahora compañera, hay que expandirse, para que se una más y más gente desde sus luchas y contextos. Nosotras queremos empezar por las mujeres porque la guerra comenzó contra nosotras. Durante el trascurso de la historia los lazos entre mujeres han sido atacados y muy dañados. Esos lazos son nuestra mayor autodefensa. Ahora eso es lo que estamos creando compañera, una hevaltî, un compañerismo inmortal, como el que tenemos tú y yo. Para luego contagiar al mundo entero.

Heval Daristan: Me llena de fuerza pensarlo, pero cuando partas volveré a sumirme en la realidad que me espera.

Heval Malda: Por ti, yo cojo fuerzas compañera. Tú sales conmigo cada día por esa puerta, y lucho con tu corazón, con tus palabras que tanto nos han inspirado siempre a todas. Tú eres la primavera, aunque sientas el frío del invierno.

Heval Daristan: Os pensaré desde esta cueva. Y sé que cuando salga, me estaréis esperando fuera. Tengo confianza en ello. ¿A dónde irás?

Heval Malda: Creo que iré a Madrid o Barcelona, o a ver a nuestras hermanas del País Vasco. A recorrer sus territorios y sus pueblos dentro del Estado de España, a conocer sus resistencias y organizarnos juntas.

Heval Malda dibuja un mapa y explica a Heval Daristan dónde se ubican esos lugares.

Heval Daristan: ¿Por qué irás allí, tan lejos?

Heval Malda: Porque las compañeras quieren conocernos. Algunas han llegado aquí, pero nuestra alianza acaba de comenzar. Siento el calor de sus preguntas y oigo el aleteo de sus alas de libertad, queriendo emprender el vuelo.

Heval Daristan: Serkeftin compañera.

Heval Malda: Tú siempre vendrás conmigo.

Heval Malda y Heval Daristan se abrazan. Heval Malda se dirige hacia la puerta.

Heval Malda: ¿Necesitas algo?

Heval Daristan: Lo que necesito ya me lo has dado.

FUENTE: Celine de la Filia / Buen Camino / El Salto Diario